viernes, 19 de agosto de 2016

Línea de tiempo de los avances técnicos, tácticos y operacionales que cambiaron la historia militar de la humanidad hasta principios del siglo XX

Línea de tiempo de los avances técnicos, tácticos y operacionales que cambiaron la historia militar de la humanidad hasta principios del siglo XX
Escrito por:
Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira
Especialista en Historia Militar

3600 AC:
Se comienza a utilizar la aleación de bronce en el Oriente Medio, Persia, Mesopotamia, para la manufactura de armas, escudos y armaduras.
3500 AC:
Aparición de los carros de combate de tiro en Sumeria y Egipto, y la formación tipo falange.
1000 AC:
Aparición de la mezcla de hierro y carbono, dando origen al acero, más resistente y maleable que el bronce.
500 AC:
Aparición en Grecia de los navíos tipo Trirreme.
490- 470 AC:
Aparición de la Falange Griega.
406 AC:
Primera manifestación de profesionalización de los soldados romanos, estandarización de las armas y la promoción de rangos.
400 AC:
Aparición en Siracusa de la Catapulta griega.
371 AC:
Aparición en Grecia del Orden Oblicuo.
326 – 290 AC:
Aparición de la Legión Manipular, el Gladium y el Pillum.
102 – 101 AC:
Las reformas de Mario y la aparición de la Cohorte y la eliminación de la conscripción instaurando el enrolamiento voluntario.
100 AC:
Aparición de los estribos en la caballería.
673 DC:
Aparición en Bizancio de una mezcla de combustibles llamada Fuego Griego, utilizada en contra de los Árabes que estaban sitiando la ciudad, quemando sus barcos, obligándolos a retirarse.
1050 DC:
La invención de la Ballesta.
1200 DC:
Se inventa en Gales el arco largo.
Siglo XIII  y XIV:
Invención del primer cañón.
1450 DC:
Invención en España del Arcabuz.
1565 DC:
Invención del Mosquete.
1667 DC:
Invención de la Bayoneta
1710 DC:
Invención del Fusil  con ánima estriada Pensilvania.
1835 DC:
Invención de la pistola Colt, primera arma portátil que permitía la recarga de cartuchos.
1862 DC:
Invención de la ametralladora Gatling.
1914-1918 DC:
Invención del primer vehículo blindado el Mark I, utilización por primera vez del avión de combate, masificación del uso de las ametralladoras y el uso devastador de la artillería de campaña, el gas mostaza y gas cloro.

Bibliografía:
Schneider F. Historia de las Doctrinas Militares. Editorial Vergara. Barcelona España.
Vigo J. Fuego y Maniobra. Ediciones Folgore.
Páginas web:
www.saber.golwen.com.ar/belic.htm



jueves, 11 de agosto de 2016

Mi primera obra de teatro

Yo…Guaicaipuro
Tragedia y redención en 3 actos

Obra teatral escrita por:
Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira
Especialista en Historia Militar
IAESEN,agosto,2016

Prólogo
I
Se cuentan muchas historias con muchos cuentos sin verdad, y dentro de esos cuentos se esconden historias escritas por demás, son tantas hipocresías que hacen creer a otros que son cuentos de mentiras y hay muy pocos que piensan que esos cuentos en realidad, son verdades históricas pero de verdad, verdad.

II
Nos han mentido hasta la saciedad, en fin, no hubo nada que eso pudiera evitar, solo era la verdad lapidaria de otros contándonos su historia para que pareciera real, total, no había nadie cuerdo que defendiera nuestra verdad.

III
El espejismo incierto de la lucha por la verdad, quizás mostrada sin acierto por hombres sin verdad, solo motivada por una mentira real, con corona y laureles de la infamia y falsedad.

IV
Despertamos “sí” es una gran verdad, para mostrar la lucha sin cuartel y sin piedad, que hemos tenido los nativos por la tierra y por el pan, sacrificio y entrega dirían los demás, por la Patria y la Bandera forjadores de libertad.

V
Solo nos queda recordar y honrar a hombres y mujeres por igual, su sangre fue un sacrificio real, no un cuento narrado por historiadores comerciantes sin verdad, solo nos vendieron una historia irreal, sesgada, manchada, vil hasta la saciedad.

VI
Despertad, despertad, despertad, amado pueblo despertad, es la hora de la verdad, marchemos juntos por los caminos de lo real, en la búsqueda de la justicia y la igualdad, jamás deberemos mirar atrás…

NARRATIVA

Según Luis Beltran Acosta en su obra: “El Pensamiento Revolucionario del Cacique Guaicaipuro”, hablar sobre la historia de Venezuela como colonia del reino de España y luego como República independiente, sin reconocer la lucha liderada por “él”, es negar la propia esencia libertaria del pueblo venezolano. No es posible estudiar la historia de nuestro país, desconociendo la presencia de este gran Cacique.

Las enseñanzas de Guaicaipuro fueron asimiladas por los españoles para completar la empresa colonizadora en el resto de sus dominios en el continente y expandidas luego hacia la península ibérica. De la misma manera, los patriotas emplearon las tácticas de combate de los guerreros de Guaicaipuro, durante la gesta emancipadora. Su herencia táctica sería pues, aplicada en los combates y poco tiempo después, ocultada ex profeso por la historiografía convencional europea y criolla.

Para vincularnos con el entorno de la obra que a continuación se presenta, debemos ubicarnos entre los años 1561 y 1562, en una zona geográfica en las cercanías de la cabecera del rio San Pedro, la capital del estado Miranda, Los Teques y las estribaciones de Macarao y Las Adjuntas, conocida popularmente como Caricuao al oeste de la ciudad de Caracas.

Todos los esfuerzos españoles para conquistar el valle de Caracas, estaban enfocados a erradicar la resistencia de las tribus Tekes y Caracas que se oponían a ser ocupadas en sus territorios y evangelizadas por estas fuerzas militares. Para lograr el éxito de la empresa, es enviado el Capitán Juan Rodríguez Suárez, reconocido como el fundador de la ciudad de Mérida, hoy día capital del estado Mérida. Gran jefe militar de empecinado carácter para lograr sus cometidos.

La historiografía en este periodo en particular es bastante clara. Los jefes militares encargados de conquistar los territorios, utilizarían métodos extremos para lograr sus metas, el empalamiento era el más común, para enviar mensajes al resto de las poblaciones nativas no domesticadas. Por ello, cuando el proceso español de dominación territorial se dirige hacia el Valle de los Caracas, la resistencia de estas tribus, Caracas, Tekes, los Araguas, los Maracayes, los Chaimas y los Mariches y otras más provenientes del oriente del territorio, constituyen una alianza tribal que mantuvo en jaque el proceso de conquista del territorio venezolano y todo por la extraordinaria capacidad de liderazgo y habilidades autóctonas militares del Gran Cacique Guaicaipuro.

En dos ocasiones Juan Rodríguez Suárez fracasa al intentar eliminarlo, dando a entender que Guaicaipuro y su primitivo concepto de nación y patria, llevaría un poderoso mensaje a las profundidades de la historia americana. Los incas y los aztecas, sociedades técnicamente consideradas superiores, cayeron bajo el dominio español muy fácilmente. Conquistar una porción de territorio mucho menor en Venezuela, le costó a España, más de 20 años de esfuerzos militares, gracias a la bravura de este hombre sin parangón histórico en su época.

PRIMER ACTO

Sala totalmente oscura. Se abre el telón, mesa central con un candelabro y muchos papeles. Desde el fondo entra el Capitán Juan Rodríguez Suárez. Se acerca a la mesa con mucho coraje y con ambos puños la golpea rudamente, su actitud es de mucha impotencia. Se acerca un edecán en actitud rígida junto al sacerdote en actitud moderada.
Sonido de fondo redoble de batería.

Dialogo JRS:

Ostia joder, por la Santísima Trinidad os juro, que no daré descanso a nadie en esta comarca hasta tener la cabeza clavada en una estaca de ese indio Guaicaipuro. ¡Por qué, por qué, deje el fortín de San Francisco en manos de Mendoza! Perdí a mis tres hijos, lo perdí todo, (es interrumpido por el sacerdote).

Sacerdote:

Hijo calmaos, serenaos. Dios y Jesús nos dictan el correcto proceder (interrumpe JRS)

Dialogo JRS:

¡Padre usted está loco! como vais a consolarme con tan vacías palabras, donde estaba Dios cuando el salvaje sacrifico a mis hijos, donde estaba Jesús, cuando las mujeres imploraban piedad mientras eran asesinadas, no Padre, no habrá piedad, no espere que mis manos obren en santa paz. Solo obedeceré a una sola razón, mi ansia por hacerme justicia.

Dialogo Teniente López:

Mi Capitán su dolor será mengua, derrotamos en el combate de Catia al salvaje de Paramaconi, sin embargo los baquianos informaron que está reuniéndose con Guaicaipuro para contratacar la posición en Macarao, (interrumpe JRS)

Dialogo JRS:

López…

Dialogo Teniente López:

¡Ordene su excelencia!

Dialogo JRS:

¡Organice todos los tercios! Quiero a todos los hombres inmediatamente repuestos, envié al gavilán a caballo, por la vía hacia el Tocuyo y pida refuerzos al Capitán Diego de Losada sin titubear. Es la hora de tomar ventaja de esta calamidad, y padre le imploro, le exijo, pida por mi alma, porque de esta no regresaré.

(Y tomando la espada en actitud de venganza la esgrime hacia el cielo e invoca a los dioses de la guerra)

Dioses de la guerra, los antiguos y los modernos, dadme la fuerza para empuñar de nuevo mi espada y hacer cumplir el designio sublime de mi venganza, la muerte de mis hijos y el honor perdido de mi corazón.
(JRS sale del estrado)

Dialogo Sacerdote:

López ese hombre esta poseído por el mal, ha puesto en duda la santidad de nuestro Dios Padre, esto no terminará con bien, por el amor de Cristo y las Santas Escrituras que se apiaden de nuestras almas (se hace la señal de la cruz y mira hacia el cielo)

Dialogo Teniente López:

Jajajajajajajajaja (risas) ¡Joder Padre!, a mí me enviaron a estas tierras a hacer el trabajo que el Rey nos encomendó, pues déjele la piedad a los santos, mi espada se encargará de ponerlos en camino hacia el cielo o hacia donde quieran escoger, total a quién le importa estos salvajes, a quién ostias le importa.

El telón se cierra violentamente.
Fin del primer acto.


  
NARRATIVA

La figura de este inmortal caudillo tiene saturación importante y definida. Al efecto, en la Historia de Sur América escribió Lozano Díaz:

Guaicaipuro causó no pocos sin sabores a los conquistadores españoles hasta el extremo de que la invasión de Lope de Aguirre en 1561 estuvo a punto de tener consecuencias fatales para las tropas de la corona española, pues Rodríguez, queriendo ir contra el corsario y rebelde Aguirre, que había desembarcado en Borburata, tropezó en las montañas de Las Cocuizas con las huestes de Guaicaipuro y fue destrozado y desbaratado.

Tal afirmación no puede ser más exacta. Una y muchas veces, por su arrojo, por su pericia, por lo firme de su voluntad puso Guaicaipuro en aprieto a las mejores compañías de soldados venidos de España. Desde muy joven, con 18 años, supo imponerse, por su denuedo y ánimo despierto, a los más valerosos aborígenes de su tribu, fue electo sin vacilación, para defender la tierra que lo vio nacer. Los mejores capitanes españoles caían ante la suspicacia del caudillo nativo y a la vez, sus fuerzas se fortalecían con la adhesión de otras tribus que lo reconocían como soberano. Su autoridad no era discutida por nadie. Inspiraba seguridad y respeto a propios y sobre todo mucho temor a sus enemigos.


SEGUNDO ACTO

Se abre el telón, en el centro del escenario se encuentran Guaicaipuro, y Baruta, preparando los planes de la siguiente maniobra militar. Sonido de fondo tambores de guerra.

Dialogo Urquía:

(Entra presurosa al lugar de reunión donde Guaicaipuro esta con su hijo Baruta.)

¡Guaicaipuro, Guaicaipuro! Paramaconi manda a decirte que el Capitán español está marchando por la fila de la cocuiza con muchos soldados para buscarte y juró tu muerte, por la de sus hijos. ¿Por qué matar a mujeres y niños?

Dialogo de Guaicaipuro:

Urquía amada te he escuchado, yo no mandé a matar a esas criaturas, Paramaconi desobedeció la orden que le di. Ya basta de sacrificar a inocentes.

Dialogo de Baruta:

Padre ellos, los españoles, no han tenido piedad con nuestras mujeres y niños. A las mujeres las violan, a los niños se los echan a los perros de caza o peor aún, los empalan. Son hombres crueles y merecen recibir el castigo de nuestros dioses.

Dialogo de Guaicaipuro:

Sé que la guerra es cruel y nada piadosa. Hace mucho tiempo atrás, vivíamos en armonía con la naturaleza, ella nos entregaba su corazón y nosotros, tu pueblo, la cuidaba con esmero, pero llegaron estos seres y esparcieron la enfermedad, el dolor y la destrucción por todo el lugar, los ancianos ofrecieron la paz y que recibimos Baruta, que recibimos, traición y destrucción.

Dialogo de Baruta:

¡Entonces entregué de vuelta lo mismo! ¡Padre, padre! no tenga piedad, no podemos ser débiles, nuestra fuerza está en el coraje. Es lo que evitará nuestra perdición y la derrota final.

Dialogo de Guaicaipuro:

No quiero saber más de matar inocentes por matar inocentes. No podemos convertirnos en los seres malvados como son estos españoles, no importa las consecuencias. Nuestro pueblo no puede imitar ese comportamiento, pero al español, al soldado, y en especial a ese Capitán, con mis propias manos le derrotaré, le venceré y haré justicia a las víctimas de su obstinada barbarie.
(Sale Baruta del escenario y entra Urquía, quien se le va acercando lentamente lo abraza por detrás en señal de solidaridad y de aceptación, luego lo suelta y dirige sus palabras hacia él)

Dialogo de Urquía:

Amado hombre, amado por mí y amado por tu pueblo, sé que la guerra es cruel y despiadada, que muchas veces no entendemos porque sucede y mucho menos la aceptamos, somos hombres y mujeres libres, nacimos libres en una tierra libre. Esta tierra nos lo da todo y debemos respetarla ¿Por qué estos hombres quieren violentarla?

Dialogo de Guaicaipuro:

Quieren sacarle la sangre a la naturaleza, esa riqueza que nos da de comer, de beber, que nos cura y cuando la utilizamos mal, nos enferma, observa Urquía, ellos están enfermos de poder, están enfermos del alma, ellos llegaron con la puesta del Sol, ellos no nos entienden, son la oscuridad, en cambio nosotros somos hijos del alba, hijos de la luz y por eso tenemos que luchar, para que la luz que nos ilumina a todos, incluso a esos españoles, no se apague, porque de apagarse, este mundo morirá de tristeza y melancolía.      

Dialogo de Urquía:

Ojala este sacrificio que ahora nos toca hacer, sea suficiente para que los herederos de esta tierra comprendan que la libertad y la esperanza son hermanas y juntas permiten vivir en armonía con la naturaleza. Que los hijos y los hijos de sus hijos, sepan que sus padres y madres, luchamos por su derecho a vivir en paz, en su territorio. Esta Patria es de ustedes y nadie les quitará el derecho de conservarla hasta el fin de los tiempos.
(Entra Baruta al escenario y se aproxima a Guaicaipuro)

Dialogo de Baruta:

Padre los hombres están listos para la lucha, por la vuelta de Macarao camino a Las Adjuntas, le podemos sorprender y vencer, Paraulata, vio por ese camino al Capitán español, está muy bien armado, pero no conoce el territorio. Padre es ahora o nunca.

Dialogo de Guaicaipuro:

Pues Baruta, haga sonar los tambores, que retumben en la lejanía del horizonte, sepan los españoles que estas tierras tienen dueño y no se la vamos a poner fácil de conquistar. (Los tambores retumban con fuerza)

El telón se cierra lentamente.
Fin del segundo acto.


NARRATIVA

La historia de la resistencia de nuestras tribus originarias, realmente no ha sido bien tratada a lo largo de incontables décadas provistas eso sí, de olvido y de mucha mala tinta para reescribirla, con contadas y respetadas excepciones, permitiéndose borrar desde la raíz, la gesta heroica y el genocidio cometido contra el pueblo nativo pre-colombino, por el afán imperial de obtener a la fuerza, las riquezas de territorios que para el siglo XVI, era impensable su existencia y más improbable aun, que sus habitantes originarios las defendieran a ultranza y sin dar cuartel.

Fidel Betancourt en su obra “Historia Militar de Venezuela”, nos relata lo siguiente:

“Nunca fueron narradas las magnas luchas, combatiendo las huestes aborígenes, casi inermes de Guaicaipuro y sus tenientes armados de flechas, palos agudos, lanzas de macana, piedras y mazas de madera pesada, contra cañones, arcabuces, sables, lanzas y dagas aceradas, rodeles y escudos, armaduras de acero, perros de caza y caballerías abroqueladas. Contra cuerpos desnudos, apenas cubiertos los sexos con taparrabos y la piel con unturas coloreadas” ¡Ni el caudillo germano Ariovisto, ni el caudillo galo Vercingetórix, ni el caudillo franco Clodoveo, viéranse en iguales o mayores sacrificios y heroísmo!... ¡Mucho menos Atahualpa y Montezuma!

Según Antonio Reyes: tantos fueron los aciertos de Guaicaipuro, que la conquista española de continuar así, fracasaría irremediablemente. Desde Los Teques hasta el mar estaban cortadas las comunicaciones para el audaz conquistador. Un peligro efectivo constituía, el atreverse por la serranía de los Valles de Aragua y de El Teque. Con audacia el cacique aspiraba más, detener la fundación de Santiago de León de Caracas, recién ocupada por el Capitán Diego de Losada.

Con aliento y temeridad inaudita, sorprende a las avanzadas del Capitán Juan Rodríguez Suárez, logrando triunfar en Macarao. Como trofeo de aquella acción le queda la espada del conquistador audaz, y en las manos del indio, fulgura el arma y la insignia occidental, con heroicos resplandores de voluntad y valor.

Para llegar a una aproximación histórica de estos acontecimientos, tenemos necesariamente que conocer las raíces originarias donde se forjaron los elementos básicos de nuestro gentilicio y la venezolanidad. Es en ese lugar de encuentro de razas, en la lucha por la forja de un espacio soberano e independiente, hallaremos las respuestas para la comprensión armoniosa y adecuada del legado ambicionado por muchas sociedades en el planeta tierra, siendo en definitiva, el amor por la libertad, independencia y soberanía de los pueblos y en América, su adalid perpetuo es y será por siempre esta tierra de gracia llamada Venezuela.



TERCER ACTO Y FINAL

El telón se abre, hay oscuridad, impera la neblina, se mezclan los redobles junto al sonido profundo del tambor, se presentan dos grupos para el combate uno tribal, el otro un tercio español. Un grupo se desplaza mientras el otro lo sigue acompasadamente, en el giro de ambos grupos, salen dos personajes quienes batallarán con las palabras mientras hacen ademanes con la espada y una maza.

Dialogo de JRS:

Llego tu hora, llego tu hora, la hora del salvaje le llego, mi espada cobrará con su filo, la hora señalada por el destino, la hora tan ansiada y esperada, solo uno de los marcados en esta hora, podrá echar el cuento de Macarao.

Dialogo de Guaicaipuro:

¡Oh Macarao, Macarao!, quien pudiera verte, recibiendo en su tierra la sangre de un infame militar. Macarao, Macarao, hasta el final, tu suelo no mancillará ni tan poco recordará a aquel que trató de hacerte mal, recordará sí, siempre el lugar donde perecerás.

Dialogo de JRS:

Si es mi destino, morir en Macarao, será honrosa la batida final, con un ser tan vil y despreciable, como vos, no tendré rival, la memoria del pueblo recordará quizás al hombre que retó en gran duelo al cacique rival, venciendo o no venciendo será mi final, pues mis razones para existir ya no estarán.

Dialogo Guaicaipuro:

Dolor me da por tus hijos que ya no estarán, a saber diera mi vida por ellos y del inframundo sacar, pero tus acciones infames y las muertes que cargarás por tus injusticias ¡jamás lo perdonarán! Entonces justo precio sin duda te van a cobrar, el dolor desaparecerá y tus penas al valle irán a parar.

Dialogo de JRS:

¡Dejad infame dejad! que el acero de mi espada hable su verdad, que beba la sangre de tu verdad, para que se alimente la leyenda de mi verdad, jamás comprenderás, que del progreso nadie se salvará, solo la memoria del pueblo me rescatará y a vos simplemente olvidarán.

Dialogo de Guaicaipuro:

Que mala hora gran Capitán, llegar a tu final, en mis manos se lavarán, las afrentas de todo el mal, que con corona o sin ella nos diste sin piedad, será poco el premio que dejarás, solo el acero de tu espada lo contará, porque en mis manos ella quedará, como símbolo de victoria y enterrada tu maldad.

A continuación cae abatido el Capitán Juan Rodríguez Suárez, y el grupo tribal levanta apoteósicamente al Cacique Guaicaipuro en señal de triunfo absoluto sobre los conquistadores mostrando la espada en señal de victoria y redención del pueblo nativo precolombino.

Se cierra el telón lentamente.
Fin de la obra. 



Referencias

Acosta L. El pensamiento revolucionario del Cacique Guaicaipuro. Ediciones Akurima. Caracas. 2002.

Betancourt F. Historia militar de Venezuela, tomo I: pre independencia (1553-1810). Editorial El Perro y la Rana. Caracas. 2009.

Reyes A. Caciques aborígenes venezolanos. Publicaciones UCAB. Caracas. 2009.



























EALP/el.
AGO2016.