sábado, 3 de noviembre de 2018

Reflexión y alerta: La seguridad empieza donde termina la imprudencia. El Síndrome Kardashian. 3/11/2018

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Queridos y estimados lectores

Esta arenga es válida tanto para hombres como para mujeres, para que no se me tilde de sexista.

En la actualidad, hay que buscar la forma de bajar el perfil en todo y en todas nuestras actividades. La ostentación, el buen o mal gusto por demostrar opulencia, nos hace ver que económicamente estamos solventes y automáticamente seremos blanco de oportunistas y sobrevenidos que sacan conclusiones a priori para aprovecharse y sorprender a las personas en momentos críticos que les pueden traer graves consecuencias.

Tenemos que reservar por nuestra seguridad y de los que nos rodean, las actividades cotidianas, no pertenecemos a la burbuja del Jet Set internacional.

Me explico brevemente.

Las actividades personales generan patrones de comportamientos que pueden ser medibles, cuantificables y mensurables, permitiendo crear líneas de tiempo progresivas que hacen predecibles cuando, como, donde, por qué y con quienes estamos, que hacemos y cuanto poseemos, dándole la oportunidad a los depredadores sociales a planificar su próximo golpe.

Somos propensos a manifestar por las redes. Instagram, Facebook y un largo etc, comportamientos económicos y sociales que en la situación actual, nos colocan en riesgo, muchas veces por acción indirecta de nuestros familiares y amigos relacionados y es sabido que los delincuentes, paramilitares y elementos organizados del hampa, andan buscando perfiles para poder aprovechar la mínima oportunidad de atacar a sus potenciales víctimas. 

He observado con mucha preocupación, la tendencia a mostrar las actividades sociales y familiares, en otros países o en nuestro propio país, en fiestas, jolgorios y actividades presuntuosas para simplemente ostentar y presumir lo que en realidad no son, ni lo que aparentan ser, viviendo en una burbuja virtual y totalmente fatua, vacía y carente de sentido de la realidad. A esto lo denominé. "El Síndrome Kardashian". 

Pregunta:

¿Se la ponemos fácil o difícil a la delincuencia, a los estafadores, a los pedófilos?

Manejar la tentación de ser ostentoso es difícil y tiene que generarse un proceso de enseñanza y aprendizaje, además de maduración, elementos necesarios para aumentar la seguridad activa y pasiva que proporcionará un poco más de protección individual y colectiva. 

La seguridad empieza donde termina la imprudencia.