viernes, 22 de febrero de 2019

Presentación en la Cancillería de la República Bolivariana de Venezuela del conversatorio sobre el Ducentésimo aniversario del Congreso de Angostura



A 200 años del Congreso de Angostura trabajadores de la Cancillería disertan sobre el Proyecto de la Gran Colombia


Este jueves, los trabajadores y trabajadoras de la Cancillería venezolana participaron en el conversatorio “Angostura la Atlántida de la Emancipación Gran Americana”, facilitado por el Director del Despacho del Viceministerio de América Latina, Edgar Lugo Pereira.
Esta actividad se desarrolló en el marco de los 200 años del Congreso de Angostura. El Ministerio del Poder Popular para la Relaciones Exteriores, realizó este conversatorio con el propósito de ahondar en la historiografía venezolana, así como también fortalecer el pensamiento crítico e intelectual de los trabajadores y trabajadoras.
Por su parte, el Director de Despacho destacó que “el 15 de febrero del 1819, Bolívar direccionó a 30 diputados para la conformación del Congreso de Angostura y desde ahí sentó las bases para la fundación del proyecto emancipatorio que sería la Gran Colombia”.
Finalmente, el Director Edgar Lugo, exaltó la figura de Bolívar como un gran estadista, que procuró la unión y hermandad de los pueblos de Nuestra América.

sábado, 9 de febrero de 2019

Ducentésimo aniversario del Discurso de Angostura. La Atlántida de la Emancipación Americana. 15/02/1819 - 15/02/2019.






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Artículo elaborado por:

Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira
MSc. En Historia Militar.

Cuentan leyendas griegas y egipcias que en la Edad Antigua habría existido en el océano Atlántico —equidistante a las costas de Brasil, el norte de África y Europa— una inmensa isla –territorialmente dos veces más extensa que Venezuela— bautizada La Atlántida. La mítica isla habría sido una potencia militar que llegó a dominar parte de Europa y África. Gobernada por leyes que fomentaban el apoyo mutuo y condenaban el belicismo, los reyes se reunían regularmente para alcanzar acuerdos, renovar alianzas y juzgar y sancionar a quienes atentaban contra la paz. Se cuenta que con el tiempo, la soberbia y las ansias de dominio subyugaron a los atlantes, atentando contra los principios que habían sellado su arresto moral y espiritual, conduciéndolos irremisiblemente a la perdición. Los dioses castigaron a los atlantes sin clemencia, y dicha civilización entera sufrió un cataclismo natural que “en una sola noche y un solo día” hundió la Atlántida en el océano, desapareciéndola de la faz de la tierra para siempre.
Sin ninguna explicación conocida, el nombre histórico de la heroica ciudad de Angostura ha desaparecido, como la Atlántida. Las nuevas generaciones que leen los textos de Bolívar desconocen dónde quedaba la Angostura de Bolívar. La antigua San Tomé de Angostura de la entonces provincia de Guayana, la bella ciudad en donde El Libertador Simón Bolívar proclama el 15 de febrero de 1819, su magnífico Congreso de Angostura, ya no existe. Su nombre fue cambiado por el de “Ciudad Bolívar”, nombre que si bien rinde honores al Libertador, también desdibuja una memoria de luchas importantísimas para el tiempo presente. Angostura, esa ciudad bordeada por el gran río Orinoco en cuyos márgenes Bolívar decide apertrecharse, protegerse y desde donde cambia la correlación de fuerzas frente al poderoso ejército del imperio español. 
El río Orinoco sirvió de canal fluvial para trasladar toda la logística: armas, pertrechos e imprenta, indispensables para el triunfo en la guerra de la independencia; así como enclave geoestratégico difícilmente penetrable que además garantizó el alimento de la tropa cosechado de los sembradíos de los monjes capuchinos, sirvió para descanso y protección de las tropas revolucionarias, facilidades que permitieron fortalecer su correlación en la guerra por la existencia republicana de Venezuela y Nuestramérica.
En este espacio glorioso del hoy estado Bolívar, el Libertador maduró el proyecto de emancipación de toda la América del Sur y del Caribe, llegando al clímax de su epopeya en la inauguración del Congreso de Angostura. 
LOGÍSTICA DE LA GUERRA 
A inicios de 1819, el norte del territorio venezolano se hallaba en poder del ejército de ocupación del imperio español, eufemísticamente denominado “La Expedición Pacificadora”. El Libertador Simón Bolívar se encontraba en campaña militar desde su desembarco en Carúpano en 1816 y, tras sopesar su situación militar desventajosa tanto en términos tácticos como estratégicos, sumado a una fuerte precariedad económica, Bolívar decide avanzar hacia el sur de Venezuela. Poco después instalaría su cuartel general en la ciudad de Angostura, en la entonces Provincia de Guayana, pese a que su Estado Mayor General le recomendó no hacerlo. Sin embargo, Bolívar comprendió la inestimable importancia de establecer su Comandancia General en un territorio que le permitiera brindar estabilidad logística al Ejército Libertador y reorganizar el poder político de cara a las confrontaciones porvenir contra el poderoso adversario español aguerridamente resuelto a poner fin a la insurrección patriota. Darle batalla a las fuerzas coloniales españolas de ocupación sin un buen apoyo logístico podría haber derivado en una tercera derrota consecutiva de los esfuerzos por lograr la independencia venezolana respecto de la corona española.
En 1817 el Ejército Libertador entró triunfante a la capital, Angostura, asegurándose así el General Bolívar el primer hito estratégico planificado consistente en: controlar el territorio guayanés, permitir la entrada de abastecimientos y pertrechos militares por la desembocadura del Orinoco, reconstituir sus cuadros militares y preparar la ofensiva en mejores condiciones tácticas, en contra de una extraordinaria y temible fuerza militar expedicionaria enviada por el rey Fernando VII, la misma que había derrotado al ejército francés invasor en la península ibérica 8 años antes.
Mientras estos acontecimientos se desarrollaban, el General Bolívar estaba informado sobre las actividades rebeldes y guerrilleras comandadas por un recio llanero conocido como el “Taita Páez”, quien había hecho frente a las fuerzas realistas desde 1816 con un éxito sin igual, por lo que Simón Bolívar tomó como ventaja táctica tal atmósfera militar y  ganó tiempo para preparar la maniobra principal, direccionada a encontrar su Ejército Libertador con las fuerzas del General José Antonio Páez a objeto de enfrentar en condiciones de paridad numérica, la Expedición Pacificadora del General Pablo Morillo quien venía de vencer a los franceses en Trafalgar, Bailén, Puente Sampayo y Vitoria. Tras la victoria patriota sobre Morillo, el historiador español Gonzalo M. Quintero Saravia expresaría: “La guerra estaba perdida para los realistas. Los siguientes años no serían más que una sangrienta confirmación de lo irreversible de la independencia americana”.
Afianzando definitivamente la irreversibilidad de la estrategia emancipadora
Sumergido en una vorágine constante de cavilaciones profundas que consumían su pensamiento, Bolívar y su Estado Mayor, tenían que explotar al máximo todas las ventajas que su enemigo le proporcionaba. Como buen entendedor del arte de la estrategia militar, necesitó construir un nuevo frente de lucha y no sujetar su accionar al simple teatro de la guerra. Y fue en Angostura donde forjó en pocos días su ópera prima, su mejor carta y gran jugada maestra. Decidió dar a luz el proyecto Gran Colombino y con esto fundar a la primera “Colombia”, a “Colombia la Grande”.
Bolívar impregna su discurso de históricas banderas sociales y políticas: un sistema republicano-democrático que incluya la abolición de la nobleza y de los fueros y privilegios de esta; y la abolición de la esclavitud. Incluyó el Poder Moral (cabe destacar el mismo está presente en la actual Constitución de la República Bolivariana de Venezuela), e hizo énfasis en la educación. Educar es conceder libertad pues rompe las cadenas de la ignorancia. Sentencia reafirmada en uno de sus más esclarecidos pensamientos:
"Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades".
Bolívar concibe la integración gran americana como la única gran muralla capaz de contener las insaciables pretensiones expansionistas imperialistas. Y, consciente de la necesidad de que los pueblos asuman el ejercicio pleno y colectivo de su libertad, toma la decisión más extraordinaria y valiente jamás asumida. Se subordina a la magnánima autoridad de los 30 legisladores del congreso, sellando su imborrable discurso con la histórica exhortación a los parlamentarios: "Señores, empezad vuestras funciones: yo he terminado las mías". "El Congreso de Venezuela está instalado; en él reside, desde este momento, la Soberanía Nacional”. “Mi espada y las de mis ínclitos compañeros de armas están siempre prontas a sostener su augusta autoridad”. “¡Viva el Congreso de Venezuela!".
El Congreso de Angostura fue la cumbre de la genialidad como estadista y político del vencedor de las dificultades, “El Libertador” y la obra discursiva que abrió las puertas de la inmortalidad a Simón Bolívar en tanto que Padre militar, político y espiritual de la Patria Grande.
Augusto final
Sí, este hombre nervioso y menudo, pletórico de inspiración y amor a su prójimo, puso rodilla en tierra, y lideró con imborrable maestría y conciencia republicana a todos los pueblos de nuestro continente. Haití nos facilitó las armas con el compromiso de que rompiéramos las cadenas de la esclavitud. Tres naciones llevan el tricolor mirandino. Fundó a la hija predilecta del corazón de la América del Sur: “Bolivia”, erigió la integración Américo-Meridional en el enclave geopolítico de Panamá y encendió la tea inmarcesible del fuego sagrado de la libertad, igualdad y fraternidad de los pueblos mancomunados en un solo espíritu eterno y vivo personificado en la Madre Patria Americana. 
Es, por cierto, en Angostura donde Bolívar confisca las embarcaciones estadounidenses que vendían armas de contrabando al ejército español (pese a que el gobierno norteamericano había declarado estricta neutralidad). Es en Angostura donde la unidad de mando cobra el más caro de los precios con el fusilamiento de Piar. Y es en Angostura donde se define la unidad de las fuerzas patriotas venezolanas y la estratégica lucha continental.
En Angostura se acera también el antiimperialismo bolivariano tras advertir el cinismo de una potencia emergente que le lleva a concluir años más tarde que: “Los Estados Unidos parecen predestinados a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”.
Bolívar nunca conquistó otros pueblos. Al contrario, los liberó. Por ello hoy, al cumplirse 200 años de nuestra gloriosa gesta independentista, en un contexto en el que preservar la soberanía, la independencia y la libertad constituyen los más sagrados deberes de los venezolanos, hoy cuando repolitizar los ideales de la Patria Grande es tan cardinal, convendría recuperar el glorioso nombre de Angostura para iluminar las presentes y futuras luchas. Hagamos pues emerger de nuevo del océano de la historia una “Ciudad Bolívar de Angostura”, o una “Angostura de Ciudad Bolívar”.
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