Consideraciones históricas
sobre el significado del mando y conducción y el liderazgo
Escrito por:
Teniente Coronel Édgar Alejandro Lugo Pereira
Especialista
en Historia Militar
Los
valores son todos aquellos elementos que el ser humano racionalmente considera
importantes en la vida. Valorar algo significa concederle su propia integridad,
tanto en cuestiones físicas como en las espirituales. Las personas tienen distintas
visiones sobre este concepto. En lo referente al tema del liderazgo, es
probable que le otorguemos mucha importancia a las relaciones interpersonales
sustentadas primordialmente en los sentimientos y en la capacidad que tienen
algunos de compartirlos, dándole prioridad siempre a los resultados que sin
duda alguna, se materializarán como un gran valor y capital para ejercer el
poder.
Pero
cuando se trata del mando y conducción, nos encontraremos con principios equivalentes en su mayoría con los preceptos
del liderazgo, pero se alejan bastante de la práctica del moderno líder para
precisamente ejercer su función primaria de, garantizar el mando y control a
toda costa, imponiendo la voluntad del que manda sin importar relativamente
como llevarlo a cabo.
Históricamente
y militarmente, las grandes masas de tropas eran mandadas y conducidas con
severidad, haciendo énfasis en una disciplina férrea, muy alejada de la acción del
líder. Espartanos, macedonios, cartagineses y romanos son nuestros principales
referentes. ¿Entonces podríamos inferir lo siguiente? El miedo
es un obstáculo a vencer, si de eso depende el poder tomar una decisión lógica
y acertada. Muchos en este proceso analítico simplemente dan un paso atrás.
¡En contraposición
al que manda! El líder influye directamente en un grupo, multitud de personas o
en un equipo de trabajo. Sabe cómo estudiar los escenarios, entiende los
diversos planteamientos del problema, sus aristas; los analiza y dirige los
esfuerzos individuales y colectivos para enfrentar activa o pasivamente los
retos, las amenazas y resolverlos. Con estas acciones cataliza el esfuerzo de
otros y los convierte en una fuerza creativa obrando continuamente para alcanzar el éxito de la misión encomendada. Es
curioso, ¡Los grandes líderes surgen en momentos cuando el miedo, acción natural
humana, se presenta para obstaculizar los procesos humanos!
Como
lo establece el Profesor Luis Beltrán Prieto Figueroa en su obra. “El Maestro
como Líder”. La persona reconocida por todos como más eficiente para ejercer
sobre los demás individuos de una comunidad cierta influencia mediante estímulos
adecuados que conducen a la ejecución de una acción o propósito de grupo,
recibe el nombre de líder.
¡Si en
el líder militar existe la facultad de comando! La misma se encuentra irremediablemente
acompañada de una férrea voluntad de servicio. Su forma de conducir y orientar no
siempre implica aceptación por parte de los integrantes de la unidad militar,
pero en este caso se imponen las ordenanzas militares, el grado que ostenta el
jefe, el profesionalismo, la disciplina grupal y la experiencia ganada por sus
actuaciones militares.
¡He
aquí donde se presenta el dilema circunstancial entre el que conduce y el que
lideriza! Los sentidos antes mencionados
implicaban de hecho, la utilización de imposiciones y medios persuasivos para legitimar el mando, basándose en el principio
de la obediencia debida. ¡Por cierto!, cultura militar difundida y aceptada por
todas las fuerzas armadas latinoamericanas y muy bien atesorada hasta la fecha.
Para
ejemplificar esta contradicción, tomaremos la figura histórica de “El
Libertador” y su némesis José Tomas Boves. Este ultimo se convertiría en la
antítesis de Bolívar, le obsesionaba su figura militar y añoraba para si la
gloria de las armas, sin embargo para alcanzarla, solo le quedaba acometer la
lucha de clases con una fiereza implacable y arrolladora, desplegando su mando
convincente y conveniente para sus designios, logrando consolidar su posición
de jefe natural conduciendo con éxito arrollador, miles de combatientes
convencidos por su verbo, gracia y por las inmensas compensaciones, que el
saqueo, robo y pillaje le ofrecían a las clases sociales mas depauperadas y
empobrecidas que actuarían en la contienda militar emancipadora durante todo
1814.
Bolívar
entretanto, favorecido por la claridad de sus preconcebidas ideas sobre la
libertad racional y gracias a la comprensión de las corrientes filosóficas que
se encontraban en boga a finales del Siglo XVIII y principios del Siglo XIX, a
las cuales tuvo acceso privilegiado durante su proceso de formación. Fue que
pudo construir el proyecto revolucionario de la integración de los pueblos
américo - meridionales, naciendo de este proceso, un liderazgo presente
solamente en los grandes estadistas que han moldeado la historia del pasado,
presente y marcando el devenir del futuro de la humanidad.
Simón Bolívar
demostraría su convicción de absoluto liderazgo el 2 de enero de 1814 ante la
Asamblea General convocada para hacer gobierno en la ciudad de Caracas, una vez
concluida la Campaña Admirable, expresando lo siguiente:
“Ciudadanos:
yo no soy el soberano. Vuestros representantes deben hacer vuestras Leyes; la
hacienda nacional no es de quien os gobierna; todos los depositarios de
vuestros intereses deben demostrarnos el uso que han hecho de ellos. Juzgad con
imparcialidad si he dirigido los elementos del poder a mi propia elevación, o
sí he hecho el sacrificio de mi vida, de mis sentimientos, de todos mis
instantes, por constituiros en Nación; por aumentar vuestros recursos; o más
bien, por crearlo”.
El
general Bolívar, necesariamente en sus inicios como conductor de tropas, tuvo
que practicar el mando y conducción basándose en “Las Ordenanzas Militares Españolas”[1]
aún en estos tiempos, las fuerzas militares españolas conservan estos preceptos,
evolucionados y adaptados a su realidad nacional, plasmados desde el artículo
44 hasta el artículo 82 de su respectiva ley.
Muchos
de estos artículos con sus respectivas modificaciones culturales, son herencia
permanente de las fuerzas armadas latinoamericanas. ¡Es curioso pero la expresión
“liderazgo” solo aparece reflejada en el artículo 54 de estas ordenanzas! Sin embargo la palabra “mando”, es reflejada
en todo el contexto y marco general del documento citado como referencia.
Podemos
inferir con toda probidad, que el espíritu del mando y conducción presente en
el comandante de unidad, está claramente alineada con esta verdad histórica,
producto de la herencia colonial ¡No es de extrañar, el carácter severo y
dedicado que los militares venezolanos en posición de comando exigen de sus
subordinados, para garantizar el cumplimiento de la misión asignada! “El que manda deberá a todo trance hacerse
obedecer de sus subordinados”[2].
Comprender
el liderazgo de Simón Bolívar, nos vincula directamente con su carácter
recalcitrante y retador de todas las estructuras coloniales presentes durante
el proceso de su crecimiento intelectual como político, estadista y militar.
Se
podría describir el liderazgo de manera general en algunos casos, a través de
las personalidades destacadas de los líderes, las que a su vez, pueden
estimular a los miembros de una comunidad o grupos a seguirlas. Los líderes se apoderan
de la causa que representan comunicando a su vez, la sensación y el calor
humanos que las ideas transformadas en ideales transmiten y otros difícilmente no
pueden comunicar, de allí la expresión: “El líder no nace, se hace”, y como consecuencia,
los líderes positivos o negativos, encuentran sus nichos para conducir a otros
dentro de sus ideales. Veamos.
A
partir del siglo XX,
centuria compleja marcada por intensas transformaciones sociales, políticas y
económicas, las circunstancias permitieron el encumbramiento de grandes
conductores sociales que guiaron, aun mucho después de desaparecidos, a
comunidades y poblaciones enteras bajo sus preceptos.
Los
liderazgos del siglo XXI, en
relación con los del siglo pasado, no se guardan mucha distancia, evolucionado
significativamente de acuerdo con los escenarios políticos sociales y
económicos que persiguen una justa distribución de la riqueza para los pueblos;
es más, se han reeditado en el proceso, caudillos mesiánicos, que para algunos
conglomerados sociales, brindan la solución a todos sus males. También se
pueden observar de modo casi obsceno y con mucha
preocupación para el futuro de la raza humana, el preocupante avance del
liderazgo al estilo “Wall Street”[3],
donde su razón dicta simplemente: garantizar que sus socios y los grandes
capitales corporativos prevalezcan en detrimento de las masas populares drásticamente
empobrecidas alrededor del mundo por sus prácticas expoliadoras de las riquezas
de los pueblos.
Actuando
con certeza, si examináramos inferencias entre el pasado y el presente en esta
materia tenemos que recordar que: el liderazgo y el mando y conducción está
relacionado con lo humano, y en ese aspecto no hemos evolucionado mucho, pues siguen
existiendo las necesidades primarias de sobrevivencia ¡y es imperativo hacerlo!
Entonces irremediablemente por métodos aceptables o no, impondremos la voluntad
sobre aquellos pueblos más débiles. En estos últimos cien años de historia por
lo antes descrito, hemos cometido en contra de los seres humanos y nuestro
hábitat, las más descaradas tropelías en nombre de nuestros ideales, cualesquiera
estos sean.
¡Sin
embargo no todo está perdido en este proceso! La razón humana prevalecerá,
buscando el equilibrio natural en contra de las pretensiones de liderazgos
oscuros que han arrastrado a nuestras sociedades al colapso. Debemos retomar la
senda de la conciliación, el respeto y la protección del ambiente para poder
sustentar la existencia de la civilización humana sobre la faz del planeta.
Bibliografía
Reales Ordenanzas Españolas
Reglamento de Castigos Disciplinarios
N#6
Müller, Ingo: Los Juristas del
Horror. Editorial Actum, Caracas, 2006.
Villaronga. M. “El concepto del líder”,
en la Revista Educación, Marzo de
1954, San Juan de Puerto Rico, p. 3.
* Especialista
en Historia Militar.
[1] www.boe.es/boe/dias/2009/02/07/pdfs/BOE-A-2009-2074.pdf
[2] Reglamento
de Castigo Disciplinario N# 6. Artículo 18. Gaceta Oficial N# 37.507 de fecha
16 de agosto de 2002.
[3] www.nuevayork.net. Wall
Street es la calle principal del distrito financiero de Nueva York, en ella
están edificios tan conocidos como La Bolsa y el Federal Hall.
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