martes, 26 de noviembre de 2013

Consideraciones históricas sobre el significado del mando y conducción y el liderazgo


Consideraciones históricas sobre el significado del mando y conducción y el liderazgo


Escrito por:
Teniente Coronel Édgar Alejandro Lugo Pereira
Especialista en Historia Militar

Los valores son todos aquellos elementos que el ser humano racionalmente considera importantes en la vida. Valorar algo significa concederle su propia integridad, tanto en cuestiones físicas como en las espirituales. Las personas tienen distintas visiones sobre este concepto. En lo referente al tema del liderazgo, es probable que le otorguemos mucha importancia a las relaciones interpersonales sustentadas primordialmente en los sentimientos y en la capacidad que tienen algunos de compartirlos, dándole prioridad siempre a los resultados que sin duda alguna, se materializarán como un gran valor y capital para ejercer el poder.

Pero cuando se trata del mando y conducción, nos encontraremos con principios  equivalentes en su mayoría con los preceptos del liderazgo, pero se alejan bastante de la práctica del moderno líder para precisamente ejercer su función primaria de, garantizar el mando y control a toda costa, imponiendo la voluntad del que manda sin importar relativamente como llevarlo a cabo.

Históricamente y militarmente, las grandes masas de tropas eran mandadas y conducidas con severidad, haciendo énfasis en una disciplina férrea, muy alejada de la acción del líder. Espartanos, macedonios, cartagineses y romanos son nuestros principales referentes. ¿Entonces podríamos inferir lo siguiente? El miedo es un obstáculo a vencer, si de eso depende el poder tomar una decisión lógica y acertada. Muchos en este proceso analítico simplemente dan un paso atrás.

¡En contraposición al que manda! El líder influye directamente en un grupo, multitud de personas o en un equipo de trabajo. Sabe cómo estudiar los escenarios, entiende los diversos planteamientos del problema, sus aristas; los analiza y dirige los esfuerzos individuales y colectivos para enfrentar activa o pasivamente los retos, las amenazas y resolverlos. Con estas acciones cataliza el esfuerzo de otros y los convierte en una fuerza creativa obrando continuamente para  alcanzar el éxito de la misión encomendada. Es curioso, ¡Los grandes líderes surgen en momentos cuando el miedo, acción natural humana, se presenta para obstaculizar los procesos humanos!

Como lo establece el Profesor Luis Beltrán Prieto Figueroa en su obra. “El Maestro como Líder”. La persona reconocida por todos como más eficiente para ejercer sobre los demás individuos de una comunidad cierta influencia mediante estímulos adecuados que conducen a la ejecución de una acción o propósito de grupo, recibe el nombre de líder.

¡Si en el líder militar existe la facultad de comando! La misma se encuentra irremediablemente acompañada de una férrea voluntad de servicio. Su forma de conducir y orientar no siempre implica aceptación por parte de los integrantes de la unidad militar, pero en este caso se imponen las ordenanzas militares, el grado que ostenta el jefe, el profesionalismo, la disciplina grupal y la experiencia ganada por sus actuaciones militares.

¡He aquí donde se presenta el dilema circunstancial entre el que conduce y el que lideriza! Los sentidos antes mencionados implicaban de hecho, la utilización de imposiciones y medios persuasivos para  legitimar el mando, basándose en el principio de la obediencia debida. ¡Por cierto!, cultura militar difundida y aceptada por todas las fuerzas armadas latinoamericanas y muy bien atesorada hasta la fecha.

Para ejemplificar esta contradicción, tomaremos la figura histórica de “El Libertador” y su némesis José Tomas Boves. Este ultimo se convertiría en la antítesis de Bolívar, le obsesionaba su figura militar y añoraba para si la gloria de las armas, sin embargo para alcanzarla, solo le quedaba acometer la lucha de clases con una fiereza implacable y arrolladora, desplegando su mando convincente y conveniente para sus designios, logrando consolidar su posición de jefe natural conduciendo con éxito arrollador, miles de combatientes convencidos por su verbo, gracia y por las inmensas compensaciones, que el saqueo, robo y pillaje le ofrecían a las clases sociales mas depauperadas y empobrecidas que actuarían en la contienda militar emancipadora durante todo 1814.

Bolívar entretanto, favorecido por la claridad de sus preconcebidas ideas sobre la libertad racional y gracias a la comprensión de las corrientes filosóficas que se encontraban en boga a finales del Siglo XVIII y principios del Siglo XIX, a las cuales tuvo acceso privilegiado durante su proceso de formación. Fue que pudo construir el proyecto revolucionario de la integración de los pueblos américo - meridionales, naciendo de este proceso, un liderazgo presente solamente en los grandes estadistas que han moldeado la historia del pasado, presente y marcando el devenir del futuro de la humanidad.

Simón Bolívar demostraría su convicción de absoluto liderazgo el 2 de enero de 1814 ante la Asamblea General convocada para hacer gobierno en la ciudad de Caracas, una vez concluida la Campaña Admirable, expresando lo siguiente:

“Ciudadanos: yo no soy el soberano. Vuestros representantes deben hacer vuestras Leyes; la hacienda nacional no es de quien os gobierna; todos los depositarios de vuestros intereses deben demostrarnos el uso que han hecho de ellos. Juzgad con imparcialidad si he dirigido los elementos del poder a mi propia elevación, o sí he hecho el sacrificio de mi vida, de mis sentimientos, de todos mis instantes, por constituiros en Nación; por aumentar vuestros recursos; o más bien, por crearlo”.

El general Bolívar, necesariamente en sus inicios como conductor de tropas, tuvo que practicar el mando y conducción basándose en “Las Ordenanzas Militares Españolas”[1] aún en estos tiempos, las fuerzas militares españolas conservan estos preceptos, evolucionados y adaptados a su realidad nacional, plasmados desde el artículo 44 hasta el artículo 82 de su respectiva ley.

Muchos de estos artículos con sus respectivas modificaciones culturales, son herencia permanente de las fuerzas armadas latinoamericanas. ¡Es curioso pero la expresión “liderazgo” solo aparece reflejada en el  artículo 54 de estas ordenanzas!  Sin embargo la palabra “mando”, es reflejada en todo el contexto y marco general del documento citado como referencia.

Podemos inferir con toda probidad, que el espíritu del mando y conducción presente en el comandante de unidad, está claramente alineada con esta verdad histórica, producto de la herencia colonial ¡No es de extrañar, el carácter severo y dedicado que los militares venezolanos en posición de comando exigen de sus subordinados, para garantizar el cumplimiento de la misión asignada! “El que manda deberá a todo trance hacerse obedecer de sus subordinados”[2].

Comprender el liderazgo de Simón Bolívar, nos vincula directamente con su carácter recalcitrante y retador de todas las estructuras coloniales presentes durante el proceso de su crecimiento intelectual como político, estadista y militar.  

Se podría describir el liderazgo de manera general en algunos casos, a través de las personalidades destacadas de los líderes, las que a su vez, pueden estimular a los miembros de una comunidad o grupos a seguirlas. Los líderes se apoderan de la causa que representan comunicando a su vez, la sensación y el calor humanos que las ideas transformadas en ideales transmiten y otros difícilmente no pueden comunicar, de allí la expresión: “El líder no nace, se hace”, y como consecuencia, los líderes positivos o negativos, encuentran sus nichos para conducir a otros dentro de sus ideales. Veamos.

A partir del siglo XX, centuria compleja marcada por intensas transformaciones sociales, políticas y económicas, las circunstancias permitieron el encumbramiento de grandes conductores sociales que guiaron, aun mucho después de desaparecidos, a comunidades y poblaciones enteras bajo sus preceptos.

Los liderazgos del siglo XXI, en relación con los del siglo pasado, no se guardan mucha distancia, evolucionado significativamente de acuerdo con los escenarios políticos sociales y económicos que persiguen una justa distribución de la riqueza para los pueblos; es más, se han reeditado en el proceso, caudillos mesiánicos, que para algunos conglomerados sociales, brindan la solución a todos sus males. También se pueden observar de modo casi obsceno y con mucha preocupación para el futuro de la raza humana, el preocupante avance del liderazgo al estilo “Wall Street”[3], donde su razón dicta simplemente: garantizar que sus socios y los grandes capitales corporativos prevalezcan en detrimento de las masas populares drásticamente empobrecidas alrededor del mundo por sus prácticas expoliadoras de las riquezas de los pueblos.

Actuando con certeza, si examináramos inferencias entre el pasado y el presente en esta materia tenemos que recordar que: el liderazgo y el mando y conducción está relacionado con lo humano, y en ese aspecto no hemos evolucionado mucho, pues siguen existiendo las necesidades primarias de sobrevivencia ¡y es imperativo hacerlo! Entonces irremediablemente por métodos aceptables o no, impondremos la voluntad sobre aquellos pueblos más débiles. En estos últimos cien años de historia por lo antes descrito, hemos cometido en contra de los seres humanos y nuestro hábitat, las más descaradas tropelías en nombre de nuestros ideales, cualesquiera estos sean.

¡Sin embargo no todo está perdido en este proceso! La razón humana prevalecerá, buscando el equilibrio natural en contra de las pretensiones de liderazgos oscuros que han arrastrado a nuestras sociedades al colapso. Debemos retomar la senda de la conciliación, el respeto y la protección del ambiente para poder sustentar la existencia de la civilización humana sobre la faz del planeta.


           


Bibliografía


Reales Ordenanzas Españolas

Reglamento de Castigos Disciplinarios N#6

Müller, Ingo: Los Juristas del Horror. Editorial  Actum, Caracas, 2006.

Villaronga. M. “El concepto del líder”, en la Revista Educación, Marzo de 1954, San Juan de Puerto Rico, p. 3.




* Especialista en Historia Militar.




[1] www.boe.es/boe/dias/2009/02/07/pdfs/BOE-A-2009-2074.pdf‎
[2] Reglamento de Castigo Disciplinario N# 6. Artículo 18. Gaceta Oficial N# 37.507 de fecha 16 de agosto de 2002.
[3] www.nuevayork.net. Wall Street es la calle principal del distrito financiero de Nueva York, en ella están edificios tan conocidos como La Bolsa y el Federal Hall.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario