martes, 7 de febrero de 2023

La Geopolítica de la cooperación. Un paradigma para romper desde el Sur global

 

1.    Introducción

      La integración desde la visión latinoamericana, como vía expedita para  formar un bloque homogéneo de ideas, planteamientos y ejecutorias de la política exterior de cada Estado que conforma esta variopinta comunidad de naciones, ha sido una eterna dilapidación de justificaciones entre posiciones irreconciliables. La percepción del poder político, ideológico, económico, la lucha de clases, los pobres del mundo contra los poderosos que lo regentan y aquellos que sin duda alguna son sus lacayos, así lo han demostrado.

     Las masas populares en cada sub región del continente americano han sido utilizadas como instrumentos de lucha arrojadas, planificada  científicamente a los campos de batalla del discurso y el accionar, para justificar dentro de los planes “Político – partidistas”, posicionar el desgastado eslogan de la integración americana de los pueblos. En pocas y escasas oportunidades esta pretensión ha sido esgrimida  por causas nobles, en fin. Es la eterna contradicción del poder y quienes desean detentarlo, no les costará emplear las armas necesarias para mantenerse en la cima de sus convicciones y hacerlas realidad.

     Si observamos con perspectiva y profundidad, podemos visualizar perfectamente cada pieza del poder interactuando en equilibrio cuando los actores logran sincronizar esfuerzos para alcanzar sus objetivos.

     No podemos pretender una ocurrencia fortuita, pero si podemos establecer una cadena de hechos y acontecimientos que sirven como vectores conductores del flujo que incrementan la masa hasta llevarla a un momento crítico que podría denominarse, “Punto de quiebre”, donde se pone en movimiento la masa y dependerá de su volumen, densidad, velocidad, que como onda de choque, impactará en las paradigmáticas y culturalmente endurecidas estructuras de poder, que por alguna razón deberían ser derribadas, para establecer nuevas fundaciones sobre las ruinas anteriores.

     Según Francisco Gucciardini, citado por el profesor Mallinson en su magistral ponencia presentada en el Diplomado de “Geopolítica CLACSO”, expresaría lo siguiente: “Las cosas siempre han sido iguales, que el pasado ilumina el futuro y que las mismas cosas vuelven sólo con diferentes nombres y colores”.

     Lo que sostiene su posición sobre la cuestión emocional de nuestras apreciaciones cuando se trata sobre el bien y el mal, quien considera que hace bien y ser desapasionado cuando se trata de entender el fenómeno humano y la forma cómo se maneja el poder desde que aprendimos como especie a organizarnos políticamente.

     Precisando con esta expresión la idea de este trabajo al proponer un mejor manejo del significado de la palabra “Integración”, que a todas luces puede y se entiende hasta intimidante y comprometedora, por el uso más potable de la palabra “Cooperación”. La Geopolítica como disciplina aplicada a estos fenómenos de pensamiento de alguna manera lo ha complejizado todo.

     ¡Claro! En aquellas mentes idealizadas con la búsqueda de la perfección, enfocando las teorías geopolíticas desde la comprensión del poder y como preservarlo, lo que nos ha traído una cantidad de lecciones duras de aprender y, sus consecuencias han sido extremadamente dolorosas en poco más de 200 años de nuestro pasado reciente. “Mallinson en su idea infirió lo siguiente”: “La gente se obsesiona en sus ideas y se olvida de todo los demás”.

     Ya sabemos el significado de obsesionarse con ideas, cuando estas convertidas en credos e ideales, se transforman en herramientas para alcanzar el poder. Siempre, y no es por casualidad que la palabra “Integración”, es usada para aglutinar ideas sumarias ya que las mismas arrastran sentimientos generalizados en provecho de las grandes mayorías poblacionales. Sin embargo, sus orígenes políticos sean de derecha o de izquierda, los ideales integradores han sido histórica y sistemáticamente torpedeados desde 1826, cuando Bolívar convocaría el “Congreso Anfictiónico de Panamá”, persiguiendo el supremo fin de fundar una confederación americana de naciones para hacer frente común a las amenazas neocolonizadoras de los nuevos imperios, que se estaban gestando para relevar al “Viejo orden mundial”.

     Al final esta idea quedaría torpedeada sumergiendo a la región, después de fracasar esta iniciativa, en un proceso de anarquía presente en la actualidad. Al respecto:

En ese escenario destaca, entre otras obras, el libro de Hedley, publicado en 1977, donde logra sobrepasar la aparente contradicción conceptual de la anarquía al orden y explica cómo la sociedad internacional tiene una naturaleza anárquica, al carecer de un órgano central de poder y gobierno, pero mantiene un orden que se ha ido desenvolviendo desde el medioevo cristiano hasta finales del siglo XX. Así, el vasto libro de Bull se propone explicar cómo se crea, opera y funciona el orden en medio de un proceso anárquico”.[1]

     A pesar de ser una posición particular y muy reduccionista y probablemente no compartida por muchos, se podría llegar al punto directo y sin tanto oropel, desnudando el comportamiento humano y su debilidad emocional cuando de “Integración Vs Cooperación” se trata, toda vez impulsada por el poder del discurso político, más que el económico, este último, necesita tener garantías favorables para funcionar correctamente, sobre todo y muy importante, tener plena autonomía alejado del mismo control político que estimula su ingente integración o cooperación. MERCOSUR y la CAN, son ejemplos históricos de organismos integradores o cooperadores, desde el punto de vista como se les quiera observar.

      El diseño de estas categorizaciones discursivas “Integración Vs Cooperación” y su evolución, nos ha permitido adentrarnos en el estudio del poder. Buscamos desesperadamente en estos tiempos tan convulsionados, encontrarle un uso alejado de sus raíces más desagradables. Quizás nuestro pensamiento latinoamericano y caribeño, coadyuve a la construcción de un mundo multipolar más pacífico, prolijo en el discurso bajo un perfecto catalizador integracionista o cooperativista que nos conduzca a tener quizás, mejores relaciones en la región, para alcanzar y crear un bloque o una comunidad de Estados que puedan apoyarse en materias comunes, alejándose de los ideales visionarios de pretender uniformar la compleja cosmovisión del pensamiento y valores del ser y sentirse latinoamericano y caribeño bajo la premisa de la “Integración Vs Cooperación”. Precisamente de la última categoría tratará este escrito.

2.    Planteamiento del problema

      La política exterior es una de las principales ramas de las relaciones internacionales; direcciona el ejercicio político de los Estados, actores fundamentales en el actual sistema mundo preponderante; de allí la importancia de las relaciones entre éstos, incluyendo a los sistemas multilaterales. En este caso de estudio en particular, el significado, la significancia y los significantes de las relaciones de cooperación entre los Estados latinoamericanos y caribeños se ha caracterizado por su dinámica agenda, ocupando un papel protagónico en el marco de la comunidad regional, en especial, buscando la consolidación de un sistema de relaciones culturales, sociales, políticas y económicas justas y favorables para nuestros pueblos y para los pares de la región y allende al continente.

      La cooperación desde la visión del sur global, se debe desarrollar bajo la premisa de una ruptura paradigmática conservadora sobre la interpretación de la palabra “Cooperación”. Es solo a través de los principios de “Paz y Solidaridad” como ejes principales para la construcción de mejores, justas y más equitativas relaciones entre los actores regionales, que se debe hacer. Allí está el aporte, en el entendido que estos principios fundamentales podrían allanar las vías hacia el establecimiento de nuevos enfoques, menos políticos por parte de la Integración, por mayor fluidez en una Cooperación, alejada de la controversia ideológica y doctrinal.

      La podríamos asociar hacia la construcción de una mejor capacidad de respuesta en todos los ámbitos, con el fin último de concentrar su accionar en garantizar mejor comunicación entre los Estados para distribuir bienestar generalizado a quienes más lo necesitan, los ciudadanos y sus comunidades.

      Estas ideas no son nuevas, emergieron del ideario planteado desde el siglo XIX por nuestros “Padres Libertadores”, durante el proceso de la emancipación americana. Estas razones van más allá del plantear un conjunto de estrategias programáticas a lo interno de su acontecer histórico, pues el escenario internacional ha venido poniendo en tensión los desafíos que para Latinoamérica y El Caribe, se presentan y visibilizan la impronta que la sitúa en un estadio que fractura viejos y robustecidos paradigmas doctrinales impuestos en el ejercicio de la política exterior, en las relaciones internacionales y en el comportamiento de la diplomacia conservadora y liberal.

      Se persigue aupar la “Cooperación”, con un enfoque más liberador, autóctono y suigéneris, romper las relaciones dispares entre las naciones; y emplazar a la comunidad internacional, a transformar la visión errada que ha impuesto la asimetría, la desigualdad y las tensiones entre actores considerados parte de una lógica que solo reconoce relaciones entre dominadores y dominados.

3.    Análisis y desarrollo del tema

      Definitivamente la materia disuasiva, demuestra cronológicamente y a lo largo de la evolución histórica de la humanidad, haber sido el recurso más preponderante y valioso con que se han servido sociedades enteras para garantizar por períodos prolongados la paz, ¿Pero a qué precio? No lo podemos mesurar, lo cierto del caso es que este factor ha obligado a sociedades conducidas por gobiernos ambiciosos, a mantener a raya sus aspiraciones y sed de conquistas, porque están conscientes de las implicaciones del ir más allá de sus límites y de sus probables consecuencias. Si volvemos nuestros pasos al legado de “El Libertador Simón Bolívar”, nos encontramos con lo siguiente:

"¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! ¡Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo!"[2]

      El Libertador vivió desde muy joven muchas experiencias marcadoras de hitos trascendentales que forjaron su madurez intelectual, de allí parte la gran riqueza que a través de sus incontables documentos personales y oficiales legó a la posteridad, refiriéndose a la comunión pacífica de los pueblos, pudiendo éstos resolver sus diferencias ¡Si las hubiere! Por medio de la negociación de los conflictos y la cooperación, porque todos de alguna manera somos iguales ante los ojos del creador: “El verdadero valor de la igualdad es hacer iguales a los diferentes”.[3]

      Para alcanzar la ansiada cooperación entre Estados se ha buscado establecer parámetros específicos de materialización, pudiendo mencionar las palabras: igualdad, reconocimiento, emancipación y libertad, como justificativos suficientemente poderosos para llegar a ella, sin embargo, no han satisfecho ni han proporcionado las soluciones necesarias para que la esperada cooperación sincera entre los Estados dentro de la región latinoamericana y caribeña se materialice. Hemos estado confrontados y divididos históricamente. Buscar los culpables y responsables de esta condición, simplemente se encontrará en el modelo político aplicado a una sociedad que no lo asume como propio. Hay que recordar siempre la cosmovisión originaria de los pueblos autóctonos antes de la llegada del europeo colonizador. Estos seres humanos constituyen en la actualidad las grandes mayorías poblacionales en toda la América continental. 

     ¡Es lamentable! Hoy en día la civilización y sus líderes hegemónicos, continúan sumidos en pensamientos medievales de dominación y subyugación de los pueblos. El significado de la palabra “Cooperación”, se encuentra desdibujada y comprometida con el discurso político y económico de turno, mientras las grandes mayorías en la América toda, simplemente continúan desamparadas. En palabras de Edgar Morín: “Hemos entrado en la era de las incertidumbres” y “el futuro imprevisible se está gestando hoy”.[4]

      El sueño de una América unida como lo soñaría Bolívar en 1826, por un “Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua”,[5] fue erosionado, perdiéndose definitivamente en las arenas movedizas de los intereses políticos de sus adversarios, apoyados estos últimos, precisamente por las potencias coloniales emergentes, que consideraban este tratado como una amenaza dentro de su área geográfica de influencia e interés político y económico, por eso debía evitarse a toda costa. Lo que trajo como consecuencia, que la unificación de los Estados americanos insurgentes luego del proceso emancipatorio, jamás se consolidaría.

      Como lo expresó el General de Brigada Pascualino Angiolillo Fernández: “La unión, liga y confederación de los Estados… la más apropiada… constituyendo entonces un mecanismo de unión de Estados independientes que se basa en un pacto con fines de protección externa y paz interna”.[6]

4.    Conclusiones y recomendaciones   

      El hecho radical de conceptualizar la “Cooperación desde el Sur global”, nos ofrecería retos que solo las más profundas reflexiones podrán responder.

      Tratar de allanar caminos cortos para alcanzarla en sí misma, constituye la sumatoria de los mismos errores que hemos repetido una y otra vez a lo largo de la historia de la humanidad.

     ¡Destáquese! Jamás la búsqueda por la ansiada cooperación en paz, ofrecería la extrema posibilidad de perderla. El negocio de la guerra y lo que económicamente representa, ha hecho de la cooperación una pieza de cambio de muy bajo valor, intrínsecamente relacionada con el alto valor proporcionado por la guerra a quienes la promueven constantemente.

      Al tratar de abarcar el concepto desde la visión de la “Cooperación en paz desde el Sur global”, es menester comprender la dificultad representada al sintetizar una idea tan amplia y repleta de conceptualizaciones harto disimiles, que como consecuencia traería y de hecho generaría, fricción para quiénes las confronten.

     Sólo la justicia social y la comunión de esfuerzos balanceados y dirigidos hacia la cooperación en paz, logrará reducir los abismos sociales haciendo materializar en principio, un diáfano equilibrio que irá apuntalándose con el transcurrir del tiempo, para darse en sí mismo, la suficiente fortaleza y perdurabilidad en contra de los avatares poderosos empecinados históricamente en mantenernos confrontados, débiles y dominables fácilmente.

5.    Referencias consultadas

1.    El orden mundial y la reconfiguración hegemónica en el siglo ...http://www.scielo.org.mx 

2. [1]BOLÍVAR, Simón (1815) “Carta de Jamaica” En: Doctrina del Libertador. Caracas, Fundación Biblioteca Ayacucho [6 de septiembre de 1815].

3.  [1]TOMÁS Y VALIENTE, Francisco(Valencia, 8 de diciembre 1932 - Madrid, . 1996)  Historiador y escritor español, asesinado por un miembro de la banda terrorista ETA en su despacho de la Universidad Autónoma de Madrid.

4.    [1]https://www.jornada.com.mx/2021/01/07/cultura/a03n1cul.

5.   [1]Documento firmado por los ministros plenipotenciarios de las Repúblicas de: Colombia, Centro América, Perú y los Estados Unidos Mejicanos como producto de las sesiones del Congreso Anfictiónico de Panamá convocado por El Libertador, entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826, constituyendo una hábil estrategia de disuasión, ante los intentos colonizadores de las potencias de la época.

6. ANGIOLILLO, P. (2012) La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR): Alianzas Militares. Caracas, Editorial El Perro y la Rana Colección Alfredo Maneiro, p. 48.



[2]BOLÍVAR, Simón (1815) “Carta de Jamaica” En: Doctrina del Libertador. Caracas, Fundación Biblioteca Ayacucho [ 6 de septiembre de 1815]

[3] TOMÁS Y VALIENTE, Francisco(Valencia, 8 de diciembre 1932 - Madrid, . 1996)  Historiador y escritor español, asesinado por un miembro de la banda terrorista ETA en su despacho de la Universidad Autónoma de Madrid.

[5] Documento firmado por los ministros plenipotenciarios de las Repúblicas de: Colombia, Centro América, Perú y los Estados Unidos Mejicanos. como producto de las sesiones del Congreso Anfictiónico de Panamá convocado por El Libertador, entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826, constituyendo una hábil estrategia de disuasión, ante los intentos colonizadores de las potencias de la época.

[6] ANGIOLILLO, P.  (2012) La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR): Alianzas Militares. Caracas, Editorial El Perro y la Rana Colección Alfredo Maneiro, p. 48