jueves, 27 de octubre de 2022

Interpretando la política exterior del mundo de hoy


Artículo escrito por:

Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira

M. Sc en Historia Militar

IAESEN

20 de octubre de 2022

            Podemos observar con un perfil de profundidad, como la seguridad de los Estados nacionales está siendo amenazada en estos tiempos de imprecisiones políticas, al violentarse sistemáticamente las reglas que se impusieron al mundo occidental y al resto del mundo más allá de los Urales, posterior a la Guerra de los Treinta Años y la paz de Westfalia.

            Todo el entramado que a partir de 1648 se empezó a construir, ha evolucionado hasta nuestro presente, estimulando la creatividad del ser humano para darle forma en el discurso, (filosofías, teorías, doctrinas, ideas) y en la praxis, (sistematizar, organizar, viabilizar, ejecutar), permitiendo configurar el Sistema Mundo tal cual lo conocemos, logrando formalizar nuestros comportamientos políticos, económicos y sociales para tratar de fajar bajo las costuras de un traje hecho a la medida a la civilización. ¡Pero!

Aquí hallamos el problema histórico y sus graves inconvenientes

            La civilización humana es una sola, salvo demostración científica de  la existencia de una civilización alienígena, dotada de las mismas características basadas en un pensamiento razonado que nos iguale o supere; sin embargo, nuestra conocida civilización está identificada por un caleidoscopio de sociedades integrantes. Ella en sí misma, es una gran audiencia de blancos audiencia y cada blanco audiencia, posee su propia cosmovisión.

Cómo debemos entender el problema de lo político y lo económico

            Partiendo de un punto inicial, debemos reconocer que el Sistema Mundo esta progresivamente colapsando, Wallerstein afirmó, “Lo que estamos viendo es la crisis estructural del sistema”, claro refiriendo al capitalismo en su expresión, pero: ¿Cómo describir esta crisis sin incluir todo el Sistema Mundo en la ecuación? ¡Jamás va a dar un resultado positivo, ni por procedimiento, ni por resultado! Lamentablemente para la gran mayoría de los seres humanos, seremos víctimas de su acelerado final, sin tener la capacidad de lograr establecer un punto de equilibrio y alcanzar un acuerdo antes de caer inevitablemente. Boron lo ratifica: “La crisis del modo de producción capitalista es inédita… Es única y sin precedente, lo que ha entrado en crisis es la civilización que creó el capital… Una crisis civilizatoria multidimensional”.

            Sin duda alguna que las manifestaciones son de hecho incuestionables e incontrovertibles, forman parte del ADN civilizatorio y cuando algo se hace decadente e insostenible, deberá perecer de un solo golpe. Este caso de estudio analizado en particular, es una palmaria demostración de lo expresado en líneas anteriores, citamos a Montesquieu: “Hay causas generales, ya morales, ya físicas, que obran en cada gobierno, lo elevan, lo mantienen o lo precipitan; todos los accidentes están sometidos a estas causas; y si el azar de una batalla, es decir, una causa particular, arruinó a un Estado, había una causa general que hacía que este Estado debiese perecer en una sola batalla; en una palabra, la modalidad principal arrastra consigo todos los accidentes particulares”[1].

            Siendo poderosamente razonables, el ejercicio de la política exterior no encuentra cómo volver a establecer la empatía necesaria para contener el colapso de las relaciones internacionales entre los Estados nacionales, sumándose todo el sistema multilateral. A nuestro parecer hemos retrocedido a los tiempos de las Ciudades Estados, las cuales defendían su soberanía e independencia a ultranza.            La Guerra del Peloponeso, nos muestra cómo una Ciudad Estado mediterránea (Atenas), impuso su poderío sobre una Ciudad Estado continental, (Esparta), todo para controlar su propio Heartland griego, lo que trajo como consecuencia final la caída de la sociedad griega, su modo de vida y la extinción definitiva de su dominio mediterráneo. Gastón Bouthoul nos refirió lo siguiente: “La victoria ha favorecido a uno u otro beligerante, uno ganaba la guerra, pero inexorablemente los dos perdían la paz”[2].

            Sin duda alguna, la velocidad del desarrollo de los medios de comunicación y el poder que ha significado y representado para la corporocracia, nacida a la luz de los avances tecnológicos en su mayoría de corte militar, ha permitido que las distancias y los tiempos sean prácticamente inexistentes. Nos muestra a un mundo bajo la óptica de las editoriales impuestas por la mano oculta, motor del comportamiento del mercado en primer lugar y, en las sombras permanentes, ocultando a los responsables. ¿Dónde quedará la soberanía del Estado como actor en este caso, no preponderante para controlar la mediática y los mercados que se están erigiendo como decisores autónomos sin regulación aparente?

            La oposición a ultranza de los actores unipolares en contra del multipolarismo emergente, apalancado por un crecimiento económico que ha sobrepasado cualquier cálculo hecho política, económica y militarmente para contenerlos. Se han disparado todas las estrategias de contención de esta amenaza de manera desproporcionada y sin control por parte de los hegemones occidentales (caso Ucrania), lo que ha puesto en peligro la paz mundial y la supervivencia de todos los seres humanos en el planeta.

            Debemos estar preparados para proporcionar nuevos enfoques, asideros y propuestas que coadyuven a generar dentro del metastásico Sistema Mundo preponderante, nuevos tejidos de concertación, diálogo y compromiso para mantener la concordia y la paz entre todos los pueblos del mundo. La supervivencia de la humanidad y con ella su entorno, dependerá de ello.

“El monstruo del capitalismo no va a morir en paz, dará pelea como fiera acorralada buscando con un zarpazo, herir de muerte a su oponente”[3]     

 



[1] Tratado el espíritu de las leyes.

[2] Texto inicial de la editorial de la revista, “Guerres et paix” publicada en 1966.

[3] Lugo E. Pensamientos inéditos.

 

domingo, 9 de octubre de 2022

Repensar el mundo en que vivimos, ya no tenemos más tiempo



Escrito por:
Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira

M. Sc en Historia Militar

IAESEN

8 de octubre de 2022

¡Y ahora quién podrá defendernos!

Está demostrado y es un hecho incontrovertible e incuestionable que el sistema mundo tal cual lo conocemos y todas las doctrinas filosóficas que lo han sustentado por casi 300 años están en sus últimos estertores.

Ya no hay forma de conciliar posiciones irreconciliables, yo lo manifesté hace tiempo, "El monstruo del capitalismo no va a morir en paz", va a dar pelea como una fiera acorralada buscando con un zarpazo matar a su oponente.

La educación es una necesidad que debe ser política estratégica de Estado. Está relacionada con nuestro comportamiento político y con nuestras actuaciones como Estado para desarrollar la Política Exterior. A veces pienso, en cuáles manos y pensamientos caemos cuando tenemos representantes en foros internacionales que solo van a hacer turismo, lejos de a realizar correctamente y con una visión de Estado las responsabilidades inherentes al cargo o despacho representado.

Allí se materializa la ignorancia activa, por falta de conocimiento o la ignorancia pasiva por falta de habilidades para manejar el escenario. No me lo contaron, los he visto. Valga la crítica constructiva.

En Latinoamérica todos se preocupan por el tema del gorilismo y los golpes de Estado, pues esa etapa oscura y dramática experimentada por la región durante todo el siglo XX, ya no es viable para estas fechas. Las fuerzas militares en Latinoamérica han sido caladas por procesos doctrinales en su mayoría impulsados por Estados Unidos, donde la utilización de la fuerza militar para obtener un cambio de gobierno favorable a sus intereses, no es de inmediata utilidad.

Como saben, el método y su praxis están bien delineados sobre la estrategia del Lawfare y el uso de liderazgos internos para desestabilizar gobiernos no ajustados a sus procederes hegemónicos.

Hemos retrocedido a los tiempos de la EUROPA BOBA, 1929/1939. La guerra se posiciona actualmente como el jarabe de palo necesario para curar todas las enfermedades que el sistema mundo capitalista y post industrial tiene regado en su cuerpo como metástasis. La guerra para el mundo occidental hegemónico es la inmediata cura. Recordemos las cruzadas, fueron habilitadas no para perseguir el Cáliz de la última cena y el Arca de la Alianza, fueron motivadas para controlar la riqueza que fluía como maná del comercio entre el Medio Oriente, la India y China. Algo parecido con la realidad actual.

No es una simple confluencia de hechos históricos. Insisto vehementemente, en el ejercicio de la Política Exterior debemos ser consecuentes con nuestro discurso y con el accionar, a veces nos sujetamos a las teorías y metodologías para buscar soluciones a problemas que sistémicamente no las tienen, al menos que se aborden con otros perfiles más novedosos. Esto incluye ex profeso a la disciplina de la geopolítica.

He allí la evolución de nuestra inventiva para materializar sus efectos, quizás positivos o negativos pero hay que intentarlo. El mantenerse estáticos confiando que estos antiguos teoremas nos van a dar una solución, es estar esperando un milagro a sabiendas de que en estos menesteres no son posibles.

El uso del armamento nuclear, por cuestión de lógica, por quienes las poseen, 9 países entre ellos Israel, no está en sus planteamientos operacionales. Ningún jefe militar tiene el control de estas armas, las referidas pasan por un proceso muy controlado para llegar a la fase de ejecutar una orden y despachar una de estos artefactos. Sin embargo, no podemos dudar que si pueda ser usada una bomba sucia, no rastreable, pero las probabilidades de ocurrencia son realmente bastante difíciles, debido al complejo manejo de este tipo de armas en cuanto a traslado, mantenimiento y seguridad. 

Nos están vendiendo un producto virtualmente diseñado por laboratorios muy bien direccionados para alejarnos de la realidad. Solo basta asomarse a la ventana y ver con nuestros propios ojos otras verdades. Los ojos de estas post verdades son las redes sociales y los videos juegos, estando la mitad de los humanos pensantes sumergidos en ellos, mientras que la otra mitad está tan ocupada buscando agua y con qué alimentarse que la verdad y la realidad prácticamente dejó de importarles o interesarles.

Con hambre y sed no se piensa. Necesariamente hay que confrontar los sistemas y demostrar que los mismos creados por nosotros. Son objetos de cambio y evolución, aquellos sistemas que no se adaptan o no aceptan ser renovados, deben dejar de existir.

En ese orden de ideas tenemos a un Sistema Mundo, inoperante, desacreditado, ineficiente que solo responde a intereses particulares y beneficia a un mínimo porcentaje de la población mundial. Actualmente, el mundo se está partiendo y su fractura es el viejo Heartland euroasiático, no es casualidad que el reseteo del Sistema Mundo se haya manifestado allí y no en otra región del planeta.

El mundo ha perdido cualquier fórmula generadora de la empatía necesaria que la especie humana necesita para sobrevivir. Nos hemos transformado en negadores de nuestra propia existencia, pensamos en colonizar otros planetas para convertirlos en futuros hogares, pero estamos en ese proceso destruyendo la única posibilidad de sustentarnos como especie. Solo los virus actúan como nosotros, destruyen a su paso la sanidad de un ambiente y hacen colapsar sus ecosistemas.

No me culpen de ser nihilista, pero lamentablemente la supervivencia de nuestra especie está severamente comprometida, la pandemia nos demostró en los primeros 3 meses, como el planeta se autorreguló sin necesidad de intervención humana. Eso sucedió porqué nos paralizamos y se detuvo nuestro proceso depredador. Lamentablemente la civilización volvió a su marcha y con bríos renovados, pero no para pensar en una renovación y un equilibrio, sino para avasallarnos con más guerras y más contaminación y ahora con mayor desespero e irrespeto a la misma humanidad que nos representa.

Lo peligroso de mirar hacia atrás es convertirnos en una pila de sal, como la mujer de Lot cuando se quemaba Sodoma y Gomorra. Haciendo un paralelismo convergente como humanidad: "No tenemos que voltear, nos estamos quemando dentro, como le sucedió a estas desdichadas ciudades". Francis Fukuyama decretó el fin de la historia, pero el fin de cual historia quiso referir.

El importe intrínseco de esta crisis de valores lo califico con "0". No podemos darle valor a algo impuesto con violencia y saña, cuando el verdadero valor en sí mismo es alcanzar la paz. Claro como la paz no vende, no es comercial y no genera “Profits”, es decir, ganancias, pues sacrifíquenla. Este es el axioma al cual hoy día nos enfrentamos y debemos combatir.

Nuestro país ha posicionado la necesidad de garantizar la paz. Lo ha hecho en cada uno de los espacios de discusión dónde alguna controversia esté generada o gestándose y, en ese proceso de perseguir la paz, hemos sido agredidos; no obstante con estoicidad resistimos porqué la razón histórica nos asiste.

Definitivamente, estas visiones del actual mundo son más que perturbadoras. La necesidad de perfilar nuevos métodos y procedimientos acordes con nuestra evolución, coadyuvará a trabajar por el mantenimiento de la paz, a evitar la terrible escalada vertiginosa a donde nos están arrastrando inevitablemente, o es lo que nos quieren hacer aceptar.

¡Estas son mis reflexiones, si no les gustan, pues tengo otras más que mostrarles, pero por favor no se molesten!

Adaptación personal de un pensamiento de Groucho Marx.