domingo, 7 de junio de 2015

GUERRA DE RESISTENCIA: ENSAYO: LOS JUDÍOS, LOS PALESTINOS Y LA TIERRA PROMETIDA. GÉNESIS DE UNA TRAGEDIA


LOS JUDÍOS, LOS PALESTINOS Y LA TIERRA PROMETIDA
 GÉNESIS DE UNA TRAGEDIA
Escrito por:
Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira
Especialista en Historia Militar
IAEDEN, junio, 2015
 
“La historia ha sido escrita, es escrita y seguirá siendo escrita por las sociedades vencedoras, que de una u otra manera han luchado por imponer su supremacía cultural, económica, social, política y religiosa”, sobre aquellas  más débiles y carentes de fortalezas, solo compensadas por el afán excelso de mantener su libre determinación, de legar su herencia a las futuras generaciones bajo la égida de la libertad y ejercicio de su soberanía.
La Biblia, la Torá y El Corán son textos religiosos fundamentales que representan la recopilación filosófica de dogmas ancestrales y enseñanzas morales y espirituales, que han moldeado el devenir histórico de estas sociedades y su característica más importante y radical: considerar el monoteísmo como pilar fundamental de su supremacía absoluta sobre aquellas sociedades que según sus consideraciones son débiles, carentes de moral, justicia e identidad nacional, lo que da como resultado su inmediata asimilación y en el peor de los casos, propiciar su exterminio.
PLANTEAMIENTOS
 En el Génesis capítulo 12, versículo 7, se narra: “Jehová prometió a Abraham “que por ser los judíos el pueblo escogido te daré a ti y a tu descendencia la tierra de Canaán”, dando origen al mito o leyenda de la tierra prometida. Hay que enfrentar un hecho histórico irreconciliable con la verdad: será que Jehová dentro de sus cálculos no previó que esa tierra que estaba prometiéndole a Abraham, estaba habitada por cientos de miles de cananeos, filisteos, amorreos, gabaonitas entre otras sociedades. Estas habían desarrollado un modelo económico, social y cultural sustentable y en franca armonía con su entorno territorial.   
Según los preceptos filosóficos establecidos en el Antiguo Testamento: Moisés libera de la esclavitud egipcia al pueblo de Israel, gracias a la intervención divina, que ayudó a equilibrar la balanza de la dominación – poder - libertad, usando como armas, hechos milagrosos (las 10 plagas) parte de esta estrategia de no violencia; dejar que la naturaleza y la ignorancia de un pueblo creyente en eventos inexplicables, debilitara paulatinamente la posición de la clase dominante representada en la figura de El Faraón.   
Moisés logra su objetivo, libera al pueblo de Israel de la opresión egipcia y procede a dar cumplimento a las revelaciones hechas por Jehová a Abraham sin embargo, es Josué, gran  líder militar y religioso, quien logra consolidar el poder de las 12 Tribus integrantes del pueblo de Israel, haciendo realidad el mito de la tierra prometida, conquistándola a sangre y fuego, de forma sistemática, pasando por el filo de su espada, a todo lo que en su ansia de consolidar el objetivo nacional, se le resistiera. 
JUSTIFICACIÓN FILOSÓFICA 
Estableciendo una tendencia filosófica. La principal motivación del ansia de conquista e imposición de una nueva autoridad y modelo de dominación política territorial, se fundamentaba lógicamente en los preceptos intangibles y etéreos de la imposición divina de un destino, que unido a una idea y deseo supremo de dominación daría como resultado, la asimilación cultural, el genocidio, el exilio y la limpieza étnica, creando condiciones favorables que permitieron en este caso de estudio en particular,  convertir esta lucha en ejemplo a seguir por los fundamentalistas judíos de los siglos XX y XXI de nuestra era respectivamente.    
La conquista y ocupación de Palestina por el pueblo escogido de Dios, duró aproximadamente 1200 años, siendo estos territorios invadidos sucesivamente por Asirios, Persas, Macedonios, entre otros. A partir del 44 A.C, sería conquistada y convertida en provincia del Imperio Romano, pero debido a su constante rebeldía, producto cultural de sus creencias filosóficas ancestrales arraigadas en La Torá y en la práctica de los principios ortodoxos de la religión judía, fue que el emperador Tito les declaro la guerra; invadió con sus legiones la provincia y destruyó el Templo de Salomón en el año 70 D.C.    
Más radical fue el emperador Adriano, quien en el 135 D.C. arrasó Jerusalén, literalmente según las referencias historiográficas ¡No quedó piedra sobre piedra! Construyó una nueva ciudad sobre sus cimientos, además de expulsar a los judíos de Palestina bajo el signo de una persecución implacable, naciendo la diáspora del pueblo judío que duraría otros 1800 años, hasta finales del siglo XIX, lo que propiciaría la idea nacionalista del sionismo representando en el regreso del Mesías. Tomando como referencia a Thomas Herzl en su libro “El Estado Judío”. Él era partidario de tomar por la fuerza de los hombres y de las armas, la tierra prometida, y no esperar un milagro para ver cumplido ese  derecho divino.    
No obstante, durante el siglo XIX y principios del siglo XX, el multicultural pueblo árabe representado en la nación palestina, ocupaba toda el espacio geográfico desde el sur de Siria, hasta más allá de los márgenes del Canal de Suez,  bajo la ocupación de un debilitado imperio otomano, dominante de la región desde tiempos del Profeta Mahoma, Suleyman el Magnifico y Saladino, entre otros”. Estos líderes políticos y religiosos, se encargaron de extender la Fe del Islam, dominando los pueblos vecinos de la hoya mediterránea, tal cual lo hizo Josué y los reyes hebreos en su momento histórico particular.    
Estamos presenciando un fenómeno cultural muy profundo, que aunado a la creencia en una fe incuestionable nos da como resultado, la defensa a ultranza de los principios de libertad, soberanía y religión, trayendo como consecuencia el nacimiento y desarrollo de una cultura de resistencia que va más allá de los intereses materiales, políticos y territoriales de un pueblo, los motiva precisamente, la profundidad de los planteamientos de la propia subsistencia como entidad viva responsable de la herencia patria de su identidad”.
REFLEXIONES
Es nuestra responsabilidad histórica, establecer nuevos parámetros doctrinales asistidos fundamentalmente por valores intrínsecos presentes en nuestra sociedad, que nos permitan decir con orgullo al mundo: somos venezolanos.  Debemos estar siempre en vigilia, la garantía del triunfo de la resistencia está directamente relacionada con la profundidad de nuestros más excelsos ideales, que llevaron a nuestros héroes patrios a dar inicio a un proceso de autodeterminación, justicia y libertad vivo hasta ahora.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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