23 de enero de 1958, fin de la
colonia y nacimiento del
Neo colonialismo político – económico en
Venezuela
Escrito por:
Teniente Coronel Edgar
Alejandro Lugo Pereira
Especialista en Historia
Militar
La traición de los ideales
de justicia social
Para poder avanzar en la
comprensión de los hechos caracterizadores de esta lucha y lograr un Estado de
Derecho garantizando al pueblo que sus gobernantes trabajasen para el bienestar
del colectivo nacional era imprescindible, confrontar los modelos de gobernanza
que aún mantenían determinadas corrientes de dominación e imposición del poder
sobre el pueblo al cual controlaban, agravando esta tirantes social con un
entramado de normas y articulados legales que hacían imposible la libre
determinación del derecho de las mayorías a alcanzar el bienestar común y la
debida protección de sus representantes para garantizar la justicia social,
base fundamental de la igualdad, la fraternidad y la libertad, postulados
máximos de la Revolución Francesa, que a finales del siglo XVIII y principios
del siglo XIX, marcarían el rumbo de una nueva interpretación de los estatutos
sociales, políticos y económicos imponiéndose como mecanismos de control social
a las grandes mayorías poblacionales.
¡He allí el gravísimo problema!,
¿cómo controlar los conglomerados sociales y someterlos a la disposición de los
gobernantes? Los grandes pensadores y filósofos de la contemporaneidad,
trataron de buscar interpretar modelos adaptados a la evolución vertiginosa de
la sociedad, debatiéndose entre el anarquismo, la democracia, el socialismo y
la monarquía, cuando creían haber conseguido las respuestas, ya sus soluciones
estaban sobrepasadas y en la praxis eran inviables en su aplicación. Esto
sucedía como consecuencia del desarrollo de nuevos sistemas de comunicación y
el perfeccionamiento de los sistemas de transporte, permitiendo acortar el
tiempo entre las mismas distancias geográficas que separaban a las grandes
concentraciones poblacionales capaces de ejercer un flujo catastrófico cuando
el vector mal enfocado, desatara una reacción en cadena imparable. Por ello cité
la Revolución Francesa, como ejemplo de un desencadenante social aún presente
como notable marcador histórico modificador de modelos de gobernanza en la
humanidad.
El conglomerado burgués
europeo, luego de la caída de las grandes monarquías en manos del emperador
Napoleón Bonaparte, subproducto revolucionario francés, comprendió que la única
forma de controlar el poder, era satisfacer las necesidades de expansión y coloniaje
perseguidos en sus sueños por estos liderazgos individuales, bajo una ambición
desmedida y sin control de poder, por lo que se dedicaron a construir una red
de argucias y planteamientos adulantes para obtener a cambio grandes sumas de
capital para manufacturar cualquier bien, urgentemente necesitado o no, que
sirviera a la causa del poder subyugador. Inmediatamente dirigieron sus miradas
al pueblo desprotegido y por unas miserables monedas o ninguna, era esclavizado
en jornadas laborales sin control o protección, bajo la amenaza de represión
del mismo Estado obligado a protegerle.
¡Toda una contradicción! Lo
que se producía estaba destinado al esfuerzo bélico, a la represión social de
las mayorías desprotegidas y al monumentalismo contemporáneo característico de
las grandes capitales imperiales modernas: París, Londres, Berlín, San Petersburgo,
Washington y Tokio, por citar las más destacadas.
América meridional, una
copia barata del modelo europeo de dominación
Al fallecer El Libertador
Simón Bolívar, el 17 de diciembre de 1830, hecho fatal, que destruye completamente
el excepcional esfuerzo por darnos un modelo de gobernanza adecuado a la nueva
raza y el nuevo ideal de emancipación, forjado a sangre y fuego por más de 20
años de lucha contra del imperio español en América meridional, nos fuimos
hundiendo inexorablemente en un lodazal de intrigas, conspiraciones, golpes y
contragolpes, todo incitado por los poderes hegemónicos nacientes, que
observando la corrupción y la complacencia de los líderes políticos y
militares, les favorecería en sus ideas de expansionismo y una neo
colonización, no para controlar poblaciones y sus territorios, sino para
obtener las riquezas naturales de nuestra geografía. ¡Los gobernantes y
dictadores de turno se encargarían de someter a sus poblaciones al estilo más
conveniente!
Indeteniblemente la reacción
no se haría esperar, y a mediados del siglo XIX, hasta finales del siglo XX, la
América meridional se mantendría en una eterna lucha armada entre sus gobiernos
y los insurgentes, quienes aspiraban derrocarles para retomar los ideales de
libertad y emancipación impedidos en su gran mayoría, por el apoyo irrestricto
de sus mentores europeos y estadounidenses. Si observamos la evolución
estadística de la distribución de riqueza en las repúblicas americanas y sus
conciudadanos, el margen de extrema pobreza de las mayorías ha sido siempre
avasallador.
Convirtieron a sus pobladores en simples esclavos del modelo
rentista de la extracción de minerales e hidrocarburos, trayendo como
consecuencia inmediata el abandono de los campos, permitiendo el latifundio de
millones de hectáreas y la marginalización de su gente en corredores de
miseria, delincuencia, desnutrición y enfermedades que debilitarían el espíritu
de lucha por su bienestar social, bajo el continuo flujo del consumismo y la
pérdida de su idiosincrasia, sustituida por ideales alienantes, todo producto
de exportación hecho a la medida por los neo colonizadores, para sustituir los
valores perdidos de las poblaciones afectadas por la traición a los ideales de
justicia social de sus líderes en quienes debían confiar y quienes debían
protegerles.
Tomando como ejemplo a
Venezuela y prácticamente un hecho sucedido a la gran mayoría de las naciones
americanas en gestación, desde 1830, la emergente República aún no reconocida
por las naciones del orbe, se sumergió en una crisis política y económica
acompañada permanentemente por un estado de conmoción, producto de las
ambiciones de caudillos de turno, que observaban la oportunidad para hacerse
con el poder; surgió un movimiento seguidor de los ideales de Simón Bolívar, y
a partir de 1858 estalló la Guerra Federal, hasta 1863, dejando a la República
sin una definición política, continuando la ingobernabilidad.
A finales de 1898, se
destaca en Venezuela una revuelta militar que logra en menos de tres meses
controlar el poder, denominándose “Revolución Liberal Restauradora” liderada
por el General Cipriano Castro, quien levantó los estandartes del ideal de
libertad bolivariano, para rescatar la nación de sus acreedores internacionales,
que ya veían a Venezuela como una colonia a someter. A finales de 1902, fuerzas
navales alemanas, británicas e italianas, bloquean los principales puertos de
la República con la finalidad de cobrar deudas, excusa para colonizar el
territorio nacional. Gracias a la tremenda determinación del General Cipriano
Castro, la movilización del pueblo y parte de las negociaciones diplomáticas de
los estadounidenses, que no observaron con buenas intenciones, la expansión
europea en el continente americano, se logra derrotar las intenciones invasoras
por parte de esta armada neo colonizadora.
Sin embargo, el apoyo estadounidense
tendría su costo y para 1908, es derrocado Cipriano Castro, asumiendo el poder
el General Juan Vicente Gómez, apoyado directamente por el presidente de los
Estados Unidos, Williams Howard Taft, quien ya había evaluado el enorme
potencial petrolero nacional y para hacerse de esta riqueza, necesitaba a
alguien muy complaciente que se la ofreciese sin mayores complicaciones.
Se desarrolla a partir de
1908, una época sombría, llena de persecuciones políticas, desapariciones,
encarcelamientos y censura que duraría 27 años hasta la muerte del caudillo
militar acaecida en 1935. Hay un continuismo del gobierno militar, hasta 1945
fecha en que es derrocado el General Medina Angarita, y asume una junta cívico
militar liderada por Rómulo Betancourt, líderes políticos de derecha y jóvenes
militares de formación profesional castrense. Para 1948, esta junta es
derrocada por militares que observaban el entreguismo por parte de los líderes
políticos del partido Acción Democrática, de las riquezas venezolanas a los
estadounidenses.
La historia contemporánea de
Venezuela a partir de 1945, estuvo devaneándose en el enfrentamiento global
conocido como “Guerra Fría”. La República formaba parte del frente de
democracias occidentales en contra del bloque del comunismo soviético. Los
líderes políticos y militares complacientes venezolanos, permitieron gracias a
las regalías obtenidas por parte de las grandes corporaciones estadounidenses,
la neo colonización económica de Venezuela. Nelson Aldrich Rockefeller,
desarrolló en nuestro país un cúmulo de inversiones monopolizando, industrias,
comercios, cadenas de distribución, la industria petrolera y con leyes
permisivas y bajos impuestos, aseguró una renta importantísima para los EE.UU.
Se sobreviene un golpe
militar en octubre de 1948, asumiendo el poder una junta militar presidida por
el Teniente Coronel Delgado Chalbaud y el Teniente Coronel Marcos Evangelista
Pérez Jiménez, para noviembre de 1950 es asesinado el presidente de la junta de
gobierno bajo sospecha de haber ordenado su asesinato el Coronel Pérez Jiménez, dos años después de unas elecciones
fraudulentas y con los partidos políticos en su mayoría ilegalizados, en 1952, es
nombrado Presidente de la República de Venezuela. Su gobierno de corte
nacionalista invoca el “Nuevo Ideal Nacional”, y manda señales muy ortodoxas para las pretensiones
estadounidenses, que ven en este líder militar, una amenaza real a sus intereses
económicos en la región. De inmediato entran en contacto con la resistencia
política dentro y fuera del país para organizar su derrocamiento.
El gobierno desarrolla un
sistema de represión policial muy bien organizado y logra anular cualquier
expresión democrática, sin embargo, la izquierda venezolana encabezada por el
líder político Fabricio Ojeda (1929 -1966), coordina esfuerzos de lucha insurgente
urbana en las principales capitales del país, y ganando adeptos en la joven
oficialidad militar venezolana, deseosa de un cambio de rumbo político en el país,
erosiona paulatinamente la fortaleza de la dictadura militar.
Los principales líderes de
la derecha venezolana encabezados por Rómulo Betancourt, observan con mucho
detenimiento las acciones de lucha ejecutadas por las fuerzas de izquierda
revolucionaria, y deciden actuar, es cuando asumen, con el apoyo del gobierno
del presidente Dwight Eisenhower, el liderazgo internacional de la resistencia
política venezolana y tramaron la traición del movimiento de izquierda
venezolana cumpliendo la orden emanada del gobierno estadounidense de anular
cualquier presencia e influencia soviética en el hemisferio occidental.
Una vez acontecido el
derrocamiento del General Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, los líderes
políticos que se encontraban en el exilio, retornaron al país, tomaron el
control de las facciones políticas lideradas hasta ese entonces por el Partido
Comunista de Venezuela y los movimientos de izquierda revolucionarios, fueron
invitados a conformar el nuevo gobierno. Ya la traición había sido urdida y en
cuestión de un año después del derrocamiento, fueron ilegalizados, perseguidos,
exiliados y asesinados, de igual manera muchos de los militares encabezados por
el Teniente Coronel Hugo Trejo, fueron detenidos, juzgados y encarcelados por
insurrección militar.
Inmediatamente se desarrolla en Venezuela, un modelo de
persecución y represión policial tan agresivo y violador de todos los derechos
fundamentales, que fue replicado durante
las dictaduras del General Augusto Pinochet en Chile y el General Rafael Videla
en Argentina, denominado “Plan Cóndor”, desaparecieron más de 20.000 ciudadanos
de ambos países.
Después de haber leído esto,
podemos inferir con toda notoriedad, la participación de los intereses
políticos, económicos y militares de los gobiernos estadounidenses, que a lo
largo de todo el siglo XIX y el siglo XX respectivamente, han participado,
interferido, manipulado, presionado, comprado y actuando por la fuerza, cuando
ninguna de las anteriores les resultaba, sobre los destinos de naciones
americanas que han luchado por preservar su identidad nacional: Méjico, El
Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico,
Granada, Uruguay, Colombia, Ecuador, Brasil, Paraguay, Perú, Bolivia, Chile,
Argentina y Venezuela, pueden dar cuenta de estas acciones neo colonizadoras.
Tendríamos que estar ciegos, sordos y mudos para entender que la “Doctrina
Monroe” y el “Macarthismo” de mediados de los años 50 del siglo XX, formaron
parte de un proceso de reconquista y subyugación de los pueblos de la América
meridional. Es preciso enaltecer la lucha por la libertad, igualdad y
fraternidad de los pueblos como principio insoslayable de nuestra supervivencia
como Pueblo, Nación y Estado. No podemos permitir que las razones históricas de
la emancipación, sean enterradas en el proceso de globalización al cual hemos
estado sometidos implacablemente.
“La
burguesía convierte todo en mercancía y por ende también la escritura de la
historia, forma parte de su ser, de su condición para su existencia, y la historiografía
mejor pagada es la mejor falsificada para sus propósitos”
Federico
Engels.
Notas
para la historia de Irlanda
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