domingo, 18 de febrero de 2018

Respuesta a un extraordinario docente, amigo y recalcitrante opositor de mis ideas.

Reflexión pragmática y coherente sobre un descargo recibido en privado por un colega.


Saludos mi Coronel, mi respeto y consideración y un honor su interés en la temática.

En la actualidad estamos sumergidos en un proceso de transformaciones sociales, políticas y económicas no previstas hace 15 años por nadie, con aciertos y con errores, los sistemas son sometidos a pruebas para mejorar su capacidad de respuesta de cara a los nuevos retos que se nos avecinan, en atención fundamentalmente a los seres humanos.

Hasta la fecha este fenómeno no ha sido puesto a prueba, nadie en el orbe ha tenido la idea de romper el paradigma del endurecimiento cultural que nos acompaña desde el surgimiento de la economía burguesa, protegida por la misma clase política proveniente de idéntico origen y que ha llevado a la sociedad occidental por un derrotero de desatinos históricos cuyo costo ha sido millones de vidas, sean procesos de izquierda, de derecha, fascistoides, totalitarios, socialistas o religiosos, en fin mi estimado Coronel, si sumáramos lo positivo y lo negativo de este corolario de eventos el saldo es siempre negativo.

Sin embargo nos tocó asumir un tiempo de abruptas transformaciones de cara a las nuevas facetas multipolares del desempeño del poder y sus consecuencias. Son nuevos enfoques, nuevos escenarios y desconocidos resultados ¿Ahora le pregunto?

Miranda y Bolívar nuestros principales referentes de los principios revolucionarios de Igualdad, Libertad y Fraternidad, la tuvieron fácil en su momento histórico particular.

¿Por qué ahora tenemos que cuestionarlo todo?

Creo, es más fácil sumar voluntades, así tengamos que perderlo todo en el intento, hasta conseguir posicionar nuestro carácter soberano libertario e independiente.

Simón Bolívar unido a muchos héroes y heroínas perdieron en sus manos dos Repúblicas, la Mirandina (1811-1812) y la Admirable (1813-1814), pero insistió y logró imponer la República Gran Colombina (1819-1830) y desde ese entonces, hemos dado una batalla incesante al confrontar a los enemigos del Estado hoy Bolivariano que está por cumplir en 2030, su propio bicentenario, coincidiendo con el bicentenario de la siembra de nuestro amado Padre de la Patria.

Traspolando estos eventos a nuestra mera realidad, considero estamos en el camino correcto, siempre respetando la oposición que muchos generacionalmente hablando, se niegan a aceptar. Es totalmente sano y natural dentro de las relaciones humanas disentir, apoyar o simplemente no opinar sobre asuntos de poco o ningún interés, lo insano es, tratar de engañarnos a sabiendas que son realidades posicionadas en la historia.

Le dejo esta moraleja de mi autoría:

El tiempo es el tribunal que dictará la sentencia ajustada a los acontecimientos pasados y la memoria de los pueblos, será su verdugo implacable.

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