sábado, 5 de septiembre de 2015

Carta de Jamaica, 200 años de una reveladora verdad


La Carta de Jamaica

200 años de una reveladora verdad



Escrito por:

Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira

Especialista en Historia Militar
IAEDEN, mayo, 2015.


            Es extraordinario el impacto histórico, político, social y cultural legado por “El Libertador Simón Bolívar” a la sociedad américo – meridional, a través del escrito más esclarecido, contundente y visionario que nos ha permitido establecer parámetros de comprensión en todas las áreas del conocimiento emancipador, aún luego de haber transcurrido desde el 6 de septiembre de 1815, fecha de su escritura en la isla de Jamaica y remitida a Sir Henry Cullen, doscientos años de una reveladora verdad.

            Bolívar se encontraba exiliado, perseguido por asesinos, su cabeza tenía precio y estaba en la más absoluta bancarrota, parte de las amenazas en contra de su vida provenían precisamente de sus acreedores, quienes exigían el pronto pago de los créditos otorgados para su empresa libertaria que, y por segunda vez fracasaba, todo producto de una serie de factores analizados en la carta con total claridad, pero en la soledad absoluta de su impotencia. A pesar de su trágica situación, se mantuvo en continua comunicación con personajes creyentes de su talante como líder incuestionable y su presencia era requerida por hombres liberales, la mayoría provenientes de la vieja Albión, quienes veían en él, una promesa de enormes proporciones para favorecer sus más amplios y variados intereses personales. En definitiva Bolívar era el hombre del momento.

            Esta carta fue producto de varios meses de reflexión y consulta con textos que lo guiaron, haciendo uso de múltiples autores y referencias en áreas como la filosofía, la estadística, notas de prensa, las mismas cartas recibidas, depositarias de información actualizada que tanta falta le hacía, para poder visualizar el entorno de su exilio, muchas de ellas le alertaban sobre planes que estarían dirigidos a atentar contra su vida, los comentarios en pubs y prostíbulos y sobre todo estaba en cuenta de cada barco que llegaba a la isla proveniente de tierra firme meridional y de Europa.

            No hay mejor combustible para el intelecto, que tener un ideal truncado y poder desahogar sus frustraciones escribiendo sus pesares para después resolverlos. Para ello en la carta cita al Barón Humboldt, Montesquieu, Abate San Pierre, Obispo Bartolomé de las Casas, Walton, Raynal, menciona al Sr. Blanco, refiriendo un artículo publicado en el diario “El Español”, al Sr. M. Pradt, e infiere en su texto a Jeremy Bentham, George Washington, John Quincy Adams, Napoleón Bonaparte, quienes eran también, hombres del momento histórico para este americano meridional. La construcción de esta carta llevó una ingeniería y una arquitectura necesaria para darle estructura a las ideas más complejas que solo hombres con un conocimiento de las letras, de las religiones y de la historia mundial pudiera comprender.

Este texto no estaba escrito para una banalidad del momento, en sí misma, encierra un código y un mensaje secreto, que invariablemente nos acerca a la Logia de los Masones y sus contactos secretos para el momento en cuestión,  permitiéndole a Simón Bolívar, restablecer sus vínculos para recibir los apoyos necesarios y así reconstruir su liderazgo militar como prueba necesaria, para sumar hombres y mujeres comprometidos con la causa emancipadora bajo su comando absoluto.

Haciendo acopio de toda su energía intelectual, Bolívar establece una cantidad de parámetros que a todas luces aturdirían al más interesado en su contenido, su escritura posee una densidad lapidaria en todos los conceptos analizados, desarrollados y entregados con una claridad discursiva impresionante. Esta carta responde a una misiva recibida por él, de manos de Sir Henry Cullen, esto lo motivo a compilar toda su investigación y responderle a la brevedad posible a este señor quien lo identifica en sus comunicados como “El caballero de esta isla”. El Libertador conocía su identidad pero por razones lógicas, lo protegió en todo momento.

El transcurrir de su escrito presenta una cantidad de escenarios que confronta magistralmente; sin embargo, el enfrentamiento entre el concepto de República y Monarquía y los modelos de Gobierno Federal y Gobierno Conservador, consumen gran parte de su prosa, inclinándose literalmente hacia el modelo liberal (casual o causal para quien le escribe) pero conservando la centralidad del poder, evitando caer en la tentación de una administración absoluta, germen del despotismo y la tiranía, haciendo una clara mención sobre la inmadurez del manejo del gobierno por parte de los líderes políticos pro-independentistas, utilizando para ello la palabra “infancia” en la comprensión y manejo de los asuntos públicos usurpados por el poder español.

Bolívar nos muestra una dura verdad. “Éramos siervos  y simples consumidores”. Esto nos traza una consecuencia de orfandad para que no aprendiéramos a negociar, hacer tratados, administrar y manufacturar. A su entender los américo – meridionales, nos convirtieron en elementos de severa explotación comercial de materias primas proporcionadas por el entorno geográfico, sin permitirnos otorgarle el valor agregado por medio de la manufactura, fundamentando estas limitaciones a nuestros derechos fundamentales, con un entramado de normas y legislaciones, apuntalada con la preservación de los privilegios mediante clases sociales que hacían inexpugnables cualquier reforma al modelo impuesto por la corona española.

Explica claramente utilizando para ello, ejemplos históricos, la verdadera realidad sufrida frente a la dominación absoluta ejercida por el poder español, refiriéndose a la hipocresía de la corona, de solo interesarse en controlar el flujo comercial de las riquezas de materias primas extraídas del territorio americano, que navegaban en convoyes a Europa, dejando en un limbo político, económico y social al resto de la comarca considerándola como un perdido territorio salvaje, dándole la oportunidad a otros imperios de llevarse su parte sin que la administración imperial le importase.

Para Bolívar, a la mayoría de personas nacidas en América y según su ascendencia le era difícil, casi imposible ocupar cargos de importancia ya que estos eran de exclusiva designación del rey español, pretendiendo mantener subordinados al resto, oprimiéndolos y persiguiéndolos severamente. Cuando estalla el conflicto revolucionario emancipador, los liderazgos surgidos en el mar de la desinformación y la confusión imperante, optaron por aplicar modelos de gobierno copiando el modelo federal estadounidense, el más exitoso para su realidad y momento en Norteamérica; sin embargo, para los américo - meridionales , no fue el más conveniente, los 13 estados de la unión estaban sumergidos en un enfrentamiento comercial y militar contra el imperio británico y a su vez estaban en un proceso de conquista de territorios hacia el oeste del río Potomac, exterminando progresivamente a todos sus nativos americanos y robándole al Virreinato de México de manera escalonada territorio bajo su control y a la postre el imperio español sucumbiría bajo el peso de los Estados Unidos que a partir de 1898 después de la guerra contra España, perdería todos sus territorios de ultramar.

Un imperio en decadencia es asimilado por otro, en su afán de dominar a sus extenuados súbditos.

Bolívar y su visión clarificada, pudo transmutar su lógica analítica y llevarla hacia un escenario probable lleno de acontecimientos futuros que le permitieron con una certeza del 100 por 100, adelantarse a las consecuencias del estado de absoluta indefensión, donde su generación y las próximas descendientes, no podrían evitar la continuación del modelo de subyugación que los imperios coloniales para la época, mantendrían más allá de la mitad del siglo XX. Probablemente y ex profeso, Bolívar en sus reflexiones finales citaría a Montesquieu; “Es más difícil sacar un pueblo de la servidumbre, que subyugar uno libre”.

Era un fiel creyente del modelo republicano y sentía horror hacia la monarquía, no porque le desagradase, simplemente por la negativa absoluta de repetir modelos de dominación que en la América- Meridional, por él demostrado, lo llevarían al fracaso, debían proporcionarse un gobierno autóctono, adecuado con el proceso socializador de una nueva cultura, una nueva raza que estaba insurgiendo en el nuevo mundo, totalmente diferentes a las conocidas hasta esa fecha.

Cuestiona severamente todo régimen despótico, cuya naturaleza se inclina por la acumulación de riquezas en desmedro del bien común de los pueblos, conllevando como resultado, el incremento del poder de una clase privilegiada, en contraposición del derecho de las mayorías a empoderarse de los beneficios que este poder otorga. Para convertir este pueblo en desposeído es necesario transformarlo en instrumento de explotación como medida inflexible para controlarlo.

Usando una dialéctica extraordinaria, refleja en la carta una eficacia de sus parlamentos sin errar en sus percepciones, a pesar de tan sublime y solemne visión, esta no se adecua en su cosmovisión social al momento, ni durante ni después de sus prolijos resultados. Demasiado aspiró Bolívar al deseo intransigente por guiar la libertad de América, que excedía en si misma su alcance, superando sus parlamentos y a su materialización. Y aun hoy día se mantiene así.

Este escrito es de temer por su exacerbada realidad y es cierto que hace temblar emocionalmente a cualquier sociedad sometida bajo el yugo de un modelo de control ya desfasado cronológicamente. Y a sus gobernantes les plantó un dilema explosivo capaz de estallar en cualquier momento, trayendo como consecuencia su destrucción histórica irreparable. El cementerio de la historia está repleto de estos ejemplos excepcionales.

 Evalúa con total acierto histórico, cómo debería ser establecida la mancomunidad américo - meridional, Bolívar no se equivoca, en la redacción de su carta, utilizó extraordinarias matemáticas y sus cálculos no le dieron error, claro los sistemas son perfectos pero lamentablemente, el ser humano frente tales es falible. Sin duda esta característica proporcionada por la naturaleza es perfecta, pero necesita del caos para evolucionar y regenerarse. Es un continuo indetenible.

Los griegos en su cosmovisión y su diseño mitológico, permiten que Zeús encadene a su padre Cronos y enjaule a los Titanes a perpetuidad, los dos últimos representan el caos, esto con la finalidad de preservar el equilibrio entre dioses y mortales y así el sistema mitológico funcione adecuadamente, dándonos a entender, que la naturaleza en si misma que es el caos, va en contra del sistema y por ende terminara por destruirlo.

 Hace armas del imaginario místico – religioso, refiriéndose como se establece en párrafo anterior, al poder incontrolable de la naturaleza del ser humano con la capacidad de inventar y reinventarse sus sistemas, habla del Creador del Universo, Quetzalcóatl, Buda del Bosque, Mercurio, Jesús, la Virgen de Guadalupe, y los menciona como poderes fácticos que prometen la recomposición de los modelos sociales funcionales, pero destruidos por la barbarie europeizadora, bajo la promesa de un mejor porvenir. Sin embargo, acotó con suma firmeza, que haría falta tomar de ese imaginario todo el poder de su mensaje para encender el momento revolucionario emancipador y voltear el  sistema imperante para su época, para posteriormente ensayar modelos hasta hallar el más ajustado a la nueva civilización de americanos – meridionales.

El Padre de la Patria clamó siempre por la unidad y la educación; sembrar el conocimiento y fortalecer los valores son nuestra espada y nuestro escudo, para presentarle batalla al enemigo subyugador y derrotarle en esta lucha de titanes visualizada en la Carta de Jamaica hace 200 años.


Tengamos el talante y las agallas para cumplir con esta meta.




















EALP.


061200SEP2015.


           





               

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