viernes, 29 de noviembre de 2013

ENSAYO: EL LEÓN DE CASTILLA Y ARAGÓN Y LA TRIBÚ DE LOS INDIOS DEL VALLE DE CARACAS. ¿UNA CONTRADICCIÓN HERÁLDICA Y SEMIOLÓGICA?


EL LEÓN DE CASTILLA Y ARAGÓN Y LA TRIBÚ DE LOS INDIOS DEL VALLE DE CARACAS

¿UNA CONTRADICCIÓN HERÁLDICA Y SEMIOLÓGICA?

SINOPSIS:

Definición de heráldica[1]
Según el Diccionario de la Real Lengua Española, es la descripción e interpretación de los escudos de armas de cada linaje, persona y ciudad, así como el código de reglas que permite representarlos correctamente.
En otro orden de ideas, también la señala, como una disciplina dedicada al estudio de las figuras de las armas.
Por sí misma es un arte descriptivo, sustentado en el imaginario de imágenes reales y mitológicas permitiendo manejar una cultura de identidades, reflejando supremacía de castas de poder heredadas de generación en generación[2].

Definición de semiología y semiótica[3]
Continuando con las definiciones del Diccionario de la Real Lengua Española, la semiología describe el estudio de los signos en la vida social; sin embargo, con respecto a la semiótica este prestigioso diccionario fuente de nuestro idioma castellano, no hace una referencia particular, considerándola con el mismo significado.

El suizo Ferdinand de Saussure (1857-1913), la definió como la asociación más importante en la comunicación humana, el signo está formado por un significante (una imagen acústica) y un significado (la idea principal que tenemos en mente respecto a cualquier palabra).
Según Roland Barthes (1915-1980), en su obra “La Aventura Semiológica”[4], nos refiere la disciplina como pilar y objeto de estudio de todos los sistemas de signos, independientemente de sus límites o sustancias, y sus principales elementos  están representados en el sintagma, la lengua, la connotación, el habla, el paradigma, el significante, el significado y la denotación.

Oficialmente no hay diferencia entre ambos conceptos, aunque el uso vincule más a la semiología con la tradición europea y la semiótica con tradición anglo-americana; no obstante, el uso de la palabra "semiótica", tiende a generalizarse.
Tomando como referencia estos dos representantes del estudio semiótico y semiológico, haciendo la salvedad que no son los únicos, pues a lo largo de la historia han existido otros que también han dejado su profunda huella en esta disciplina. Debido a la vastedad de las investigaciones en esta materia, nos centraremos específicamente en evaluar los signos y sus significados, insertándolos en la materia como: “Significante y Significado”[5]

Signo: según Saussure el concepto de signo representaba algo ambiguo, pero al unirse el significante y el significado cobra fortaleza.
Significante: se constituye como el plano de la expresión.

Significado: se constituye en el plano del contenido.

DESARROLLANDO EL TEMA:
Analizadas estas líneas discursivas, nos enfrentamos con el fenómeno de la interpretación de las heráldicas heredadas de la época colonial, en la cual necesaria y responsablemente debemos  reinterpretar sus significados, rompiendo definitivamente con las contradicciones impuestas por ese legado histórico, aun estando en presencia de un proceso de revisionismo de la entidad venezolanista, sobreviviente de la transformación y reacomodo de los procesos sociales, aún en plena efervescencia.

Aquí hallamos la encrucijada del camino indicador de la necesidad de transformar los conceptos dejados por nuestro pasado y quebrar los paradigmas impuestos por siglos de imposiciones coloniales que han permeado a lo largo del tiempo, cultivando una identidad ambigua, extraña y totalmente extranjera. Para ello hay que avocarse responsablemente a restablecer en el plano de la investigación y del entendimiento cultural, los cambios necesarios para colocar en su justa medida, el significante y el significado de los signos representados en nuestra herencia heráldica, no consustanciada con la realidad histórica de la República Bolivariana de Venezuela.
Se hace imperiosa e inaplazable pagar esta deuda con nuestra ancestralidad proveniente del pasado nativo precolombino, exponiendo el reconocimiento tácito merecido por el pasado originario y latente en la construcción del concepto de venezolanidad y probablemente allende fronteras. Para alcanzar esta premisa, es necesario refundar los planteamientos rectores de la materia. Probablemente tocará un sin número de sensibilidades convenientemente aletargadas por la pasividad que este tema en sí representa, amén del desconocimiento imperante, producto de atender lo urgente por encima de lo importante, descuidando en el proceso, la memoria colectiva de los pueblos afectados por tanta ignominia. Empero, en el ámbito del terreno de las confrontaciones, paulatinamente se abrirán las discusiones necesarias para asumir realmente y con compromiso, la definición certera de los reclamos que los pueblos expoliados por tanta significancia y significado sin sentido, padecen.

El efecto de la colonialidad es que mantiene vivos estos elementos colonizadores, aun después de haber sido aparentemente derrumbados a costa del sacrificio de innumerables vidas. El León de Castilla y Aragón permanece orgulloso y latente, subyugando la memoria histórica de la capital de la República Bolivariana de Venezuela y de su pueblo autóctono y originario como lo fue en tiempos pasados “La Tribu de los Indios de los Valles de Caracas”[6], inmolados por la barbarie depredadora de la conquista española.
En definitiva ¡Tenemos una civilización repleta de tantas contradicciones!. Resultando incomprensible aún después del sacrificio de millones de seres humanos, nativos precolombinos, africanos y mestizos, sometidos por un proceso de alienación del alma y de sus voluntades, y que en su primera etapa duró 300 años. La inaceptable celebración de los signos heráldicos de la barbarie colonizadora, para continuar manteniendo en su segunda etapa, el fenómeno de haber reforzado esta herencia depredadora, a través de la significancia y su significado ¡De hecho y por derecho, continuamos esclavizados a los emblemas imperiales de la dominación colonial!

Hay que empezar a redimensionar nuestra identidad originaria.

 


[1] Diccionario Manual de la Lengua Española. Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.
[2] Apreciación del Tcnel. Edgar Alejandro Lugo Pereira.
[3] www.fotonostra.com/grafico/semiologia.htm‎
[4] Barthes R. “La Aventura Semiológica”. Ediciones Paidos, 2da edición, 1993, pág. 21.
[5] Ídem, pág. 38.
[6] www.culturizando.com/2012/07/la-historia-de-caracas.html‎

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