domingo, 31 de agosto de 2014

OCTAVA ENTREGA DEL ENSAYO CRÍTICO SOBRE LA PAZ


ENSAYO CRÍTICO SOBRE LA PAZ

Escrito por:

Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira

Especialista en Historia Militar

OCTAVA ENTREGA

Sin embargo, la paz, refiriéndome a las potencias económicas y militares del orbe, en la actualidad, se han venido asegurando escenarios más o menos convenientes para sus intereses de dominación global, no sin antes solidificar alianzas políticas que a menudo son impuestas a Estados que fungen como lacayos, y que proporcionan elementos básicos para facilitar las operaciones mas allá de sus fronteras, sin importar las consecuencias que a futuro se presenten.

La paz es y será siempre conquista y realización humana y es el hombre a través de actos de iluminación, desprendimiento, sacrificio y entrega, que lograra consolidarla y mantenerla vigente en el tiempo, poniendo en ella su voluntad creadora para impregnar a las generaciones futuras comprometiéndolas a aceptar el reto de la paz y partiendo desde ese punto, continuar luchando para mantenerla vigente.

El dinamismo de la paz trae consigo muchas implicaciones, dudas y vacilaciones pero también es verdad, que la integración mancomunada de esfuerzos ciertamente nos llevara a avanzar por los caminos de la paz. Sufrimos día a día la trágica falta de ella, sentimos la urgencia de ponerle remedio a esta falta, aun sin solución, y es aquí donde se presentan los fracasos que alimentan al tema tratado, sin embargo no serán vanos los esfuerzos que impulsemos constantemente  en pro de alcanzarla, no importaran las frágiles obras que se realicen en búsqueda de la paz, hay que entrarle de frente y con compromiso para desmontar las estructuras impuestas de la cultura de la muerte, que se pretende hacer creer necesarias para mantener funcionando el sistema de vida planteado para toda la humanidad.

La paz para el hombre tiene doble faz, la primera tiene que ver con su estado anímico y su predisposición a aceptar cambios, favorables o no, a sus expectativas pero recibiendo estos cambios con tolerancia y en consecuencia a actuar y obrar en nombre de ella.

La segunda está directamente relacionada con el impacto que generara en el entorno, la imposibilidad actitudinal de aceptar los cambios drásticos que no le favorezcan sus expectativas, y en      desacuerdo con las consecuencias, obrar beligerantemente,  recurriendo a la violencia, pasiva o activa, negando a reconocer su debilidad y por ende su derrota.

El concepto de la paz en el mundo occidental, es antagónico con respecto al del mundo oriental, en lo filosófico, político, religioso e inclusive moral. Son visiones de una idea diferenciadas por la comprensión particular de la vida misma, de allí el enfrentamiento histórico entre oriente y occidente por imponer su visión de la paz, en el marco de la dominación del hombre por el hombre; con altas cargas de dogmas religiosos para justificarla. A su vez podemos plantear estos cuestionamientos:

ü ¿Que no se hace por sexo?

ü ¿Qué no se hace por dinero?

ü ¿Qué no se hace por el poder?

He aquí el dilema de la comprensión de la paz, estos cuestionamientos perturban la conciencia del hombre, creando en la humanidad y en la mente de los pueblos apartados de la riqueza confiscadas por los poderosos, falsas expectativas y espejismos que hacen fracasar las vidas de cientos de miles de personas diariamente, postrando la conciencia y desintegrando las esperanzas de estar en paz, abriendo las puertas de la ansiedad y la angustia que promueven la violencia, si esta no es controlada los más desposeídos, se vuelven objetos de explotación y la competencia desmedida por obtener su plusvalía, los convierte en víctimas de la barbarie que se antepone a la compasión por nuestros iguales.

…“Puede dejarse a un lado la cuestión de si esta satírica inscripción, escrita en el rotulo de una posada holandesa en el que habían dibujado un cementerio, interesa a los hombres en general, o a los jefes de Estado en particular, que no llegan nunca a estar hartos de la guerra, o exclusivamente a los filósofos, que anhelan ese dulce sueño”[1]

Continuará…




[1] Kant, I. La Paz Perpetua, refiriéndose el autor al fenómeno de la paz y su significado. Editoriales Tecnos, pág. 3.

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