martes, 26 de agosto de 2014

SÉPTIMA ENTREGA: ENSAYO CRíTICO SOBRE LA PAZ


Escrito por:

Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira

Especialista en Historia Militar

SÉPTIMA ENTREGA

Es precisamente esta consecuencia, que paradójicamente ha dado un fruto: La amoralidad. Es por ello que la restauración de los valores morales es indispensable para que el hombre alcance un desarrollo integral que mantenga equilibrado su estado interior (conciencia en paz) con su estado exterior (integración en paz).

Es conveniente establecer los elementos que constituyen y hacen posible hacer realidad la paz y por ende ser sus protagonistas, un fenómeno hoy en día tan deseado pero tan inobservado por la desmaterialización del hecho mismo de vivir en paz y armonía, el sistema económico impuesto a partir del inicio de la revolución industrial y la creencia falsa, que las maquinas harían mas felices a los seres humanos, fue una panacea. Era necesario esclavizar al hombre al lado de su artefacto mecánico, para sacar el máximo rendimiento de su producción, haciendo inviable una sociedad utópica al estilo Roussesiano.

Para ello debemos manejar tres elementos fundamentales que constituyen en sí misma la paz:

ü Naturaleza de la paz.

ü Condicionamiento de la paz.

ü Origen sobrenatural de la paz.

         ¿Dónde nace la paz?: En el bienestar colectivo y en la justicia social, es la práctica constante del bien común para todos, sin justicia, no puede sobrevivir la paz.

         Muchas personas se oponen a esta máxima, por ello, es que la paz es sacrificada en nombre del desarrollo de la humanidad.

         ¿Por qué seguimos fieles a la creencia que solo el progreso traerá paz y bienestar?

         La paz apunta al bienestar colectivo de la humanidad, ella en si misma trae una dinámica inagotable e ineludible, que equilibrara tarde o temprano  la naturaleza de los pueblos, intoxicados por tantos odios y modelos anti naturales, llenos de falsos convencionalismos que nos han hecho creer, que son males necesarios y debemos a aprender a vivir con ellos. Nada más alejado de la verdad.

         ¿Cuál es la verdadera causa existencial que de raíz, cancela la paz?

         La paz no la cancela la guerra, ni la carrera armamentista, ni los conflictos internacionales. La paz la cancela la ambición y la fragilidad humana, que no logra mantener sus convicciones para luchar por ella ¿Entonces porque no vivimos en paz?

         Porque la condición para lograrlo,  es generar el compromiso y la mutua confianza entre los pueblos y derrumbar progresivamente la tendencia histórica de imponer el terror por la fuerza de las armas a los pueblos, despreciando sus conciencias más débiles. La paz no se puede condicionar, generalmente cuando buscamos imponer la paz, basamos esta bajo el poderío de la amenaza de las armas lo cual es un mal precedente, recordemos “El Tratado de Versalles”[1]

         Otros aspectos que hay que enumerar y que condicionan a la paz son los siguientes:

Para bien de la paz.

ü La seguridad de las personas.

ü El respeto a la dignidad de los pueblos.

ü El ejercicio de la fraternidad.

ü La mutua confianza entre los pueblos.

En contra de la paz.

ü El terror de las armas.

ü La discordia entre los hombres.

ü Las injusticias y desigualdades económicas.

ü El deseo de dominio y desprecio por el ser humano.

ü La envidia, la desconfianza, la soberbia y demás pasiones egoístas.

ü Los sentimientos de hostilidad, menosprecio.

ü Los odios raciales.

ü La Xenofobia.

ü Las ideologías obstinadas (religiosas, políticas y anarquistas).
 
El origen sobrenatural de la paz está condicionada bajo la premisa de la percepción particular o grupal de los seres humanos que la invocan, tiene una pesada carga distribuida entre lo espiritual-religioso-esotérico, que escapa a toda comprensión, sin embargo cuando una persona entra en comunión con la paz, se observan grados de concentración que científicamente podrían catalogarse como inexplicables. ¿Es esta carga sobrenatural que tiene la paz, que obliga incluso a matar por ella?

… “No existe un concepto universal de la paz. Esta es una de las dificultades que surgen al intentar una aproximación al tema”[2]...

Hay que configurar la historia del mundo hacia un destino absoluto de paz, y esa aspiración deberá mantenerse firme apuntando ineludiblemente hacia un proceso de integración de los pueblos, fortaleciendo la paz como medio de resolución de los conflictos y como elemento disuasorio ante la materialización de la amenaza,  cualquiera sea su procedencia.
Continuará...





[1] Tratado de paz firmado al final de la I Guerra Mundial, que oficialmente puso fin al estado de guerra entre Alemania y los países aliados. Fue firmado el 28 de junio de 1919, en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, y  significo la humillación y denigración al pueblo alemán, lo que conllevo años después al surgimiento del Nacional Socialismo liderado por Adolf Hitler, arrastrando al mundo a la II Guerra Mundial.
[2] Laguna Francisco. “Paz y desarme en razón y fé”, 1991, pág. 482.

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