martes, 15 de noviembre de 2016

Análisis del caso Abu Wa'el Dhiab. Un hecho político, ya historia, de la que nadie recuerda pero vale la pena refrescar.

Análisis del caso Abu Wa'el Dhiab


Elaborado por:

Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira

Especialista en Historia Militar

Con respecto a este tema en particular, hay que considerar oficialmente que la salida del sirio Abu Wa'el Dhiab, quien se encontraba en condición de asilado político en la República Oriental del Uruguay, corresponde a una iniciativa personal y unilateral de su parte, lo que no viola ni constituye un delito que pueda causar alguna conmoción particular, su arribo a nuestro país, presumimos, está directamente relacionado con encontrar apoyo moral y económico para regresar a su país de origen, por parte de la comunidad siria residente en nuestra nación.

Como ya lo manifestó Abu Wa'el Dhiab, solo está en Venezuela para obtener ayuda y trasladarse a Siria a reencontrarse con su familia. Es preocupante el enfoque de los medios de comunicación opositores al proceso revolucionario bolivariano, quienes han tratado de perturbar la tranquilidad pública, con historias que solo obedecen a diseños mediáticos por parte de laboratorios de guerra psicológica empeñados históricamente en socavar la paz nacional, con la finalidad de despertar algún interés por parte del gobierno de los EE.UU y obtener un pronunciamiento que apuntale su discurso ofensivo e injerencista.

La Embajadora de Estados Unidos en Uruguay, Kelly Keiderling, dijo días atrás que "nos preocupa cualquier señor como el señor Dhiab, que una vez estuvo en Guantánamo". Consultada sobre si Dhiab podría ser una amenaza, respondió: "Podría ser, no lo sabemos. Puede ser, sí, teóricamente".
Visualizando este acontecimiento desde una perspectiva particular, nos encontramos con una condición desarmadora:

Primero: Abu Wa'el Dhiab, no es enemigo de Venezuela, en nuestro país históricamente hemos sido amigos y solidarios con las causas de la lucha árabe por su libertad y reconocimiento siempre y cuando no este identificada con elementos relacionados con el terrorismo, genocidio y gobiernos de corte fascista y violadores de derechos humanos.

Segundo: En Venezuela conviven las tres principales religiones monoteístas del planeta que representan a Judíos, Musulmanes y Cristianos y todas sus derivaciones y que se tenga conocido, no existen registros de violencia religiosa que hayan perturbado la tranquilidad pública y política, a pesar que actualmente vivimos una situación política muy polarizada, no se han manifestado incidentes que nos lleven a conclusiones tan apresuradas e irresponsables como han pretendido hacer ver los interesados en colocar en la palestra, el tema del terrorismo fundamentalista islámico como está ocurriendo en Siria, Turquía y en el continente europeo.

Tercero: Abu Wa'el Dhiab, presumo, podría tener asuntos extremistas particulares en contra de quienes destruyeron su vida, los EE.UU, entonces, por qué vendría a inmolarse a través de una acción de corte terrorista buscando como objetivo Venezuela, cuando es nuestro país protector de sus conciudadanos que emigraron producto precisamente de persecuciones religiosas y políticas en las décadas de los años 1970 y 1980, y las oleadas de Palestinos, Libios, Libaneses y Sirios recibidos durante los últimos 17 años de revolución socialista y bolivariana.

No tiene sentido ni lógica, sin embargo destacaré que podríamos ser objetos de falsos positivos, buscando construir una matriz mediática que nos haga ver ante el mundo que acá pudo haberse planificado alguna acción terrorista por parte de alguna célula durmiente activada por Abu Wa'el Dhiab, y direccionada en contra de la reunión de Países No Alineados a ser desarrollada en el mes de septiembre de este año en la Isla de Margarita y vender la imagen que somos un país en situación de caos y extremismo político y religioso ante la opinión pública mundial.

Es necesario que se ataque esta temática comunicacional con la finalidad de anular las propuestas discursivas de los enemigos del Estado, que ven en esta oportunidad, un capital militar y político para terminar de desarrollar sus planes de desestabilización en la República Bolivariana de Venezuela, los organismos de inteligencia estratégica y contra inteligencia deben ser alertados para que puedan ser orientados en desmantelar estos planes.






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