miércoles, 24 de julio de 2013


ANTES  DE  LA  LLEGADA DE  LOS  INVASORES  EUROPEOS.

NO  ERAN  INDIOS.


Escrito por: Tcnel Edgar Alejandro Lugo Pereira.
Especialista en Historia Militar.

 A MANERA DE INTRODUCCIÓN

El pensamiento filosófico universal y las corrientes historiográficas derivadas de ellas, nos han obligado de cierta manera a aceptar definiciones que hoy en día son de hecho y de derecho inaceptables. Es necesario entonces, trazar una línea para alejarnos de lo inaceptable y partiendo de ella, generar los cambios y transformaciones, que provoquen el derrumbamiento de los sistemas clásicos de comprensión de los parámetros educacionales ortodoxos y anti naturales que le han hecho tanto daño a la humanidad, invisibilizado quizás adrede y por conveniencia ciertas verdades, que en la actualidad son incuestionables pero difíciles de comprender. Primeramente hay que analizar los sucesos narrados desde una perspectiva menos académica y más realista. Con este escrito persigo simplemente introducir al lector a un escenario histórico bastante ignorado e incomprensible de abordar.
Cuando Colon navegaba por el Océano Atlántico en dirección Oeste, el esperaba encontrarse con las costas de Cypango (Japón) y Cathay (China), claro, este personaje tenía conocimiento de estas tierras que no eran desconocidas para los navegantes que soñaban alcanzar sus costas, sin embargo lo que no estaba en los cálculos del avezado navegante era, que existía un gran continente interpuesto entre sus sueños y ambiciones por obtener una riqueza súbita. Al desembarcar en la isla de Guanahani (Las Bahamas), se encuentra con personas desnudas de costumbres bárbaras y gentes sin dios, esto nos permite inferir que Colon no conocía esta nueva raza de seres humanos, sin duda que no eran chinos, japoneses o hindúes, por lo que simplemente denominarían gentes sin dios, que más pronto que tarde y gracias a la facilidad de mutación de nuestro idioma, el vocablo “SIN” se fusionaría con “DIOS” y si eliminamos la letra “S” nos dará como resultado la infame palabra “INDIO” que significaría simplemente “GENTE SIN DIOS”. El diccionario de la real lengua española, da a la palabra cuestionada,  tantos significados catalogándola como: inculto, de modales rústicos, caer por ingenuo “hacerse el indio”, el que lleva las cargas  etc.
 Pregunto entonces ¿A nuestras etnias nativas les gustara usar esa identificación tan denigrante?
Los pueblos que habitaban el hemisferio occidental antes de la invasión, ocupación y conquista europea, tenían diversas formas de organización económica, social y política. Los Aztecas y Mayas, en la región mesoamericana, y los Incas, en la andina, desarrollaron grandes conglomerados urbanos.  En estas sociedades, la construcción de complejas obras de riego y la aplicación de técnicas agrícolas habían favorecido el crecimiento constante de la producción agrícola y por ende de la población, el resto de los pobladores de América no considerados en este estudio, vivían de una agricultura simple, de la caza y de la pesca de animales, de la recolección de frutos y del intercambio de productos con otras comunidades.
Muchos de estos pueblos eran nómadas y prácticamente no existía la división del trabajo.  Estaban distribuidos a lo largo de todo el continente americano, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, la mayoría subyugados por los grandes conglomerados sociales antes mencionados. El pueblo Maya es un grupo homogéneo que había ocupado el mismo territorio donde desarrolló su cultura por cientos de años, en contraposición, Los Aztecas eran una pequeña tribu ambiciosa la misma por la necesidad de movilizarse constantemente en busca de mejores tierras y agua fueron evolucionando hasta que su deseo de conquista paulatinamente la convierten en una organización social militarista bastante poderosa para imponer en un corto periodo de tiempo y a la fuerza, su lengua, sus dioses y su idiosincrasia, a los pueblos nativos conquistados dentro de su área de influencia.
Los Mayas tenían sus poderes políticos, sociales y económicos centralizados y regidos bajo una teocracia desarrollando una visión común, absorbiendo elementos tomados de sus vecinos para constituir su cultura. Su edad de oro duro aproximadamente cinco siglos entre los 300 a 800 D.C. Luego, cesaron de construir templos, declinaron y se fragmentaron en diversos estados que fueron un botín fácil para las fuerzas invasoras del norte como los aztecas. Entre las culturas nativas mencionadas, los guerreros y los sacerdotes conformaban el grupo privilegiado y ejercían el poder. La mayoría de la población, compuesta por campesinos y trabajadores urbanos, debía entregar tributos en productos y trabajo, estas sociedades estaban organizadas y gobernadas por Estados teocráticos llamados así, porque toda la autoridad residía en los sacerdotes y el jefe del Estado era considerado como un Dios.  Por esto, las primeras ciudades se organizaron alrededor del centro ceremonial o templo. Estos eran edificios que tenían funciones religiosas y también económicas, porque allí se almacenaban y distribuían los productos tributados por los campesinos. Las únicas sociedades urbanas que existían en América eran la Azteca y la Inca; la cultura Maya había sido asimilada en el siglo XI D.C, por los Aztecas.
La sociedad Azteca y la Inca como inmensos conglomerados urbanos, tuvieron una organización económica, política y social del mismo tipo que las sociedades urbanas existentes en Europa y Asia desde el 3000 A.C. Desarrollaron sistemas de escritura y de numeración; la religión fue la manifestación espiritual más importante y regía la mayor parte de los actos de la vida cotidiana de la población; y el arte alcanzó una elaborada complejidad. Los Incas y los Aztecas, cada una se constituyeron en poderosos imperios basándose en una extraordinaria organización militar, logrando materializar su máxima  expansión territorial en el tiempo que Colón iniciaba su viaje hacia el oeste de Las Azores, su estrategia se fundamentó esencialmente en la utilización de ingenios militares que favorecían sus campañas bélicas orientadas hacia la captura de otros nativos y la conquista de nuevos territorios, forzando a los pueblos a acatar su supremacía, establecieron las capitales de sus sociedades, en las ciudades de Cuzco y Tenochtitlán, siendo consideradas el centro del universo.
SISTEMAS SOCIALES, ECONOMICOS Y POLITICOS
La agricultura fue la base de la economía de los Incas y los Aztecas, la producción de alimentos era muy variada y los cultivos principales eran el maíz y la papa. La nobleza real incaicas y aztecas, estaban conformadas por los sacerdotes, los guerreros y los funcionarios. Controlaban el Estado y vivían de los tributos que entregaban los campesinos. Los campesinos unidos por vínculos familiares tenían antepasados comunes y habitaban un mismo territorio. El Estado entregaba tierras a cada comunidad para su subsistencia. Asignaban parcelas a cada familia según el número de sus componentes. Los campesinos no eran propietarios de las tierras y estas parcelas eran trabajadas colectivamente por todos los miembros de la comunidad. A su vez se recolectaban tributos en productos y en trabajo a través de los funcionarios designados para tal fin. 
DISTRIBUCION DE LAS TIERRAS
En las laderas de las montañas andinas, el cultivo en terrazas permitió un mejor aprovechamiento de la tierra fértil y facilitó el riego, al igual que el uso de las chinampas o balsas artificiales de tierra apisonada en el área de Tenochtitlán. La cría de llamas y de alpacas fue una actividad importante en la economía incaica, obteniéndose de ellas: lana, carne, leche y se usaban como animales de trabajo. La llama aunque no soporta más de 45 kilogramos de peso, puede sobrevivir los cambios de presión atmosférica, el poco oxígeno y el frio extremo de las grandes alturas. Entre los Incas las tierras se dividían en tres zonas: las tierras de las comunidades, cuya producción alimentaba a las familias campesinas, la del Inca que mantenían al Inca (el rey), a los sacerdotes y el ejército, y las del Sol, con las que se mantenía el culto a los dioses. Los campesinos debían obligatoriamente trabajar en todas. 
ORGANIZACIÓN MILITAR
La expansión de los imperios nativos precolombinos fue posible gracias a la organización de la fuerza militar. Para facilitar el desplazamiento de sus ejércitos, los Incas y los Aztecas, construyeron una vasta red de caminos. La existencia de tambos o postas a lo largo de estas rutas predeterminadas, servía para el descanso de las tropas en campaña y para el cambio de animales y armas. Todos los pueblos que pertenecían al imperio tenían la obligación de entregar al Estado una determinada cantidad de materia prima o de productos manufacturados, según la producción característica de cada zona.  
La organización imperial y militarista de los Aztecas e Incas represento para su momento un símbolo de fortaleza, pero también constituyo su debilidad. Los pueblos dominados por los aztecas e Incas colaboraron con los invasores europeos convencidos que, ése era el medio para liberarse de quienes les habían sometido y de cierto modo esclavizado, además, la organización imperial y religiosa muy centralizada en la figura del dios sol Atahualpa, por ejemplo, facilitó la manipulación artera de Pizarro precipitando el triunfo de los españoles.
RECIPROCIDAD Y REDISTRIBUCIÓN
La sociedad incaica y la azteca, funcionaban sobre la base de la reciprocidad y la redistribución. La reciprocidad era común entre las comunidades de campesinos. Por ejemplo, los habitantes de una tribu se ayudaban entre sí a sembrar y a cosechar en las parcelas de subsistencia,  incorporando el principio de reciprocidad como una de las bases del funcionamiento económico y social de su organización social. La redistribución suponía el reconocimiento por parte de los campesinos de los diferentes niveles de autoridad que existían en la sociedad y por ende cuanto era lo que se distribuía en productos.
Cuando algunos pueblos no podían satisfacer sus necesidades básicas porque las regiones en las que vivían habían sido afectadas por malas cosechas u otras catástrofes, el Estado redistribuía una parte de los alimentos, materias primas y productos manufacturados almacenados para contribuir con los afectados. Este concepto era impráctico en Europa antes de la invasión al hemisferio, ocurriendo en ese continente las grandes hambrunas que provocaban la muerte de cientos de miles de personas, magnificándose estas cifras en la estación invernal. Podemos definir con certeza, que las sociedades nativas precolombinas practicaban de cierta forma principios fundamentales donde se basamentan las teorías económicas comunistas.
LA COSMOVISIÓN DEL NATIVO VENCIDO
La conquista significó para los aborígenes un gran sufrimiento espiritual. Su mundo y sus tradiciones se desmoronaron, este impacto en la mentalidad de los aborígenes se entiende como el traumatismo de la conquista, la derrota imprimió un carácter religioso y cósmico: se sintieron abandonados por sus dioses.  La caída de Tenochtitlán, no fue solo una derrota militar significaba también la caída del reino del sol. Los dioses habían muerto o eran débiles ante el avance de los invasores, hombres extraños, malolientes, acompañados de nuevos dioses muy poderosos y difíciles de comprender.
Las condiciones de existencia impuestas por el europeo posterior al proceso de la conquista, provocaron la desvalorización de la cosmovisión aborigen. El alcoholismo y las enfermedades se propagaron como una epidemia. Vivir en un mundo hostil llevo a muchos nativos, a un estado de auto abandono disminuyendo la natalidad. 

MALOS PRESAGIOS Y TRISTES PROFECIAS
El arribo de los europeos al hemisferio occidental fue anticipada por presagios y profecías de orígenes Azteca, Maya e Inca, de estos se han salvado milagrosamente algunos fragmentos, el Calendario Maya y el Popol Vuh, anunciaban el fin del mundo nativo precolombino, los presagios Aztecas anunciaban que el retorno del dios Quetzalcóatl se produciría al final del reinado de Moctezuma y lo haría bajo la forma de un hombre blanco. Antes de su llegada afirmaban que ocurrirían una serie de eventos catastróficos.
En el caso de los Incas, que no tenían escritura, las noticias provienen de la tradición oral indígena y de los testimonios que dejaron los cronistas de la época. La muerte de los emperadores Azteca e Inca, contribuyó ciertamente que estas sociedades perdieran confianza en sus dioses: con la muerte de Moctezuma y Atahualpa, no sólo desaparecían los jefes del Estado sino también los hijos del Sol, sus protectores.
Saqueos, masacres, incendios, es la experiencia del fin de un mundo.  Pero se trató del fin sangriento del nuevo mundo asesinado. 

EL IMPACTO DE LA CONQUISTA
La invasión europea produjo una tremenda conmoción entre los pueblos que habitaban la actual América. Para estas sociedades que habían vivido aisladas del resto del mundo, los europeos representaban algo totalmente desconocido, toda su vida cambió a partir de la conquista. Su organización económica, social y política, sus creencias religiosas, su visión del mundo y las costumbres de su vida cotidiana, se derrumbaron definitivamente. 
Por ejemplo, cuando los españoles llegaron a México, se encontraron con una civilización que tenía una creencia muy diferente de la cristiana. Lo que más impactó a los conquistadores fue la poderosa religión estatal que rendía culto a las principales divinidades indígenas a través de sacrificios humanos que eran acompañados de diversos ritos. De acuerdo con su mentalidad de hombres europeos del siglo XVI, la entendieron como una religión demoníaca que rendía culto a las fuerzas del mal y se propusieron su completa destrucción.
LAS CAUSAS DE LA CAIDA DE LAS SOCIEDADES PRECOLOMBINAS
Un proceso tan complejo como la conquista de un continente no puede explicarse en un solo acto. Debemos considerar que un pequeño grupo de europeos lograron dominar en muy poco tiempo a comunidades muy numerosas que habían alcanzado un elevado nivel de organización social ¿Cómo explicar que los 200 hombres de la expedición de Cortés o de Pizarro, conquistaran un continente habitado por más de 10 millones de personas organizadas? Sin duda influyeron factores técnicos como la superioridad de las armas de fuego y el terror que producían las explosiones de pólvora, los perros de caza y los caballos.  Otros elementos a considerar serían de tipo religioso, como las leyendas que hablaban de la llegada de enviados de los dioses, y por último, enfrentarse a las enfermedades que acompañaban a estos seres extraños, entre ellas la temible Viruela, terminaría de desdibujar la cosmovisión de una sociedad abandonada por sus dioses.
BIBLIOGRAFIA
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