martes, 16 de julio de 2013

ENFOQUE DE LA CAMPAÑA ADMIRABLE 1813, COMO VECTOR DE LIBERACIÓN DE ENERGÍA Y FLUJO DE DESTRUCCIÓN



Escrito por:
Teniente Coronel
Edgar Alejandro Lugo Pereira
M. Sc. en Historia Militar
IAESEN, julio 2013


EL GRAN ENFRENTAMIENTO

Los grandes acontecimientos del pasado de la humanidad, deben ser observados, analizados, investigados, confrontados y teorizados desde una perspectiva social, esto permitirá manejar los flujos evolutivos que constantemente el Homo Sapiens como especie superior en lo que respecta a su organización para sobrevivir, ha logrado consolidar. El hecho de organizar, catalogar, clasificar y ordenar los elementos intrínsecos del espacio que lo rodea para garantizar su supervivencia trajo como consecuencia, su supremacía absoluta en todos los hábitats terrestres y el control de otros, que sin las tecnologías desarrolladas gracias a los avances de su inventiva, serian letales representados en los espacios acuáticos del planeta y el infinito espacio exterior.

Confrontar la historia de la humanidad nos permitirá comprender definitivamente como la fuerza del gregarismo humano y su empuje materializados en flujos, fueron conquistando los espacios que requerían para la consolidación absoluta de la especie dominante. Alvin y Heidi Toffler como estudiosos del tema de la futurología, lo manifestaron en su obra “la Tercera Ola”, allí dejaron en claro como la humanidad a lo largo de su proceso evolutivo, fueron controlando su entorno, primeramente con la revolución agrícola, seguida por la revolución industrial, para culminar su obra con la desarticulación a través de la descentralización, la desmasificación y la personalización de las sociedades, fenómeno social que en la actualidad, nos está castigando duramente. Hay que tener en consideración, que este libro fue publicado en 1979.

Es preciso puntualizar que el ser humano es capaz de generar hoy en día, gracias a los modernos sistemas de comunicación totalmente integrados y globalizados, corrientes de flujos que pueden ser direccionados a voluntad para apoyar una buena causa en específico, el fenómeno “África Aids” que en 1985 sensibilizo al mundo entero a través de la música, a tomar y ser parte de una solución utópica para eliminar las hambrunas crónicas de los pueblos etíopes, somalíes y sudaneses, entre otros. Caso contrario lo acontecido en Los Ángeles en 1991, con el connotado caso de la brutal paliza policial a la que fue sometido un ciudadano afrodescendiente de nombre Rodney King, literalmente la ciudad fue destruida en horas de locura colectiva, todo gracias a la imágenes capturadas por un transeúnte con su video filmadora.

Vemos a ciencia cierta, que los flujos bien direccionados pueden ser causantes de grandes movimientos generando dramáticas consecuencias, dependiendo del enfoque, el objetivo a ser alcanzado y su longevidad. Por ejemplo, el efecto del flujo de la Revolución Francesa iniciada en 1789, aún no ha cesado y ciertamente no se ha podido contener. Es menester entonces observar los fenómenos históricos para entender sus enormes efectos residuales.

LA CAMPAÑA DE LAS IDEAS

Simón Bolívar en el camino del exilio luego de la caída de la “Primera República” venezolana, hecho acaecido a mediados de 1812, quizás en la impronta de una mente idealista marcada profundamente por el fracaso de un proyecto visionario de país llevado en primera instancia por las elites mantuanas, comenzó en su momento personal, a evolucionar sus ideas encaminándolas hacia una fórmula más exitosa para la liberación de su patria, sin duda que plasmar sus pensamientos en el “Manifiesto de Cartagena 1812”, genero una cadena de acontecimientos ¡Que como una cascada! fue acumulando un flujo de interacciones y mucha energía marcada primeramente por las voluntades de los ciudadanos, que paulatinamente fueron sumándose a la idea de la liberación de Venezuela y hacer el esfuerzo supremo para materializarla.

Aunque al iniciarse la campaña militar, este ideal sería muy confuso e irrito para algunos de sus compañeros que no manejaban la información completa o simplemente no le veían la utilidad, solo la visión compleja de la operación la compartía Bolívar con algunos de sus más íntimos acólitos.

Una vez iniciada la operación militar, esta fue desarrollada en dos fases principales. La primera jalonada desde Barrancas del Magdalena hasta Ocaña como fase de consolidación desde el punto de vista logístico y operacional, y a su vez como fuerte motivador del apoyo político que buscaría el Coronel Bolívar, para ganarse las voluntades de los representantes del gobierno neogranadino necesarias para materializar la segunda fase de la Campaña Admirable, denominándola así por su desarrollo y ejecución táctica y estratégica impecable.

Tomando en consideración para esta investigación el empleo de la materia y energía como vectores de flujo, podemos inferir con precisión, que las premisas fundamentales en que se basó el desarrollo de la estrategia militar, radico en aplicar el factor sorpresa (las operaciones militares en la primera fase en su mayoría fueron nocturnas, tomando al enemigo por sorpresa en sus posiciones defensivas), continuando con acciones ofensivas constantes bajo una férrea unidad de comando con mandos descentralizados, dándole oportunidad a los comandantes de la vanguardia(Girardot y Urdaneta) y la retaguardia (Ribas), a realizar operaciones ofensivas tipo relámpago, basándose primordialmente en la velocidad de desplazamientos y la sorpresa, esta última siempre presente durante la ejecución de la campaña. Las órdenes eran impartidas por Bolívar de forma personal a su Estado Mayor y con poco tiempo de preparación, lo que evitaba fugas de información y sus correspondientes delaciones. ¡Bolívar había aprendido muy bien las lecciones de su primera derrota militar!

Debido a este fenómeno, al romperse el esquema paradigmático (dique de contención mental) colonial de la planificación militar, el flujo de las acciones bélicas desarrolladas a favor de las fuerzas patriotas de la Unión, se transformó en una oleada de energía incontenible, siempre con consecuencias favorables, inclusive si nos referimos a las pérdidas humanas y materiales eran inferiores a lo estimado en los cálculos de personal y logísticos, a pesar de haberse declarado en Trujillo “La Guerra a Muerte”. Es precisamente el entusiasmo siempre presente en las tropas libertadoras como también unos mandos ejemplares, que hicieron coincidir por una sola vez y magistralmente, una unidad hegemónica como jamás el futuro Libertador podría tener nuevamente.

DESARROLLO DE LOS VECTORES Y SU FLUJO DESTRUCTIVO

Tomando como referencia a Keegan, catalogaríamos “La Campaña Admirable”, dentro del rango del vector-flujo de la “organización y las armas de fuego”, debido a que las características presentes en esta acción militar para esa época, favorecían el uso primariamente de armas de diversos calibres (pistolas, fusiles y pequeños cañones), ya que la adquisición y reposición de los pertrechos militares eran extremadamente deficientes y de mala calidad, la mayoría de estos ingresaban de contrabando por las islas del caribe y eran producto del creciente mercado negro regentado por contrabandistas y piratas que no aseguraban una provisión constante y segura de los suministros, perseguidos estos últimos, por las flotas británicas y españolas que controlaban la navegación en el Mar Caribe.

Estas condiciones mostraban un escenario bastante caótico en la concepción de cualquier operación militar de gran envergadura, como en su efecto así lo consideró Bolívar, tomando medidas de control aún más severas, para asegurar el éxito de sus acciones ofensivas, arrollando en cada batalla a las fuerzas realistas comandadas por el Capitán de Fragata Domingo de Monteverde.

Este jefe y líder militar español, tenia todos los elementos que debía observar un buen comandante, sin embargo, no contaba con mandos superiores disciplinados y tropas realmente convencidas, estas últimas observaban los excesos que cometían sus comandantes y por consiguiente desertaban. El flujo discursivo y el tremendo efecto colateral que ejerció el Decreto de Guerra a Muerte, contribuyo de manera contundente a cambiar el panorama del teatro de operaciones.

En la sumatoria de todos estos elementos, se puede apreciar con bastante claridad, que el momento táctico y estratégico estaba inclinado favorablemente a Bolívar y su Ejército Libertador. En la comunión de todos los esfuerzos, radicó sensiblemente el continuo movimiento del ejército como una maquina avasallante, cosechando triunfo tras triunfo y desarticulando todas las maniobras realistas que se limitaron a contener el avance patriota y replegarse a posiciones alternas en una continua retirada, evitando así la batalla decisiva, situación táctica que no pudieron relevar en Niquitao, Los Horcones y Taguanes, batallas que destrozaron literalmente a las tropas realistas y sacaron del mando directo al líder realista, por las graves heridas sufridas en batalla  ¡Demostrando con esto! Que el liderazgo español descansaba sobre un hombre, pero al salir este del escenario, no se presentó un líder que le diera continuidad efectiva al flujo del comando, lo que materializaría de inmediato la consolidación del liderazgo del ya aclamado Libertador, que estaba en camino directo y con vía libre hacia la ciudad de Caracas.


              


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