ENSAYO CRÍTICO SOBRE LA PAZ
Escrito por:
Teniente Coronel Edgar
Alejandro Lugo Pereira
Especialista en Historia
Militar
SEGUNDA ENTREGA
Para ello es materia primordial atacar de frente y con
compromiso, los abismos sociales que son causantes directos de la gran pobreza
y denigración existente en la región. ¡No hay algo más doloroso para una persona marginada de la riqueza de su
patria, que el saber y sentirse pobre, y
no tener ninguna oportunidad para acceder a la misma!
Al tratar de abarcar
el concepto de la paz, hay que entender la dificultad representada en sintetizar
una idea tan amplia y repleta de conceptualizaciones tan disimiles, que como
consecuencia traería y de hecho generaría, fricción para quien los confronte.
Solo la justicia social y la comunión de esfuerzos
balanceados y dirigidos hacia la paz, lograrán reducir los abismos sociales haciendo
materializar en principio, un diáfano equilibrio que irá apuntalándose con el
transcurrir del tiempo, para darse en sí mismo la suficiente fortaleza y poder
perdurar en contra de los avatares de grupos poderosos empecinados
históricamente en torpedearla.
Hay que redescubrir la paz y todo su significado,
esto puede lograrse mediante la utilización del método discursivo, impactando
los modelos educacionales en todos los niveles y modificando paulatinamente las
actitudes y los comportamientos humanos, erradicando la siguiente idea: ¡Que los eventos históricos violentos son cíclicos y como resultado
tienden a reeditarse¡
Entonces
surge un cuestionamiento: ¿Por qué la paz no se reedita?
El verdadero enemigo de la paz en estas últimas tres
centurias en el hemisferio occidental, ha sido la imposición del poder del
hombre sobre el hombre, el ansia de dominación y subyugación de los pueblos y
la acumulación generacional de las riquezas minerales y cualquier otro fruto
generador de codicia, capaz de comprar las conciencias humanas encargadas de
perturbarla, haciendo cíclica la escala de violencia como herencia
transmitida de padre a hijo, creando un círculo vicioso de rancio
abolengo, escudos de armas, apellidos notables y lacayos servirles para
mantenerlos.
Debemos ser responsables y proponer amplias
perspectivas de análisis y estudio para desarrollar renovados conceptos sobre
la paz, utilizando como premisa fundamental, la justicia social, la cual jamás
deberá estar subordinada al poder económico y político, estas dos últimas se
han encargado de invisibilizarla, cometiéndose crímenes históricos en contra de la humanidad
y el ambiente, ya que el eslabón más sensible de esta cadena ha sido
precisamente el ser humano desposeído y sin educación para defenderse.
Ejemplos
históricos sobran y están relatados en hermosas historiografías representando
obras épicas pero, de un pasado aborrecible y absolutamente condenable.
Hay que ubicar la paz en el contexto del nuevo
concepto de integración de los pueblos suramericanos, como el elemento central
del poder disuasivo sin necesidad de buscar otros elementos más pueriles para
emplearlos en legítima defensa, evitando con esto, formar parte de los viejos
esquemas de dominación que han permitido precisamente subyugarnos y
someternos a líneas de consumo político, para satisfacer grupos de poder
establecidos en las áreas de: industria de armamento, químico-farmacéutico y petroquímico,
denominándolas: triadas de grandes mafias, que cocinan en estas regiones sus
grandes negociados en contra de los pueblos, generando constantes conflictos en
detrimento del estado de paz.
Continuará...
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