miércoles, 25 de junio de 2014

Segunda entrega: Ensayo crítico sobre la paz


ENSAYO CRÍTICO SOBRE LA PAZ

Escrito por:

Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira

Especialista en Historia Militar

SEGUNDA ENTREGA

         Para ello es materia primordial atacar de frente y con compromiso, los abismos sociales que son causantes directos de la gran pobreza y denigración existente en la región. ¡No hay algo más  doloroso para una persona marginada de la riqueza de su patria, que el  saber y sentirse pobre, y no tener ninguna oportunidad para acceder a la misma!

          Al tratar de abarcar el concepto de la paz, hay que entender la dificultad representada en sintetizar una idea tan amplia y repleta de conceptualizaciones tan disimiles, que como consecuencia traería y de hecho generaría, fricción para quien los confronte.

         Solo la justicia social y la comunión de esfuerzos balanceados y dirigidos hacia la paz, lograrán reducir los abismos sociales haciendo materializar en principio, un diáfano equilibrio que irá apuntalándose con el transcurrir del tiempo, para darse en sí mismo la suficiente fortaleza y poder perdurar en contra de los avatares de grupos poderosos empecinados históricamente en torpedearla.

Hay que redescubrir la paz y todo su significado, esto puede lograrse mediante la utilización del método discursivo,  impactando los modelos educacionales en todos los niveles y modificando paulatinamente las actitudes y los comportamientos humanos, erradicando la siguiente idea: ¡Que los eventos históricos violentos son cíclicos y como resultado tienden a reeditarse¡

 Entonces surge un cuestionamiento: ¿Por qué la paz no se reedita?

El verdadero enemigo de la paz en estas últimas tres centurias en el hemisferio occidental, ha sido la imposición del poder del hombre sobre el hombre, el ansia de dominación y subyugación de los pueblos y la acumulación generacional de las riquezas minerales y cualquier otro fruto generador de codicia, capaz de comprar las conciencias humanas encargadas de perturbarla, haciendo cíclica la escala de violencia como herencia transmitida de padre a hijo, creando un círculo vicioso de rancio abolengo, escudos de armas, apellidos notables y lacayos servirles para mantenerlos.

Debemos ser responsables y proponer amplias perspectivas de análisis y estudio para desarrollar renovados conceptos sobre la paz, utilizando como premisa fundamental, la justicia social, la cual jamás deberá estar subordinada al poder económico y político, estas dos últimas se han encargado de invisibilizarla, cometiéndose crímenes históricos en contra de la humanidad y el ambiente, ya que el eslabón más sensible de esta cadena ha sido precisamente el ser humano desposeído y sin educación para defenderse.

 Ejemplos históricos sobran y están relatados en hermosas historiografías representando obras épicas pero, de un pasado aborrecible y absolutamente condenable.

Hay que ubicar la paz en el contexto del nuevo concepto de integración de los pueblos suramericanos, como el elemento central del poder disuasivo sin necesidad de buscar otros elementos más pueriles para emplearlos en legítima defensa, evitando con esto, formar parte de los viejos esquemas de dominación que han permitido precisamente subyugarnos y someternos a líneas de consumo político, para satisfacer  grupos de poder establecidos en las áreas de: industria de armamento, químico-farmacéutico y petroquímico, denominándolas: triadas de grandes mafias, que cocinan en estas regiones sus grandes negociados en contra de los pueblos, generando constantes conflictos en detrimento del estado de paz.
Continuará...

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