domingo, 8 de junio de 2014

Saludos a todas y a todos, les envió un nuevo artículo, espero que lo disfruten


El Fascismo y la delincuencia organizada en Venezuela


Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira
Especialista en Historia Militar

  

¡Cuando me hablan de cultura, saco la pistola!

Hermann Wilhelm Goering

Reichsmarschall y Comandante de la Luftwaffe Nacional Socialista Alemán, juzgado como criminal de guerra en los tribunales de Núremberg. Se suicidó cobardemente antes de ser ejecutado el 15 de octubre de 1946.

Aunque la atribución a Goering es dudosa, la línea aparece en la obra teatral nazi Schlageter, por Hanns Johst: “Wenn ich Kultur höre... entsichere meinen Browning…

Se ha escrito tanto del Fascismo, que hoy en día cualquier parámetro puede servir para conceptualizarlo o describirlo.

¡Total!

¿A quién le importa realmente enseñar a entender este fenómeno social aterrador?

No deseo caer en el uso tradicional y simplista de lo que representa en sí mismo, una de las obras maestras del amedrentamiento físico y psicológico que han hecho de esta arma discursiva desde los albores de la humanidad, una herramienta indispensable para ejercer formas y modelos de poder.

¿Pero cuáles formas y modelos de poder, el político, el económico, el  social, se podrían preguntar algunos?

¿Totalitarismo?

¿Autoritarismo?

¿Comunismo?   

¿Militarismo?

¿Capitalismo?   

¿Socialismo?

El Fascismo esta interrelacionado con las formas de conducción de las sociedades. Es algo intrínsecamente humano y no se puede derivar. Es la reacción natural por excelencia, convertida en modelo usado para imponer, someter, subyugar y aterrorizar a la población y sus métodos persiguen causarle tanto o más daño al que se considera enemigo del sistema, y su fin último consistiría en el uso sistemático y escalonado de la violencia para anular a su contendor, trayendo como consecuencia, la imposición de una forma de dominación representada en el poder cualquiera sea su tendencia ideológica.

¡No hay escenario de confrontación más odioso y recalcitrante que estar en completa incertidumbre!

El Fascismo necesita, convertirse en un vector de flujo y destrucción, para canalizar la energía humana que va a generar las consecuencias que dentro de su planificación, los ideólogos han diseñado, para alcanzar sus objetivos. Una vez logrado esto,  generalmente el siguiente paso será  controlar el poder, se organizan las facciones que cumplirán determinados roles para coadyuvar con el objetivo estratégico de eliminar rápida y de manera contundente toda oposición, radicalizando sus posiciones en lo político, económico, cultural y militar. Para ello es importante obtener el monopolio de la fuerza de las armas.

¡SALGAN A DESCARGAR LA ARRECHERA!

Esta expresión se convirtió en un catalizador para que el flujo prediseñado de fuerzas de choque, generaran en abril 2014, acciones violentas que causaron la muerte de once personas y un número importante de personas heridas.

¿Pero cabe hacerse la pregunta?

¿Esto es fascismo? Desde el punto de vista conceptual “Sí”, pero observando sus condiciones y el entorno donde se manifestaron los acontecimientos, “No”.

¡He aquí donde la delincuencia organizada hace su aparición!

Tenemos un ordenamiento jurídico, fundamentado en el respeto a los derechos humanos, a su vez nos proporciona las herramientas necesarias para hacerlos valer, ninguna constitución a nivel mundial, brinda este tipo de protección ciudadana.

¿Entonces, porque se la ha dado el tratamiento de fascistas a unos delincuentes?

La violación del estado de derecho debe ser castigada con el máximo de pena posible dentro de nuestra legislación.

La delincuencia organizada, ha sometido a la sociedad venezolana a un estado de indefensión e incertidumbre palpable, sin embargo, hemos venido ocupando los espacios para negarles terreno a las manifestaciones del fascismo, concepto con el cual han maquillado tanta violencia depredadora de la paz.

Este hecho fatal no es nuevo, se ha venido desarrollando desde principios de la década de 1970 hasta finales de los 90, y nos ha llevado hacia un proceso de anarquía política muy bien dirigido por los poderes hegemónicos del orbe bajo el signo de una permanente e indetenible corrupción, erosionando al pueblo venezolano hasta convertirlo prácticamente, en un conglomerado de despojos sociales, una estructura deshumanizada y sin conciencia histórica, despojada de su sentido nacional, desconociendo hasta su soberanía y significado de patria.

Estos elementos en la actualidad constituyen claves estratégicas fundamentales, para doblegar el espíritu nacional, el sentimiento patriótico, y da por hecho la cancelación del ejercicio de la soberanía de los pueblos, que buscan sobrevivir en el concierto de las naciones.

En la actualidad, el Estado venezolano, ha venido trabajando para desmontar estas estructuras corruptas de poder arraigadas tan profundamente, que forman parte activa de nuestra venezolanidad. Es un proceso agotador y desgastante, pero hay que hacerlo para evitar escenarios conflictivos de mayor envergadura.

El Fascismo apuesta todos sus recursos de dominación, para poder conducir a las sociedades afectadas hacia la desaparición de su identidad, sustituyéndola por antivalores representados en el consumismo, el mundo del entretenimiento, la frivolidad, el debilitamiento de los sistemas educativos y la negación absoluta de sus propias realidades.

La delincuencia organizada, ocupa los espacios, muta constantemente, se disfraza de Fascismo, se identifica con causas inverosímiles, busca constantemente la oportunidad, para generar una ganancia, persigue la protección de funcionarios y ONG´S de dudosa procedencia, usurpa y trastoca la historia a sus intereses, se rodea de buen gusto y exclusividad.

El Fascismo, uniforma a la sociedad, se vale de sus necesidades para ofrecerles esperanzas mesiánicas, es xenofóbica por excelencia, persigue implacablemente a la disidencia, confisca la libertad de expresión, elimina el culto religioso, es homofóbica, impone castas y separación social, va radicalmente contra las expresiones culturales, es asesina por naturaleza.

¡En fin!

No confundamos los movimientos fascistas que tratan de imponer su ideología trastocada y fuera de contexto histórico en Venezuela, con una partida de delincuentes organizados, disfrazados de políticos y comerciantes inescrupulosos con ansias desesperadas de llegar al poder, para subastar al mejor postor, nuestra patria venezolana.



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