“Ideas históricas fundamentales
para convocar una Jornada Celebre sobre la Paz, como mecanismo ulterior para la
defensa y disuasión de las amenazas potenciales ante eventos críticos que desestabilicen
la armonía de la sociedad”
Buscando
decantar ideas sobre este tema tan complicado y difícil de precisar, se hace
necesario entender que la paz como bien fundamental y requisito para la
estabilidad de la sociedad, es un bien incómodo para su abordaje. Para
concretar este proyecto, los conferencistas o panelistas convocados, deben
estar relacionados con materias muy disimiles que presenten posiciones
especificas en el tratamiento de la paz, desde el punto de vista del militar
estratega, religioso, político, geopolítico, relacionista internacional,
psiquiatra, psicólogo, economista, sociólogo y el jurista, pero también desde
el punto de vista del anarquista, agnóstico, nativo (cosmovisión de los pueblos
originarios), del activista social, del artista, y convenir en la necesidad
urgente de debatir sobre la paz, y al final de la jornada, puedan mostrarse
conclusiones como sobreponer la paz por
encima de las posiciones clásicas que en la actualidad se manejan queriendo
decir con esto:
“La imposición de la paz por medio de la
violencia”. Que anacronismo tan medieval para el intelecto y el razonamiento
humano.
Podremos
observar de entrada en estas jornadas, la exposición de los planteamientos a
través de discusiones conducidas por moderadores que a su vez serán transcritas
por taquígrafos (los que se utilizan en los tribunales) para que ninguna idea
así sea descabellada o no, pueda ser sujeta de posterior análisis concienzudo,
para obtener el zumo bien filtrado de las exposiciones y de manera definitiva,
extraer la esencia del olor de la paz, como se extrae el elixir del buen vino,
o del mejor perfume. Definiéndola así: “ Es el elixir definitivo del equilibrio
común entre la armonía de nuestro entorno social contra la violencia de la
intolerancia”.
Esta
semilla o génesis de la propuesta de la paz en su inicio, debe ser concebida a
puerta cerrada y sin difusión al público, ya que se trata de obtener ideas
nuevas y enfoques nuevos sobre la paz, con esto evitaremos contaminación de los
conceptos presentados y de las definiciones que se obtendrán luego para
redefinir un resultado optimista, y con
ello empezar a mover conciencias colectivas bajo una feroz campaña
institucional apuntando siempre al cambio de vías que nos lleve a este
objetivo.
Tenemos que enfrentar las posiciones clásicas
que sobre este tema se manejan, y abrir nuevas posibilidades de desarrollar un
concepto amplio del fenómeno de la paz, no podemos presentar un proyecto de
tanta magnitud sin desflorar las conciencias recalcitrantes, y arcaicas que
sobre este tema se tiene en la actualidad, recuerda que la paz y la guerra
están montadas sobre estructuras medievales en su concepción, y somos pocos los
que nos atreveríamos a desafiar tales preceptos sin sufrir consecuencias.
¡Sí! Definitivamente la materia disuasiva,
demuestra cronológicamente y a lo largo de la evolución histórica de la
humanidad, que ha sido el recurso más preponderante y valioso con que se han
servido sociedades enteras para garantizar la paz por periodos de tiempo
prolongados. ¿Y el precio pagado? No lo podemos mesurar, lo cierto es que este
factor ha obligado los liderazgos ambiciosos a mantener a raya sus aspiraciones
y sed de conquistas, muchas veces consientes y otras no, de las implicaciones
de ir más allá de sus límites y de sus probables consecuencias.
…"! Que bello seria que el Istmo
de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos ¡ Ojalá que
algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso de los
representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre
los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras
tres partes del mundo"[1]...
El Libertador Simón Bolívar,
experimentó desde muy joven eventos marcadores de hitos trascendentales que
forjaron su madurez intelectual, de allí parte la gran riqueza que a través de
sus incontables documentos personales y oficiales legó a la posteridad,
refiriéndose en muchos de ellos a la comunión pacifica de los pueblos y resolver sus diferencias ¡si las hubiere! por
medio de la negociación de los conflictos, porque todos de alguna manera somos
iguales ante los ojos del creador.
…“El verdadero valor de la igualdad
es hacer iguales a los diferentes”[2]…
Para alcanzar la paz, se ha buscado
establecer parámetros específicos para poder materializarla, pudiendo mencionar
las palabras: igualdad, reconocimiento, emancipación y libertad, como
justificativos suficientemente poderosos para llegar a ella sin embargo, no han
satisfecho, ni han proporcionado las soluciones necesarias para aplacar los
vientos de guerra que se han desatado en su nombre.
El Libertador, a pesar de utilizar
sus ideales para transformar su mundo, sumido en pensamientos medievales de
dominación y subyugación de los pueblos, se sintió obligado por las
circunstancias a utilizar la guerra y la violencia para alcanzar la paz,
materializando esta ultima parcialmente, después de mucho batallar contra la
resistencia a los cambios, sembrando la semilla de la republicanidad en el
corazón de los nacientes Estados americanos. Lamentablemente, el ideal político
de una América Meridional unida por el “Tratado de Unión, Liga y Confederación
Perpetua”[3],
se erosionaría, perdiéndose en las arenas movedizas de los intereses políticos
de sus adversarios apoyados precisamente por las potencias coloniales
emergentes, que consideraban el tratado como una amenaza, debiéndose evitar su
realización a toda costa, trayendo como consecuencia que la unificación de los
Estados americanos, jamás se consolidara.
Como lo expresaría el General de
Brigada Pascualino Angiolillo Fernández: …“La Unión, Liga y Confederación de los Estados…
la más apropiada… constituyendo entonces un mecanismo de unión de Estados
independientes que se basa en un pacto con fines de protección externa y paz
interna”[4]…
Para mantener el Estado de paz en
estos tiempos modernos, debe prevalecer “La prudencia política”[5]
. Los Estados y sus gobernantes en sus relaciones internacionales, son actores
comprometidos con sus connacionales, quienes le deben rendir cuentas de sus
actuaciones preservando ante todo el bien último que es la paz.
Es por ello que se debe combatir a ultranza y
sin cuartel toda manifestación de corrupción, negligencia e inobservancia de
las normas y estatutos legales que nos brindan un escudo ante las pretensiones
e intereses personalistas de los grupos de poder que representan, la imposición
de esquemas de la cultura de la muerte que hay que erradicar del discurso
político, para precisamente abrir el camino de la tolerancia y de la aceptación
plena del ejercicio de la política, como camino fundamental para la comunión en paz.
Partiendo como premisa fundamental,
en el marco anfictiónico de “UNASUR”[6],
fue necesario para garantizar el estado de paz en la región, declararla
territorio de paz.
…“La región suramericana es una zona de paz,
donde no habrá más guerras, golpes de Estado, ni persecuciones contra los
pueblos, sino libertad, igualdad y desarrollo”…[7]
Oficialmente los países miembros de
Unasur, por intermedio del Consejo de Defensa Suramericano (CDS) en sus
estatutos, establecieron en el Capítulo II (Principios), artículo 3, apartes: “a”, “c”
y “f”[8], manifestarle
al mundo, la impostergable decisión colegiada de declarar el territorio
suramericano libre de armas nucleares y de destrucción masiva, la
autodeterminación y el no intervencionismo y sobre todas las demás, el promover
y mantener la paz dejando por sentado definitivamente, el ejemplo del ejercicio
de un nuevo concepto geopolítico que persigue fracturar las corrientes clásicas
vigentes, abriendo nuevos espacios para la confrontación pacifica de las
relaciones internacionales, bajo el enfoque de la justicia social y la
integración de los pueblos, garantizando una paz integral y más duradera.
Enfrentando todos estos esfuerzos
que en materia de integración ha tocado realizar, se lograría establecer lo
siguiente:
…“Consolidar a Suramérica como una
zona de paz, base para la estabilidad democrática y el desarrollo integral de nuestros
pueblos, y como contribución a la paz mundial”[9]...
Simón Bolívar, fue el catalizador
de brillantes ideas y pensamientos de hombres y mujeres que le antecedieron,
llenas de euforia por el cambio necesario y obligante de la estructura de la
sociedad, que para su época eran imposibles de realizar, y quienes les hacían
frente, defendían sus posiciones a ultranza a sabiendas que la lucha era del
todo, carente de sentido. La fuerza de los pueblos se abatía en contra de las
murallas de los convencionalismos sociales impuestos sobre los pilares de la
violencia, esclavitud, ignorancia, oscurantismo y banalidad, y como resultado
final, siempre era la paz; la primera en ser sacrificada.
¿Cómo se podría defender la paz en
esas condiciones?
Bolívar comprendería y estudiaría
las estructuras de integración, abarcando áreas como: Filosofía, Teología,
Ciencias Naturales, Letras, Lógica y las Matemáticas, aplicando en sus análisis
probablemente las ecuaciones para la resolución de las incógnitas y sus
variables, tal cual como se hace hoy en día, pero a través del uso de cálculos
logísticos, estadísticas y poderosos servidores electrónicos que corrigen el
rumbo de la humanidad bajo modelos económicos que han contribuido a
invisibilizar a los seres humanos, reflejando los resultados por medio de
porcentajes de éxitos o fracasos, en las bolsas de valores alrededor del mundo,
como si la humanidad solo fuera simplemente dígitos y resultados matemáticos.
Sin embargo, El Libertador pudo
realinear con estructura una nueva era de integración de los pueblos, y esto lo
logra cuando el 15 de febrero de 1819, manifiesto esa sensación de logro
al expresar sus ideas en la inauguración
del Augusto Congreso de Angostura, con un discurso arrollador, visionario,
tomando con valor absoluto y contundente, la responsabilidad de las
instituciones que nos representarían, deberían responder y confrontar
realidades, para garantizar el estado de derecho y la justicia social,
satisfaciendo de ese modo las necesidades de identidad, libertad y soberanía,
sin copiar ni utilizar modelos de otras realidades que jamás podrían adaptarse
a la visión integracionista que su pensamiento, obra y acción nos legaría.
Es por ello que el gobierno y sus
representantes, deben responder directamente a sus depositarios que son en sí,
el pueblo que los elige, ocurriendo con esta acción idealista, un choque de
corrientes filosóficas y políticas que en ninguna parte del mundo, gobierno alguno podría practicar, pero en
Suramérica, sus efectos poderosos arrastraron estas sociedades
indefectiblemente, hacia un estado permanente de confrontación histórica que
hoy en día se mantiene vigente.
[2] Francisco Tomás y Valiente. (
Valencia, 8 of December of 1932 - Madrid, of 1996 ). , historian and Spanish Writer . (Pensamiento). Jurista, historiador y escritor español, asesinado
por un miembro de la banda
terrorista ETA en su despacho de la Universidad Autónoma de Madrid. España, el 14 de febrero de 1996).
[3] Documento firmado por los Ministros
Plenipotenciarios de las Republicas de: Colombia, Centro América, Perú y los
Estados Unidos Mejicanos. Como producto de las sesiones del Congreso
Anfictiónico de Panamá convocado por El Libertador, entre el 22 de junio y el
15 de julio de 1826, constituyendo una hábil estrategia de disuasión, ante los
intentos colonizadores de las potencias de la época.
[4] Angiolillo, P. La Unión de Naciones
Suramericanas (UNASUR): Alianzas Militares. Colección Alfredo Maneiro.
Editorial El Perro y la Rana. Caracas, 2012, pág. 48.
[5] Kant, I. La Paz Perpetua. Colección Clásicos
del Pensamiento. Editorial Tecno, pág. 6.
[6] El 18 de diciembre de 2004, en la III Cumbre Suramericana reunidos en Cuzco (Perú), los Presidentes
de los 12 países de América del Sur firmaron la declaración de Cuzco donde decidieron
conformar la Comunidad de Naciones Suramericanas, la cual fue
evolucionando a través de la Cumbre de Brasilia realizada el 30 de septiembre de 2005 y la Cumbre de Cochabamba, llevada a cabo el 9 de diciembre de 2006. Los Presidentes de
Suramérica, reunidos en la Cumbre realizada en la Isla de Margarita el 17 de abril de 2007, decidieron renombrar a
la comunidad como Unión de Naciones
Suramericanas (UNASUR). Este esfuerzo regional dio fundación a la Unión
de Naciones Suramericanas en la Reunión Extraordinaria de Jefes de Estado y de
Gobierno en la ciudad de Brasilia, República Federativa del Brasil, el 23 de mayo de 2008, donde se suscribió su Tratado Constitutivo y se eligió a su primera
dirigente.[21] El Tratado Constitutivo entró en vigor el 11 de marzo de 2011, por lo que la Unasur se
convirtió en una entidad jurídica durante la cumbre de Ministros de Relaciones
Exteriores en Ecuador, donde se puso la piedra
fundamental de la sede de la Secretaría.[22] En octubre de 2011
Unasur fue reconocida como miembro observador de las Naciones Unidas.[23]
Fuente: es.wikipedia.org/wiki/Unión_de_Naciones_Suramericanas.
[7] Señalamiento
hecho por el Presidente venezolano Hugo Chávez, en el Astillero Almirante
Segundo Storni, en Puerto Madero, Buenos Aires. Argentina, en ocasión del acto
por el inicio de la construcción de barcazas para la empresa Fluvialba.
AVN
29/03/2011. Fuente: www.avn.info.ve/.../Chávez-estamos-consolidando-América-del-sur-c...
[8]Apte “a”: Respeto de manera irrestricta a la soberanía,
integridad e inviolabilidad territorial de los Estados, la no intervención en
sus asuntos internos y la autodeterminación de los pueblos. Apte “c”: Promueve
la paz y la solución pacifica de las controversias. Apte “f”: Preserva y
fortalece a Suramérica como un espacio libre de armas nucleares y de
destrucción masiva, promoviendo el desarme y la cultura de paz en el mundo.
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