Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira
M. Sc. en Historia Militar
IAESEN
El Libertador
No soy crítico del Séptimo Arte, ni mucho menos pretendo
establecer parámetros de comparación sobre este tema en particular. Sin embargo
en estos días fui a ver esta extraordinaria producción y me di cuenta
primeramente que, con un excelente financiamiento y un buen guionista, se
pueden mostrar historias audiovisuales que en su concepción, son bastantes
complejas de entender, más aún, si no se tiene una buena base educacional en lo
que respecta al desenvolvimiento de la trama por parte de los espectadores.
Esta súper producción, entiéndase, representa para el cine
venezolano un hito histórico que marca un antes y un después, la trama
absolutamente bien interpretada desde el punto de vista del guionista, nos
permite comprender que hizo una verdadera investigación sobre los contenidos
históricos allí representados, haciendo un pasaje muy aproximado de la vida de
un hombre que por la magnitud de la obra legada a la posteridad, dificulta su
interpretación, el enfoque cinematográfico se convierte en sí mismo una pesadilla
de producción, cuando la historia no permite en sí su entendimiento. Hay que
tener en cuenta la capacidad de síntesis para organizar el desarrollo de la
trama, sin agotar la paciencia del público que paga el ticket para ver algo que
en la mayoría de las veces solo escucharon en las clases de primaria y el
bachillerato, sintiendo su identidad histórica tanto o más lejana que su propia
transculturización.
Mientras disfrutaba mi encuentro con El Libertador, escuchaba
las consabidas preguntas, ¿Quién es Monteverde? ¿Eso pasó de verdad?, hasta
llegue a escuchar ¡Pana que arrecho se parece a 300!
Definitivamente mis estimados lectores ¿Esto es preocupante?
En relación a la película puedo decirles definitivamente ¡No
tiene desperdicio! Se puede aprender un poco de Bolívar simplemente
observándola, y si se es más acucioso, aprender elementos básicos de la
historia patria enfrentando algunas lecturas de bolsillo, simplemente hay que
atreverse y nada más.
Las transiciones visuales de los contenidos allí mostrados,
están maravillosamente logradas. Fue bastante arriesgado pero les funciono muy
bien, representar las cuatro épocas de Simón Bolívar: el niño, el joven, el
esposo y el comandante. El detalle un poco incómodo para digerir, fueron los
últimos 10 minutos. El guionista no logro la transición final que fue sin duda,
el ocaso del héroe, pero todo fue tan maravillosamente editado, que se le
permite la licencia creativa al director de esta extraordinaria obra fílmica.
Gracias a Dios, se fracturó el molde de la producción de
películas venezolanas, que hoy en día solo están basadas en contenidos
chabacanos, falta de sentido venezolanista, con un mal sentido de originalidad,
guiones sin sentido, tramas oscuras. Bodrios definitivamente innombrables y
dinero desperdiciado.
Enhorabuena Alberto Arvelo. Mis felicitaciones.
Excelente.,,
ResponderBorrar