“ESTUDIO DE LA GUERRA DEL PELOPONESO”
Texto elaborado por:
Tcnel Edgar Alejandro Lugo Pereira
Magister Scientarium en Historia Militar
Magister Scientarium en Historia Militar
Marco conceptual:
Para describir los hechos ocurridos durante la Guerra del Peloponeso, hay
que trazar necesariamente líneas de tiempo de los acontecimientos que se
precipitaban con gran rapidez, nacimiento de alianzas o ruptura de ellas, idiosincrasia,
castas sociales, ambiciones personales, o de grupos de poder e incluso, la
intervención de la divina providencia a través de la religión y sus múltiples
representaciones, hacen compleja la comprensión histórica de las causas,
efectos y consecuencias de este choque de sociedades muy parecidas entre sí,
pero al mismo tiempo distanciadas por sus valores e identidades nacionales las
cuales darían molde al mundo futuro que se fraguaría en la olla mediterránea:
“…Esparta
cuya aristocracia terrateniente miraba con hostilidad la potencia militar y económica
de la democrática Atenas, se lanzó sobre su rival[1]…”
Estas líneas de tiempo, nos dan una clara
comprensión del desarrollo del conflicto peloponense sin embargo, hay que
abordar desde una perspectiva distinta, la interioridad de los conflictos
humanos, acercando la complejidad histórica de la cosmovisión humana otorgada
por los historiadores que narran y describen
estos eventos, muchas veces plasmados, no en el momento de los
acontecimientos, sino a través de la recolección de trozos de los eventos mucho
tiempo después, contaminados e interpretados por la política y los grupos de poder
que la detentan, con la finalidad de conducir las voluntades hacia un destino
manifiesto, otorgado convenientemente por la divinidad que, y no es casual, ni
tampoco cuestión del azar, es creada por
los seres humanos, para justificar de una u otra manera la razón de dominación
y a su vez, plantar profundamente la semilla en la razón de los dominados.
Desarrollo de los
eventos históricos:
El conflicto peloponense se produce debido
principalmente al recelo que la Ciudad Estado de Esparta con su totalitarismo
militar, tenía en contra del crecimiento vertiginoso de su rival Atenas, quien estableció
la democracia como hilo conductor del manejo de sus decisiones políticas,
sociales y económicas, lo que traería como consecuencia la atracción de muchas
ciudades estado del Egéo, e incluso de territorios tan lejanos como Egipto a su
área de influencia, quienes deseaban tener esa representación para regir sus
destinos, siendo el año de 464 AC , el punto de quiebre
y exacerbación de los sentimientos nacionalistas que poco tiempo después
llevarían a la confrontación política, económica y militar entre ambas ciudades
griegas arrastrando tras de sí a sus aliados.
Al ser expulsados los persas de la ciudad en
459 AC ,
los espartanos vieron una oportunidad de atacar a los atenienses quienes se
encontraban parcialmente desguarnecidos, por lo que Pericles, ordenaría el
regreso de la fuerza expedicionaria a Atenas para su protección. Esta acción
ofensiva por parte de Esparta, puso en jaque a la liga ateniense llevándola
casi a su absoluta destrucción.
“…Pericles salvó la situación centralizando
la liga bajo la autoridad de Atenas y haciendo del sentimiento democrático, a
falta de patriotismo griego la trabazón de la alianza[2]…”
Posición espartana:
Podemos inferir como línea histórica, la
consumación de una intención política por parte de los espartanos quienes, y
debido a su posición netamente territorial, consideraron una amenaza creciente
el amplio despliegue de las capacidades de la flota ateniense, la cual podía
interferir con los objetivos nacionales propuestos para mantener su autonomía e
independencia, esto generaría el catalizador inicial para desarrollar
progresivamente el clima de conflictividad que acarrearía inevitablemente a la
formación del estado de beligerancia que se extendería por casi 60 años.
Posición ateniense:
El poder ateniense acarició siempre la idea
de doblegar el espíritu indomable de los espartanos, que basaban el manejo de
su sociedad, en un sistema castrense de vida, teniendo dominio de grandes
extensiones territoriales y las voluntades y compromisos de sus aliados, lo que podía
constituirse en una amenaza que iría en contra del dominio marítimo de la polis,
siendo demostrada esta debilidad claramente en el 459 AC.
Observando el aporte que nos otorga esta
conflagración para el análisis histórico, podemos observar desde una posición
muy clásica la descripción del evento que motorizaría la escalada del conflicto
que está representado y caracterizado por el enfrentamiento entre los
terratenientes espartanos y los atenienses con dominio del mar, dos modos de
producción distintos, dos visiones del mundo diferentes, dos antagonismos
irreconciliables.
Descripción de los
comportamientos psíquicos:
Analizando este aspecto fundamental, podemos
observar que por primera vez, se toma en cuenta un aspecto poco referido en las
investigaciones históricas que constituyen la interpretación de las lecturas
psicológicas de los lideres que representan a sus sociedades y por ende, dando
el resultado del comportamiento global de sus integrantes, que a la postre
marcará el destino de estas últimas y su huella imperecedera en la historia.
Tucidides se refiere a Pericles de la
siguiente manera:
“…El estado democrático debe esforzarse por
servir al mayor número de ciudadanos; debe procurar la igualdad de todos ante
la ley; debe conseguir que la libertad de los ciudadanos dimane de la libertad pública;
debe acudir en socorro del débil y dar el primer puesto al mérito[3]…”
Hay que sistematizar el estudio de la guerra
en base a las intenciones de sus líderes y/o conductores. En el conflicto
peloponense, se pueden mostrar los resultados a lo largo de una segunda línea
de tiempo donde se constituyen indefectiblemente como fenómeno humano, el hecho
de tomar decisiones que afectarían positiva o negativamente, el curso de los
acontecimientos, responsabilidad que recaería únicamente en los liderazgos
comprometidos, tanto por la causa espartana y ateniense.
Los líderes en cada uno de los aspectos
estudiados dentro del desarrollo del conflicto peloponense, el cual
primeramente abarcó casi tres generaciones, decidieron por la mayoría de sus
conciudadanos atenienses y espartanos continuar y mantener el esfuerzo de la
guerra, arrastrando consigo a otras sociedades que plegadas o no hacia
determinado interés ya sea económico, político, religioso o militar y llevados
por ambiciones de poder edulcoradas con primitivos rasgos nacionalistas,
acabaron por hundir definitivamente el poderío de la Liga del Peloponeso.
Esto despejó el camino a nuevas y más modernas
formas de representación política, ideológica y comercial, marcando la
decadencia definitiva de la cultura Griega, Persa y Egipcia, permitiendo el
ingreso a la historia de sociedades como los Macedonios, Etruscos y Cartagineses
de donde surgirán los grandes imperios continentales como serian, el de
Alejandro Magno, Aníbal Barca y en primer plano la República Romana, para luego
dar paso, al Imperio Romano, que absorbería el resto de las culturas bajo el
poderoso abrigo de la imposición y asimilación en lo político, económico,
religioso y social.
Estableciendo una
explicación:
La Guerra del Peloponeso fue el conflicto
final de una sociedad marcada por diferencias políticas insalvables y sobre
todo, el antagonismo de dos modos de producción que se enfrentarían para
imponer su supremacía sobre el adversario, en la historia hay ejemplos
dramáticos sobre este particular, pero este hecho histórico vas mas allá, es el
Némesis entre una visión de vida frente a otra.
“…En 446 AC , otro acuerdo suscrito con Esparta repartía
la hegemonía entre las dos ciudades: el Peloponeso para Esparta y el mar para Atenas[4]…”
Opiniones sobre la
Guerra del Peloponeso:
De este suceso histórico
del cual se hace referencia demuestra, que el liderazgo generado por los
principales motivadores del conflicto como lo fueron en sus inicios Pericles en
representación de la liberal Atenas, y el Rey Pleistoanax de Esparta en su
posición más conservadora, condujeron desde el punto de vista doctrinario y
defendiendo postulados en contraposición de su adversario, a la radicalización
del conflicto, surgiendo eventos unos tras otros que erosionaron la solidez de
la alianza peloponense, arrastrando a esta ultima a su desmembramiento,
desaparición y posterior absorción por parte del Imperio Persa, que para ese
momento se encontraba en su apogeo.
“…La hostilidad entre
las dos potencias helénicas y entre los dos principios políticos opuestos, que
ambas encarnaban, había de llegar tarde o temprano al choque violento [5]...”
Los hechos:
En el conflicto
peloponense, se pueden agrupar los hechos
a través de la utilización de una
línea de tiempo, debido fundamentalmente a lo extenso de los eventos y los
escenarios involucrados, lo que nos permite establecer los ciclos con sus
aperturas y cierres correspondientes esto es necesario hacerse, ya que ningún
evento histórico acontecido en una época en particular, es un hecho aislado,
todo está relacionado y ninguno puede analizarse sin estar vinculado con su entorno,
personajes y sus decisiones que influenciaron las acciones humanas que
precedieron las causas y por ende generaron sus respectivas consecuencias.
Hipótesis:
Sin duda se generarían
formas de acción viables para dirigir el destino de los pueblos y alcanzar la
consecución de los objetivos nacionales, facilitando el manejo de los hilos del
poder, pero cuando estos hilos se rompen, la sociedad lamentablemente se
fractura y surgen las posiciones irreconciliables, que tarde o temprano la
arrastrarán hacia un clima de incertidumbre que conllevará indefectiblemente a
la guerra.
La periodicidad de las
guerras:
Está demostrado
particularmente en este conflicto, que el estudio de la periodicidad es factor
fundamental para lograr la comprensión de este vasto enfrentamiento que se
extendió por más de 60 años, donde intervinieron múltiples actores, por lo que
es necesario establecer marcos referenciales para obtener una adecuada
información y recopilar la inteligencia necesaria, para vislumbrar las posibles
amenazas y desarrollar las medidas preventivas para adelantarse a los
acontecimientos y sus consecuencias.
“…La guerra, pues, no tenía decisión. Atenas
había mantenido sin duda su poderío en toda su extensión, pero a costa de
graves sacrificios; sus ciudadanos habían sido diezmados por la peste, el
tesoro de guerra estaba en gran parte consumido[6]…”
Haciendo una
observación detallada de esta confrontación con sus encuentros y desencuentros,
se puede inferir una vez más a través de un evento social que en un tiempo
determinado, estas tendencias hacia la destrucción del logro humano, fluctúan y
entran en crisis su convivencia, marcadas por períodos de paz y períodos de
guerra, poniendo en evidencia que las sociedades alternan sus crisis sin
importar la abundancia o escases de recursos o vidas para desarrollar los
primeros. Basta con que surja un elemento discordante de la paz para alcanzar
la guerra.
…“El examen cronológico
de éstas nos permite descubrir una periodicidad regular”…[7]
Las sociedades y las
guerras:
Las sociedades enfrentadas en este conflicto,
compartían los mismos principios helénicos, sin embargo la comunidad espartana
con su característica terrateniente, se encontraba atada a la tierra por
principios de vida y por su modo de producción de riquezas.
No vieron con
buenos ojos que Atenas tratara de competir contra Esparta, a pesar que eran aliadas y que
lucharon juntas contra las pretensiones persas de subyugarlos, pero más pudo la
necesidad de mantener el control del poder, que mantener el equilibrio de ese
poder por intermedio de la negociación y la paz, lamentablemente dentro de la
periodicidad de los estados de beligerancia, no pudieron dirimir sus
diferencias a través de la diplomacia, procediendo a romper relaciones y
desarrollar el enfrentamiento bélico con sus trágicas consecuencias.
“…Las simpatías de los estados griegos
neutrales eran favorables a Esparta, cuya victoria había de traer la libertad a
los súbditos de Atenas[8]…”
Notas bibliográficas:
Bouthoul,
Gastón. Tratado de Polemología. Ediciones Ejército. EME, PAG 747. Madrid 1984.
García, M. Historia Universal. Espasa-Calpe, S.A. tomo I. Pág. 144.
Madrid1975.
García, M. Historia Universal. Espasa-Calpe, S.A. tomo I. Pág. 148.
Madrid 1975.
García, M. Historia Universal. Espasa-Calpe, S.A. tomo I. Pág. 150.
Madrid 1975.
Pirenne, J. Historia Universal. Editorial Cumbre, tomo I.
Pág., 146. Méjico 1976.
Pirenne, J. Historia
Universal. Editorial Cumbre, tomo
I. Pág., 147. Méjico 1976.
[1] Pirenne J. Historia Universal. Editorial
Cumbre, tomo I, pág, 146. Méjico 1976.
[2] Pirenne J. Historia Universal. Editorial
Cumbre, tomo I, pág, 147. Méjico 1976.
7 García
M. Historia Universal. Espasa-Calpe, S.A. tomo I, Pág. 148. Madrid 1975.
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