martes, 25 de junio de 2013

“Análisis crítico del ejercicio del investigador histórico y la preservación del patrimonio nacional”




Escrito por:
Teniente Coronel
Edgar Alejandro Lugo Pereira
Especialista en Historia Militar

Escribir sobre la historia patria venezolana hoy día, presenta grandes retos y dificultades, especialmente en el manejo de las fuentes primarias de información, las cuales permitirán tanto al investigador como al lector más perspicaz, aproximarse en lo posible a los hechos narrados, y de esta manera quizás, llegar a una conclusión la cual por lo general, se encuentra bajo una niebla discursiva sospechosamente llena de presunciones, plagadas de errores apreciativos resultado de la mala praxis investigativa.
Esto ha traído como consecuencia, que nuestra historia esta desproporcionada en relación a las realidades de un pueblo que a lo largo de un periodo de 200 años de ensayos republicanos, ha sufrido en carne propia y ha pagado con sangre, los avatares de su consolidación como nación identificada precisamente con un destino fundido inmarcesiblemente con el grito revolucionario de: 

…“Liberté, Egalité y Fraternité[1]…”
 
No es del todo erróneo pensar ¿Si se aplicaran los estudios sociológicos a los fenómenos historiográficos que hoy en día consumimos ávidamente, escritos en el pasado y leídos por muy pocos en el presente? ¡Nos sorprenderíamos inmediatamente con lo que hallaríamos!
Durante la consolidación del Estado venezolano, hemos sido objeto continuo de un proceso de forjamiento e imposición de corrientes historiográficas bajo la hegemonía absoluta de la filosofía positivista, la cual nos ha marcado dolorosamente su criterio, precisamente materializado en los investigadores históricos venezolanos y extranjeros que hicieron realidad sus narrativas, navegando como corsarios licenciosos sobre las memorias colectivas de un pueblo comprometido con su protagonismo constante y dedicado,  muchas veces y sin saberlo, actores consagrados, silenciados por los intereses oscuros de castas de poder de donde estos lustrosos navegantes provenían, dejando como resultado una historia nacional muy maltratada, acomodaticia y ajustada a las corrientes políticas del periodo caudillesco en turno.
Es menester en momentos revolucionarios como este, abrir las alamedas del conocimiento real, no el quijotesco, no el que esta épicamente narrado. Es hora de afinar el discurso y apuntar hacia el horizonte de una historia realmente humana, escrita por humanos y dirigida a seres humanos, que dicte los parámetros de la responsabilidad historiográfica para las generaciones futuras y evitar la sobredimensión de los acontecimientos que más temprano que tarde, quedaran simplemente al descubierto, y sobre todas las demás, sacar del ostracismo a los hombres y mujeres que lo dieron todo para construir esta patria grande, partera de naciones y alma de los cuerpos inmolados en nombre de la independencia.
Es perturbador como y a pesar de los esfuerzos que en esta materia ha puesto el gobierno nacional, y con extrema urgencia estratégica, ¡la ola de la corriente histórica y del revisionismo historiográfico no ha alcanzado la altura deseada[2]! El problema radica principalmente en los pocos espacios que existen para cultivar a los impulsores de estas corrientes. Y es el área de la investigación histórica, una de las más débiles y menos populares.
El otro problema a afrontar es la mala preservación del acervo histórico, ¡Salvando algunas distancias[3]! Sin embargo, es urgente y necesario intervenir los documentos que se encuentren en malas condiciones de preservación ejemplo de ello, son los archivos coloniales, muchos de ellos están depositados en sótanos de las iglesias y demás espacios eclesiásticos, esto aduce simplemente, porque era el clero que llevaba los registros históricos de cuanto acontecimiento ocurría en sus jurisdicciones, los libros de sepulturas, misales, casamientos, licencias, nacimientos entre otros, que son verdaderas fuentes primarias para la investigación y reacomodo del proceso histórico venezolano y más allá, es la fuente de comprensión sociológica de la idiosincrasia y en ella radica nuestra identidad y fortaleza.
…“No haremos el futuro grande que estamos buscando, si no conocemos el pasado grande que tuvimos[4]…”
¡Esta aseveración es absolutamente lapidaria! ¿Quién más preocupado por esta realidad? Hugo Chávez, elevo a los confines del razonamiento popular, las consignas propias de la historia patria, haciéndola reverberar en las conciencias de todos sus actuales dolientes.

No es para menos significativo pensar en el altísimo compromiso que hemos heredado de sus manos, ¡Pues entonces hay que fortalecerla! ¡Es urgente rescatar el acervo histórico general de la nación![5] Para ello hay que refundar y sostener con presupuestos suficientes tamaña empresa. Es necesario consolidar en cada región de defensa integral, grandes centros de investigaciones históricas y semiológicas con su correspondiente museo, y partiendo de allí, recopilar todo documento u elemento histórico que se encuentre en mal estado, abandono y carente de doliente, aun estando bajo su responsabilidad, además dé dar cabida a los investigadores nacionales e invitados internacionales que participen en el armado del tejido histórico nacional, de hecho manipulado, para invisibilizar muchos eventos y ocultar responsabilidades, sustituyéndolas por otras realidades muy ajenas al sentir nacional.

Sin duda alguna podemos inferir con toda justicia, la necesidad impostergable de avanzar con prisa y sin pausa por los ejes de aproximación de los objetivos aquí planteados, aprender de las mejores fuentes nacionales y extranjeras sobre la conservación y preservación de los patrimonios nacionales y sobre todo, la preparación del recurso humano en el proceso de su formación y posterior capacitación para especializarlo en áreas tan disimiles del arte universal, pero tan ligadas entre sí, que su abordaje y tratamiento requerirá décadas de compromiso constante hasta que se logre estabilizar el patrimonio nacional. Es nuestra responsabilidad y será el legado que entregaremos celosamente a las generaciones futuras, que nos reclamaran gravemente por la desidia y el olvido o reconocerán que hubo dolientes, y gracias a su empeño, tendrán como definir contundentemente la palabra “Patria”, que en la praxis etimológicamente originaria es “Legado”.
Cabe hacerse la pregunta: ¿Qué dejaremos como legado a las generaciones por venir? Este y demás cuestionamientos nos dan una alerta, pero el compromiso nos avizora el camino a seguir, ya existe una generación de jóvenes que están comprometidos con diversas áreas de la investigación y hay que apoyarlos, sin duda alguna los resultados serán positivos en una gesta que es tan dura como la peor batalla que haya enfrentado “El Libertador Simón Bolívar”,  gracias a su encono y tremenda responsabilidad, lego a sus hijos américo-meridionales, su historia cifrada y recopilada en innumerables tomos documentales donde reposa su obra, acción y pensamiento, tan vigente y real como la vida misma, hecho que mantiene encendida la tea inmortal de la revolución en su patria y allende fronteras.

La historia patria venezolana es una y es compartida, sus elementos gloriosos están fundidos en el crisol de la guerra y forjados con herramientas de paz. Sus artesanos, hombres y mujeres, cincelaron y pulieron la roca de la nacionalidad, y donde el Estado asienta el gobierno bajo la constante observación del poder originario “El soberano”.
          




[1]  José Bálsamo, Conde de Cagliostro, mejor conocido como Cagliostro nacido en Palermo, Italia en 1745, fue el primer masón que utilizó en la Revolución Francesa los "Principios Universales de Libertad, Igualdad y Fraternidad" en un discurso pronunciado en una Logia de la calle Platiére en París, y empezó diciendo: "Comenzaremos por la Libertad, y ante todos HH no confundáis con la independencia; no son dos hermanas que se parecen, sino dos enemigas que se odian".  … No hagáis, pues, de estas tres palabras: LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD, solamente la divisa de Francia; inscribidla en el lábaro de la humanidad, divisa del mundo... lasamotracia.com/samos/libertadigualdad.htm
[2] Esta caracterización recoge algunos atributos sobresalientes sobre el tema desarrollado, y nos conduce hacia el enfrentamiento de una realidad abrumadora de la cual podríamos establecer estrategias operacionales para su correcto abordaje y resolución. Debo expresar mi gratitud al licenciado Duilio Medero del CEOFANB, por las estimulantes discusiones sobre estos tópicos.
[3] Expreso mi reconocimiento tácito al Archivo histórico de la Procuraduría General de la República Bolivariana de Venezuela, ejemplo a seguir sobre la materia de preservación y conservación de documentos.
[4]  Pensamiento de Hugo Chávez, acuñado durante su alocución en el programa televisivo “Alo Presidente Nro. 244” realizado en el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores el 15 de enero de 2006.
[5] Entiéndase como acervo histórico general, toda fuente primaria de información, objeto artístico, mecánico, audiovisual o manuscrito que sea de interés patrimonial para la nación.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario