Análisis sobre las técnicas de interpretación histórica, propuestas en el libro del Coronel Fernand Schneider
“Historia de las Doctrinas Militares”
Elaborado por el Tcnel Edgar Alejandro Lugo Pereira
Magister Scientarium en
Historia Militar
Después de leer con
profundidad la Historia de las Doctrinas Militares del Coronel Schneider, puedo
inferir el establecimiento de tres premisas lógicas para la comprensión del
contenido planteado por el autor en su obra, permitiendo de una manera más
objetiva, el análisis de la evolución de los acontecimientos bélicos a lo largo
de una línea histórica de su investigación. Es así como Schneider delimita los
elementos más intrínsecos de las épocas nombradas a través de la evolución del
pensamiento militar, definiéndolos de la siguiente forma:
Doctrina: Ciencia, sabiduría, enseñanza.Técnica: Relativo a las artes, recursos y procedimientos de la ciencia.
Operacional: La realización y ejecución de las dos premisas anteriores.
Estas
premisas nos permiten abordar de una manera más directa, los eventos allí
narrados, facilitando al lector ubicar en un contexto en tono evolutivo, como
comprender las visiones de los pensadores, sus conceptos, las inventivas, y
como se materializaban los progresos técnicos en el campo de batalla, marcando
definitivamente el futuro de la humanidad, abriéndonos la puerta de la
comprensión directa de los hechos, desde un punto de vista científico, real y matemático,
convirtiendo la historia en una ciencia, donde todas las variables afectarían
tarde o temprano el devenir de los acontecimientos.
“… La necesidad es la madre de las
inventivas[1]…”
Schneider
en su investigación, nos enseña una visión particular del análisis de la
historia a través de las ideas de cada periodo, observando con precisión, como
el pensamiento (doctrina), los inventos (técnica) y la operacionalización
(maniobra), han modelado las victorias y las derrotas de las sociedades, a
través de un proceso de creación y cambio constantes, imponiéndose estos
criterios por encima de la rigidez de planteamientos, sobrepasados por la
necesidad de evolucionar buscando el fin último, superar en todos los terrenos
al adversario.
Sun
Tsu es nombrado al principio de la obra, más como un referente histórico sin
embargo, Schneider manifiesta lo siguiente: “Supo formular los elementos de
decisión del jefe a saber: la misión, el enemigo, los medios y el terreno”. Hoy
en día, forman parte indisoluble del pensamiento militar, siendo inconcebible
utilizar el lenguaje militar, hablado, escrito o simbolizado, sin hacer uso de
estos elementos. Es por esto, que centra su atención hacia la modernidad porque
realmente, las invenciones técnicas empiezan a materializarse en Europa a
finales de la Edad Media, saliendo del estancamiento que los señores feudales le
habían hecho al arte de la guerra, desde sus encierros mentales y territoriales.
Una de las invenciones más
determinantes en el refrescamiento del arte militar, fue la aparición en Europa
de la pólvora procedente del lejano oriente. Una vez controlado ese poder, permitió alcanzar otros
niveles más ofensivos del desempeño táctico en el terreno, privilegiando su uso
en el arma de la artillería y perfeccionando al mismo tiempo, el arte de sitiar
plazas, trayendo como consecuencia el estancamiento de la maniobra, hasta la
llegada de Napoleón, quien rompe esa forma de combatir para utilizar de manera
contundente la ofensiva, la cual después técnicamente es olvidada, hasta el año
1939, cuando estalla la SGM, surgiendo el concepto de la “Blitzkrieg”[2]
El forjamiento de los
Ejércitos Regulares impacto de manera determinante a mediados del Siglo XVII,
el concepto de hacer la guerra. Schneider infiere: …“Gustavo Adolfo en Suecia
ya no formaba ejércitos mercenarios”...[3]
Todo esto traerá como consecuencia, nuevas formas de planificar y de ejecutar
la guerra, gracias a un enfoque doctrinal, técnico y operacional superior a
cualquier otra vista en tierras occidentales.
Las políticas
implementadas por el Rey Gustavo Adolfo de Suecia en materia militar, van a
marcar la pauta y la innovación absoluta en lo referente a la reorganización de
las fuerzas militares monárquicas europeas, siendo el Rey Luis XIV, el primero
en seguir ese camino y por imitación lo seguiría el resto de los poderes
absolutistas. Existían muchos temores producto de las ambiciones de los
monarcas. La Guerra de los Treinta Años probaría esa verdad.
El Siglo XVIII, se
caracterizaría por un reflujo constante entre el pensamiento de avanzada en
materia militar, el oposicionismo político sobre esta última mencionada y la
escasa presencia de los grandes capitanes. Sin embargo a partir de Federico II
de Prusia, heredero y perfeccionista de las ideas del Rey Gustavo Adolfo de
Suecia, es que se observan grandes avances marcando el ritmo de creación
militar para ese periodo, pero al morir Federico II, estos ideales de
perfeccionamiento de los ejércitos, pierde fuerza siendo Francia, la que de una
u otra manera, continuaría desarrollando conceptos en lo doctrinal, en lo
técnico y en lo operacional, no es casual que Napoleón Bonaparte, viviera y
experimentara luego con esas ideas, que literalmente lo posicionarían a finales
del siglo XVIII y principios del siglo XIX, como uno de los más grandes
capitanes de la historia, emulado poco tiempo después, por El Libertador Simón
Bolívar, al materializar sus planteamientos tácticos ofensivos en el desarrollo
de sus campañas militares en la gesta emancipadora, convirtiéndole
históricamente en el militar más completo que haya parido la América.
Según Schneider: …“Es la
guerra ofensiva la que predomina en Europa a finales del siglo XVIII”...[4]
La Revolución Francesa iniciada en 1789, traerá grandes transformaciones
producto de la necesidad de adaptarse a nuevos modelos de combatir, hay que
recordar que esta revolución insurge en contra del orden monárquico absolutista
francés, quien llevaba para sí, el orden militar, regentado en su mayoría por
aristócratas que se habían mantenido al margen de las nuevas realidades
sociales, sin embargo esta verdad se hará realidad primeramente en la poblada
de Paris, el pueblo sin experiencia militar formal; sitia y luego toma por
asalto La Bastilla, y al mismo tiempo conquista el Palacio de las Tullerias y
Versalles, poniendo de rodillas a una monarquía y sus capitanes, implosionado
irremediablemente. Una vez mas lo doctrinal, la técnica y lo operacional, se
hacen presentes, trayendo consigo nuevos enfoques. El surgimiento de los
grandes ejércitos milicianos franceses, puso temblar el resto de las
organizaciones militares monárquicas europeas.
Por primera vez un Estado
encararía la guerra desde una perspectiva total. La carencia de
oficiales competentes y las deserciones al inicio de las hostilidades contra
Austria, habían provocado serios reveses militares al gobierno revolucionario y
el peligro que Francia enfrentaba, era demasiado serio. Lo que se requería era
un gran ejército que peleara por la supervivencia de la nación lo que hoy
denominaríamos un objetivo político ilimitado. La respuesta del gobierno tuvo la forma del célebre decreto del 23 de agosto
de 1793:
…"A partir de este momento y
hasta aquel en que todos los enemigos hayan sido expulsados del territorio de
la República, todo francés estará permanentemente a disposición del servicio
para los ejércitos. Los jóvenes saldrán a pelear; los hombres casados fabricarán
armas y transportarán material; las mujeres construirán carpas y ropa, y
cuidarán de los enfermos en los hospitales; los niños harán hilachas de los
trapos viejos. Los ancianos acudirán a las plazas públicas para infundir coraje
a los soldados y predicar el odio contra los reyes y en pro de la unidad de la
República. La levée será una levée general[5]..."
El
decreto significaba la movilización total de la nación francesa.
Robespierre anuncio que la libertad política y el deber militar irían de la mano,
una "Nación en Armas", se prepararía para su supervivencia. El Pueblo
tendrá que luchar en contra de las amenazas imperiales de sus vecinos, si deseaba
permanecer en el concierto europeo y evitando el regreso a la monarquía
absolutista, en eso consistía el atractivo. Finalmente se despertaría en masa
el sentimiento nacionalista y patriótico, pero a su vez, acompañados de una terrible miseria social,
lo que significaría, que ir a la guerra para muchos, hambreados por la
monarquía recién depuesta, era garantía por lo menos de alimentarse una vez al
día. ¡No tenían nada que perder y mucho para ganar!
Al
desarrollarse los acontecimientos revolucionarios en lo político y en lo
social, el gobierno francés, había logrado romper todos los códigos establecidos,
dando un salto hacia adelante, un salto de fe, le proporciono solidez
nacionalista al pueblo en sus planteamientos, comprometiéndolos en una lucha
total por su supervivencia.
Llenos de inspiración
patriótica, el ejercito revolucionario francés paulatinamente fue haciéndose
más grande, mejor conformado, mejor entrenado y mejor comandado y con una
logística adecuada, se avituallaba más rápidamente, peleando en los primeros
años con ejércitos de setenta mil hombres, sin embargo al aparecer Napoleón
después del Golpe del 18 de Brumario de 1799, con su carisma y poder de decidir
rápidamente una campaña, prometiendo botines de guerra a sus subordinados,
llego a incrementar sus filas en más de 500.000 mil hombres, totalmente
equipados y adiestrados, arrasando con todo ejercito que se le oponía.
Particularmente Austria fue su conejillo de
indias, sus líderes políticos y militares no comprendían del todo, que estaban
combatiendo contra una fuerza militar desbordada en sus planteamientos y en su
tecnificación, proporcionándoles a esa monarquía y sus aliados, las más duras
derrotas y humillaciones. En la Batalla de Marengo el 14 de junio de 1800,
quedo materializada esa realidad.
El Coronel Fernand
Schneider nos ilustra en su obra literaria, que el progreso en el pensamiento,
en la inventiva y en la aplicación de
estos conceptos en el plano estratégico y operacional, nos conduce
irremediablemente a una evolución del arte militar, y si no adaptamos nuevos planteamientos en esta
materia, correremos el riesgo que la doctrina militar, quede rezagada del
concierto de ideas de avanzada, que persiguen alcanzar constantemente las
sociedades organizadas que rivalizan por nuestros recursos naturales, tendencia
que va creciendo exponencialmente, conjuntamente con su agresividad por imponer
sus políticas avasalladoras e imperiales para garantizar su supremacía.
[2]
Nueva táctica
militar utilizada por el Ejército Alemán en la SGM. Su principal novedad fue el uso de divisiones acorazadas, "Panzerdivisionen", como punta de
lanza que penetraban con gran rapidez en los sistemas de defensa enemigos y la
infantería motorizada seguía el avance rápido de los tanques. El sistema se
completaba con el apoyo aéreo, los cazas "Stukas", y preparación de
fuegos de artillería que impedían al enemigo, el envío de refuerzos al frente y
reorganizarse en la retaguardia. www.historiasiglo20.org/GLOS/guerrarelampago.htm
[3]
Historia de las Doctrinas Militares, pág. 18
[5] Parker
G. Historia de la Guerra. Editorial AKAL, pág 202. Madrid, 2010.
Gracias al francés, por leer mis escritos espero que sean de tu agrado, y siga apoyándome.
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