martes, 11 de junio de 2013


Análisis sobre las técnicas de interpretación histórica, propuestas en el  libro del Coronel Fernand Schneider
 “Historia de las Doctrinas Militares”

Elaborado por el Tcnel  Edgar Alejandro Lugo Pereira

Magister Scientarium en Historia Militar

Después de leer con profundidad la Historia de las Doctrinas Militares del Coronel Schneider, puedo inferir el establecimiento de tres premisas lógicas para la comprensión del contenido planteado por el autor en su obra, permitiendo de una manera más objetiva, el análisis de la evolución de los acontecimientos bélicos a lo largo de una línea histórica de su investigación. Es así como Schneider delimita los elementos más intrínsecos de las épocas nombradas a través de la evolución del pensamiento militar, definiéndolos de la siguiente forma:
Doctrina:       Ciencia, sabiduría, enseñanza.

Técnica:         Relativo a las artes, recursos y procedimientos de la ciencia.

Operacional: La realización y ejecución de las dos premisas anteriores.


            Estas premisas nos permiten abordar de una manera más directa, los eventos allí narrados, facilitando al lector ubicar en un contexto en tono evolutivo, como comprender las visiones de los pensadores, sus conceptos, las inventivas, y como se materializaban los progresos técnicos en el campo de batalla, marcando definitivamente el futuro de la humanidad, abriéndonos la puerta de la comprensión directa de los hechos, desde un punto de vista científico, real y matemático, convirtiendo la historia en una ciencia, donde todas las variables afectarían tarde o temprano el devenir de los acontecimientos.

“… La necesidad es la madre de las inventivas[1]…”

            Schneider en su investigación, nos enseña una visión particular del análisis de la historia a través de las ideas de cada periodo, observando con precisión, como el pensamiento (doctrina), los inventos (técnica) y la operacionalización (maniobra), han modelado las victorias y las derrotas de las sociedades, a través de un proceso de creación y cambio constantes, imponiéndose estos criterios por encima de la rigidez de planteamientos, sobrepasados por la necesidad de evolucionar buscando el fin último, superar en todos los terrenos al adversario.

            Sun Tsu es nombrado al principio de la obra, más como un referente histórico sin embargo, Schneider manifiesta lo siguiente: “Supo formular los elementos de decisión del jefe a saber: la misión, el enemigo, los medios y el terreno”. Hoy en día, forman parte indisoluble del pensamiento militar, siendo inconcebible utilizar el lenguaje militar, hablado, escrito o simbolizado, sin hacer uso de estos elementos. Es por esto, que centra su atención hacia la modernidad porque realmente, las invenciones técnicas empiezan a materializarse en Europa a finales de la Edad Media, saliendo del estancamiento que los señores feudales le habían hecho al arte de la guerra, desde sus encierros mentales y territoriales.

Una de las invenciones más determinantes en el refrescamiento del arte militar, fue la aparición en Europa de la pólvora procedente del lejano oriente. Una vez  controlado ese poder, permitió alcanzar otros niveles más ofensivos del desempeño táctico en el terreno, privilegiando su uso en el arma de la artillería y perfeccionando al mismo tiempo, el arte de sitiar plazas, trayendo como consecuencia el estancamiento de la maniobra, hasta la llegada de Napoleón, quien rompe esa forma de combatir para utilizar de manera contundente la ofensiva, la cual después técnicamente es olvidada, hasta el año 1939, cuando estalla la SGM, surgiendo el concepto de la “Blitzkrieg”[2]  

El forjamiento de los Ejércitos Regulares impacto de manera determinante a mediados del Siglo XVII, el concepto de hacer la guerra. Schneider infiere: …“Gustavo Adolfo en Suecia ya no formaba ejércitos mercenarios”...[3] Todo esto traerá como consecuencia, nuevas formas de planificar y de ejecutar la guerra, gracias a un enfoque doctrinal, técnico y operacional superior a cualquier otra vista en tierras occidentales.

Las políticas implementadas por el Rey Gustavo Adolfo de Suecia en materia militar, van a marcar la pauta y la innovación absoluta en lo referente a la reorganización de las fuerzas militares monárquicas europeas, siendo el Rey Luis XIV, el primero en seguir ese camino y por imitación lo seguiría el resto de los poderes absolutistas. Existían muchos temores producto de las ambiciones de los monarcas. La Guerra de los Treinta Años probaría esa verdad.

El Siglo XVIII, se caracterizaría por un reflujo constante entre el pensamiento de avanzada en materia militar, el oposicionismo político sobre esta última mencionada y la escasa presencia de los grandes capitanes. Sin embargo a partir de Federico II de Prusia, heredero y perfeccionista de las ideas del Rey Gustavo Adolfo de Suecia, es que se observan grandes avances marcando el ritmo de creación militar para ese periodo, pero al morir Federico II, estos ideales de perfeccionamiento de los ejércitos, pierde fuerza siendo Francia, la que de una u otra manera, continuaría desarrollando conceptos en lo doctrinal, en lo técnico y en lo operacional, no es casual que Napoleón Bonaparte, viviera y experimentara luego con esas ideas, que literalmente lo posicionarían a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, como uno de los más grandes capitanes de la historia, emulado poco tiempo después, por El Libertador Simón Bolívar, al materializar sus planteamientos tácticos ofensivos en el desarrollo de sus campañas militares en la gesta emancipadora, convirtiéndole históricamente en el militar más completo que haya parido la América.

Según Schneider: …“Es la guerra ofensiva la que predomina en Europa a finales del siglo XVIII”...[4] La Revolución Francesa iniciada en 1789, traerá grandes transformaciones producto de la necesidad de adaptarse a nuevos modelos de combatir, hay que recordar que esta revolución insurge en contra del orden monárquico absolutista francés, quien llevaba para sí, el orden militar, regentado en su mayoría por aristócratas que se habían mantenido al margen de las nuevas realidades sociales, sin embargo esta verdad se hará realidad primeramente en la poblada de Paris, el pueblo sin experiencia militar formal; sitia y luego toma por asalto La Bastilla, y al mismo tiempo conquista el Palacio de las Tullerias y Versalles, poniendo de rodillas a una monarquía y sus capitanes, implosionado irremediablemente. Una vez mas lo doctrinal, la técnica y lo operacional, se hacen presentes, trayendo consigo nuevos enfoques. El surgimiento de los grandes ejércitos milicianos franceses, puso temblar el resto de las organizaciones militares monárquicas europeas.

Por primera vez un Estado encararía la guerra desde una perspectiva total. La carencia de oficiales competentes y las deserciones al inicio de las hostilidades contra Austria, habían provocado serios reveses militares al gobierno revolucionario y el peligro que Francia enfrentaba, era demasiado serio. Lo que se requería era un gran ejército que peleara por la supervivencia de la nación lo que hoy denominaríamos un objetivo político ilimitado. La respuesta del gobierno tuvo la forma del célebre decreto del 23 de agosto de 1793:

"A partir de este momento y hasta aquel en que todos los enemigos hayan sido expulsados del territorio de la República, todo francés estará permanentemente a disposición del servicio para los ejércitos. Los jóvenes saldrán a pelear; los hombres casados fabricarán armas y transportarán material; las mujeres construirán carpas y ropa, y cuidarán de los enfermos en los hospitales; los niños harán hilachas de los trapos viejos. Los ancianos acudirán a las plazas públicas para infundir coraje a los soldados y predicar el odio contra los reyes y en pro de la unidad de la República. La levée será una levée general[5]..."

El decreto significaba la movilización total de la nación francesa. Robespierre anuncio que la libertad política y el deber militar irían de la mano, una "Nación en Armas", se prepararía para su supervivencia. El Pueblo tendrá que luchar en contra de las amenazas imperiales de sus vecinos, si deseaba permanecer en el concierto europeo y evitando el regreso a la monarquía absolutista, en eso consistía el atractivo. Finalmente se despertaría en masa el sentimiento nacionalista y patriótico, pero a su vez,  acompañados de una terrible miseria social, lo que significaría, que ir a la guerra para muchos, hambreados por la monarquía recién depuesta, era garantía por lo menos de alimentarse una vez al día. ¡No tenían nada que perder y mucho para ganar!

Al desarrollarse los acontecimientos revolucionarios en lo político y en lo social, el gobierno francés, había logrado romper todos los códigos establecidos, dando un salto hacia adelante, un salto de fe, le proporciono solidez nacionalista al pueblo en sus planteamientos, comprometiéndolos en una lucha total por su supervivencia. 

Llenos de inspiración patriótica, el ejercito revolucionario francés paulatinamente fue haciéndose más grande, mejor conformado, mejor entrenado y mejor comandado y con una logística adecuada, se avituallaba más rápidamente, peleando en los primeros años con ejércitos de setenta mil hombres, sin embargo al aparecer Napoleón después del Golpe del 18 de Brumario de 1799, con su carisma y poder de decidir rápidamente una campaña, prometiendo botines de guerra a sus subordinados, llego a incrementar sus filas en más de 500.000 mil hombres, totalmente equipados y adiestrados, arrasando con todo ejercito que se le oponía.

 Particularmente Austria fue su conejillo de indias, sus líderes políticos y militares no comprendían del todo, que estaban combatiendo contra una fuerza militar desbordada en sus planteamientos y en su tecnificación, proporcionándoles a esa monarquía y sus aliados, las más duras derrotas y humillaciones. En la Batalla de Marengo el 14 de junio de 1800, quedo materializada esa realidad.

El Coronel Fernand Schneider nos ilustra en su obra literaria, que el progreso en el pensamiento, en la inventiva y en la aplicación de  estos conceptos en el plano estratégico y operacional, nos conduce irremediablemente a una evolución del arte militar, y si no  adaptamos nuevos planteamientos en esta materia, correremos el riesgo que la doctrina militar, quede rezagada del concierto de ideas de avanzada, que persiguen alcanzar constantemente las sociedades organizadas que rivalizan por nuestros recursos naturales, tendencia que va creciendo exponencialmente, conjuntamente con su agresividad por imponer sus políticas avasalladoras e imperiales para garantizar su supremacía.














[1] La Republica, de Platón 450. AC.


[2] Nueva táctica militar utilizada por el Ejército Alemán en la SGM. Su principal novedad fue el uso de divisiones acorazadas,  "Panzerdivisionen", como punta de lanza que penetraban con gran rapidez en los sistemas de defensa enemigos y la infantería motorizada seguía el avance rápido de los tanques. El sistema se completaba con el apoyo aéreo, los cazas "Stukas", y preparación de fuegos de artillería que impedían al enemigo, el envío de refuerzos al frente y reorganizarse en la retaguardia. www.historiasiglo20.org/GLOS/guerrarelampago.htm


[3] Historia de las Doctrinas Militares, pág. 18
[4] Ídem, pág. 41

[5] Parker G. Historia de la Guerra. Editorial AKAL, pág 202. Madrid, 2010.

1 comentario:

  1. Gracias al francés, por leer mis escritos espero que sean de tu agrado, y siga apoyándome.

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