Escrito por:
Teniente Coronel Edgar Alejandro Lugo Pereira
Especialista en Historia Militar
Iniciadas las hostilidades el 02 de
abril de 1982, con la ocupación de Puerto Argentino por parte de una fuerza
militar combinada de las Fuerzas Armadas Argentinas, estas islas ubicadas a 470 Km . de la costa
argentina, permitieron justificar la reclamación territorial histórica en
contra de Inglaterra, lo que consecuentemente daría inicio a un estado de
beligerancia que desembocaría en un conflicto directo con Gran Bretaña.
Los argentinos dentro de la
planificación militar, poco se preocuparon por garantizar el apoyo logístico de
sus contingentes empeñados en la conflagración. Los informes de inteligencia presumían:
que los británicos no iban a desplazar sus fuerzas militares desde Inglaterra
hasta el archipiélago precisamente, porque era poco probable movilizar a un
contingente de tropas en las condiciones políticas del momento para el gobierno
inglés, presidido por la Primer Ministro Margaret Thatcher, debido
principalmente a la recesión económica que afectaba a esa nación anglosajona y
por añadidura, el Parlamento Inglés no le daría consentimiento. Esta era la
carta jugada por la junta militar presidida por el General Galtieri en la
espera que sus buenas relaciones con el gobierno estadounidense de Ronald Reagan,
no le permitiera a los británicos, lanzar una contraofensiva, por lo que la
campaña militar seria relativamente corta, y no habría la necesidad de combatir.
Sin embargo, y pese a sus malas apreciaciones,
la dama de hierro, como se le apodaba internacionalmente, decidió enviar una
fuerza expedicionaria apoyada indirectamente por los EE.UU, trayendo como consecuencia,
que el gobierno argentino no tuvo otra opción que adelantar las operaciones
militares de la manera mas rápida y sin la debida preparación, equipamiento,
adiestramiento y recursos logísticos necesarios para emprender tamaña empresa,
comprometiendo su fuerza militar contra otra excelentemente equipada, con
modernos recursos armamentísticos y tecnológicos, que a la postre marcarían la
diferencia militar, dando como resultado lograr la rendición de las fuerzas
militares argentinas en las islas.
Es necesario entonces evaluar el marco
de la planificación táctica y estratégica, en lo que respecta a los recursos y
apoyos disponibles, para afrontar empresas bélicas que hacen que naciones
comprometan incluso su propia sobrevivencia, para tomar decisiones políticas
que en este caso histórico logro materializar la derrota de la junta militar
argentina, frente a los británicos.
Esto nos hace recordar que: la
logística, juega un papel preponderante en el planeamiento de las operaciones
militares, donde es de vital importancia e ineludible cumplimiento, evaluar las
ventajas y desventajas que presenta el escenario del conflicto, los adversarios
y los resultados finales que estén directamente proporcionadas. Primero: el
gasto invertido en la fuerza militar. Segundo: la ganancia prevista luego de la
conflagración, si es que hay alguna. Tercero: el costo social de la empresa y
sus dramáticas consecuencias entre otros.
Es lógico pensar
entonces, de esto trata el arte de la guerra. Es definitivamente preponderante
señalar, que la preparación de los cuadros militares, su entrenamiento y capacitación
son fundamentales, si queremos tener éxito en el teatro de la guerra. La
planificación logística presenta grandes retos que hay que estudiar y saber
resolver. Evitemos seguir los malos ejemplos históricos que sobre esta materia
abundan, como los cementerios y mausoleos que homenajean a los caídos en el
campo del honor.
Preparar una campaña militar implica, comprometerse en primer
lugar, con la revisión histórica de acontecimientos pasados que nos ilustrarán
en lo sucesivo, para evitar caer en los huecos del olvido del mal planificador
militar.
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